09.05.2013 Views

charpentier, etienne.. - 10

charpentier, etienne.. - 10

charpentier, etienne.. - 10

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

salvándolo de la desgracia en que lo había arrojado<br />

el pecado.<br />

4. Los apocalipsis<br />

A lo largo de toda nuestra vida, nos vemos enfrentados<br />

con acontecimientos felices o dolorosos.<br />

Intentamos dominarlos, cambiarlos para que sean<br />

dichosos, darles un sentido. Y nos cambiamos a<br />

nosotros mismos cuando comprendemos que vamos<br />

por mal camino.<br />

Es lo que hacían los profetas: interpretaban los<br />

acontecimientos y leían en ellos una palabra de<br />

Dios; invitaban a convertirse, a cambiar.<br />

Pero sucede a veces que el mal es tan grande, la<br />

situación tan desesperada, que parece que no hay<br />

solución. No cabe más que esperar días mejores. Y<br />

si alguien puede decirnos entonces cómo acabará<br />

aquello, podrá ofrecernos una luz y una esperanza<br />

que nos den el coraje de seguir resistiendo los golpes.<br />

Los apocalipsis son más bien de ese tipo. Nacen<br />

generalmente en un período de crisis. Sus autores<br />

dan un juicio pesimista sobre el mundo, totalmente<br />

bajo el dominio del «príncipe de este mundo» (o<br />

demonio). Para devolver la esperanza, anuncian<br />

que al final vendrá Dios y creará algo nuevo. Entretanto,<br />

hay que «juntar las manos» para rezar. Claramente<br />

se ve la ambigüedad de esta corriente, a la<br />

vez pesimista y optimista, que provoca la fe y corre<br />

el peligro de apartarla del compromiso.<br />

En el lenguaje corriente, apocalipsis se ha hecho<br />

sinónimo de catástrofe, de oscuridad. Es una pena<br />

que sólo se haya conservado este aspecto, ya que<br />

apocalipsis es también luz, esperanza.<br />

El verbo griego apo-kalyptein se traduce en latín<br />

por re-velare, es decir, quitar el velo, manifestar. Se<br />

imaginan que la historia se desarrolla como una<br />

línea cuyo término está oculto en el secreto de Dios.<br />

Para sostener la esperanza del pueblo en un momento<br />

dramático, Dios aparta el velo que oculta el<br />

final, revelando el fin dichoso de la historia mediante<br />

su victoria.<br />

ALGUNOS RASGOS<br />

DE LOS APOCALIPSIS<br />

- El autor utiliza un pseudónimo: atribuye su libro<br />

a uno de los personajes del pasado. Con esto consigue<br />

dos cosas: aquel santo está cerca de Dios y puede por<br />

tanto revelar sus secretos; es además un hombre del<br />

pasado y puede entonces anunciar el porvenir.<br />

- Nacidos en momentos de crisis, los apocalipsis<br />

son pesimistas sobre el mundo, destinado a la perdición<br />

por estar completamente bajo el dominio del «príncipe<br />

de este mundo» (o demonio). Pero son optimistas sobre<br />

el fin: Dios va a crear un mundo nuevo.<br />

- Su visión de la historia es más bien determinista:<br />

todo está previsto de antemano, inscrito en los libros<br />

celestiales.<br />

- Invitan a una fe total en Dios, pero con ello corren<br />

el peligro de que el hombre se evada de su compromiso;<br />

no hay que hacer más que esperar a que Dios actúe.<br />

- Quieren sobre todo mantener la esperanza.<br />

- Reservados a algunos iniciados, utilizan un lenguaje<br />

y unas imágenes cifradas (véase p. 121).<br />

• Un salto de longitud<br />

Pero ¿cómo ha tenido esta revelación el autor<br />

apocalíptico? Su técnica es parecida a la de los que<br />

practican el salto de longitud. Tienen que saltar lo<br />

más lejos hacia adelante..., y para ello se marchan<br />

hacia atrás; luego corren con toda velocidad unos<br />

30 ó 40 metros y, llegados a la línea de señal, saltan<br />

hacia adelante, llevados de su impulso.<br />

El autor del apocalipsis es como nosotros: no<br />

conoce el porvenir. Pero está seguro de una cosa:<br />

Dios es fiel. Para saber cómo acabará la historia,<br />

basta con ver cómo la ha llevado en el pasado. Y<br />

entonces el autor retrocede, disimula que escribe<br />

tres o cuatro siglos antes de la época en que escribe,<br />

recorre rápidamente la historia y, llegado a su época,<br />

salta hacia adelante, proyecta al final de los<br />

PARA LEER EL AT 119

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!