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charpentier, etienne.. - 10

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un rey fiel y justo, por medio de aquel a quien<br />

establecerá como rey-mesías.<br />

• El Señor es rey<br />

En Israel sólo Dios es rey; el rey terreno no es<br />

más que el lugarteniente, ya desde el momento de<br />

su erección.<br />

Durante el destierro en Babilonia y más tarde no<br />

existió rey. Así, pues, se desarrolla la fe en la realeza<br />

de Dios. Así el Segundo Isaías demuestra que Dios<br />

es rey porque es creador (40, 12-31) Y libertador de<br />

Israel (41, 21; 43, 15; 44, 6...). El profeta invita a<br />

todos los pueblos a reconocer por rey a Dios (42,<br />

<strong>10</strong>-12) y anuncia que finalmente Dios vendrá a establecer<br />

su reino (52, 7).<br />

Hay cinco salmos muy parecidos que cantan ese<br />

reino de Dios: los Sal 93.96.97.98 y 99.<br />

En ellos explota la alegría: es un día de gozo<br />

sagrado, en que Israel y los pueblos más lejanos (las<br />

islas), todos los elementos del universo participan<br />

de ese gozo universal.<br />

Repitiendo la buena nueva, el evangelio, del Segundo<br />

Isaías, estos salmos anuncian el tiempo en<br />

que Dios rey hará cesar toda miseria y pobreza (p.<br />

87).<br />

El Sal 47 tiene sin duda el mismo origen. El Sal<br />

24, 7-<strong>10</strong> quizás sea más antiguo: celebra la entrada<br />

del arca en Jerusalén en tiempos de David; los v.<br />

1-6, añadidos después del destierro, sitúan el conjunto<br />

en una perspectiva universalista.<br />

Estos cánticos han nacido en la liturgia; es en el<br />

culto donde la realeza eterna de Dios empieza a ser<br />

efectiva en la tierra.<br />

- Oración cristiana<br />

Al proclamar las bienaventuranzas, al hacer milagros<br />

por los pobres, Jesús manifiesta que el reino<br />

de Dios ha comenzado por medio de él. Pero comenzado<br />

solamente; le toca a sus discípulos llevarlo a<br />

cabo. Así, pues, estos salmos refuerzan nuestra es-<br />

136 PARA LEER EL AT<br />

pera (¡Venga a nosotros tu reino!) y nos invitan a<br />

trabajar en ello.<br />

• El «nacimiento» del rey<br />

Hay siete salmos (2.21.45.72.89.<strong>10</strong>1 y 1<strong>10</strong>), y quizás<br />

algunos más, que celebran al rey de Israel.<br />

A diferencia de los demás pueblos, Israel no divinizó<br />

nunca a sus reyes. Sin embargo, éstos se hacen<br />

--como anunciaba el profeta Natán a David (p. 54)hijos<br />

de Dios en un sentido particular el día de su<br />

entronización real. En este día de su nacimiento<br />

como reyes, eran engendrados como hijos de Dios.<br />

Algunos de estos salmos parecen antiguos. En<br />

todo caso, fueron releídos después del destierro, en<br />

una época en que no había rey. Se convierten entonces<br />

en portadores de una nueva esperanza: algún<br />

día, para establecer su reinado, Dios enviará a su<br />

rey- mesías.<br />

EL SALMO 2<br />

EN EL NUEVO TESTAMENTO<br />

Este salmo ha permitido comprender y expresar:<br />

- La resurrección de Cristo: es el momento en que es<br />

engendrado (su nacimiento) como hijo de Dios, reymesías<br />

y señor del universo (Hch 13, 32; Rom 1, 3; Heb<br />

1, 5; 5, 5; Ap 12, 5). Así, pues, no se trata aquí de su<br />

nacimiento en Belén, y la expresión hijo de Dios no<br />

tiene el sentido que hoy le damos, ya que no designa su<br />

divinidad, sino su establecimiento como rey y señor del<br />

universo.<br />

- La muerte de Cristo: es rechazado por los jefes del<br />

pueblo; éstos son los «malvados» del salmo que se<br />

rebelan contra Dios y su ungido (Hch 4, 23-31 Y sin<br />

duda Mt 26, 3-4).<br />

- Su venida al final del mundo: un día será entronizado<br />

definitivamente como señor del universo (Ap 19,<br />

15; 21, 1-5). Aquí radica finalmente nuestra esperanza, y<br />

Juan nos promete que participaremos de su gloria (Ap<br />

21,7; 2,26).

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