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charpentier, etienne.. - 10

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te válida. Por tanto, para ellos la minuciosidad de<br />

los ritos era una forma de expresar el sentimiento<br />

que tenían de vivir en la presencia del Dios santo.<br />

• «Sed santos porque yo soy santo))<br />

Muchas de las lÚbricas que aquí se mencionan<br />

pertenecen a una cultura que no es la nuestra; sería<br />

un contrasentido querer aplicarlas ahora. Pero sigue<br />

siendo esencial lo que dicen: Dios está presente<br />

y vivimos delante de él. Se nombra a Dios continuamente<br />

(más de 350 veces) y «ante éh se repite como<br />

un estribillo (más de 50 veces). Leed el c. 19: una<br />

sola legitimación va poniendo ritmo a todas las<br />

prescripciones, desde la del amor al prójimo (v. 18)<br />

hasta la de la justicia con el asalariado (v. 13), pasando<br />

por todas las situaciones de la vida diaria:<br />

«Yo soy el Señor, vuestro Dios,). Así, pues, en su<br />

amor a Dios es donde el creyente percibe la forma<br />

como ha de vivir en el mundo y con los demás.<br />

. .<br />

Este Dios es el Dios santo, es decir, el totalmente-otro,<br />

distinto de nosotros. Es el Dios vivo, es la<br />

vida. Y esto explica el respeto misterioso que provocan<br />

la sangre y la sexualidad.<br />

• «La sangre es la vida» (Lv 17, 11.14)<br />

La sangre es sagrada porque es la vida, la vida<br />

misma que viene de Dios y que corre por nuestras<br />

venas. Por tanto, no se puede derramar la sangre de<br />

un hombre. No se puede beber la sangre de un<br />

animal (ni a fortiori la de un hombre): eso sería<br />

pretender aumentar la vida por sí mismo, cuando<br />

sólo Dios es el dueño de ella. Por tanto, no se trata<br />

de una regla culinaria o higiénica (no comer flan),<br />

sino del respeto a la vida. Al contrario, la ofrenda de<br />

la sangre, en los sacrificios, es una manera de reconocer<br />

ese don de la vida que Dios nos hace. En esos<br />

sacrificios no se ofrece la víctima -que no es más<br />

que un cadáver-, sino la sangre caliente (literalmente:<br />

viva), o sea, la vida misma de la víctima. Sería<br />

necesario acostumbrarse a sustituir mentalmente<br />

la palabra sangre por su equivalente: vida ofrecida;<br />

entonces los textos del Levítico o de la carta a los<br />

Hebreos serían terriblemente evocadores.<br />

Lo mismo ocurre con los entredichos sexuales.<br />

Por encima de los tabúes (que existen), se trata<br />

sobre todo del sentimiento impresionante de participar<br />

por medio de la sexualidad en la transmisión<br />

de la vida que procede de Dios, lo cual explica su<br />

carácter sagrado.<br />

• Composición del Levítico<br />

El Código de santidad (Lv 17-26) fue compuesto<br />

en Jerusalén antes del destierro. Mientras se redactaba<br />

el Deuteronomio, procedente del norte, centrado<br />

por completo en la idea de alianza y de elección<br />

por parte de Dios, los sacerdotes de Jerusalén quisieron<br />

codificar las costumbres que se seguían en el<br />

templo, centradas todas ellas en el culto, para recordar<br />

que Dios es santo, totalmente-otro.<br />

La Ley sobre los sacrificios (Lv 1-7) y la Ley de<br />

pureza (11-16) se redactaron después del destierro,<br />

así como la Ley sobre las fiestas (Nm 28-29).<br />

• Algunos textos del Levítico<br />

No podréis sin duda leer todo el libro, pero sería<br />

una pena ignorar ciertos textos:<br />

Lv 19, 1-17: la santidad de Dios es la fuente del<br />

amor fraterno y de la vida social.<br />

Lv 23 os recordará cómo se santificaba el tiempo<br />

mediante el sábado y las grandes fiestas.<br />

Lv 16 habla del gran Día del perdón o Yom Kippur:<br />

la única vez al año en que el sumo sacerdote<br />

penetraba detrás de la cortina del templo para obtener<br />

el perdón de los pecados. El autor de la carta a<br />

los Hebreos utilizará esta liturgia para hablarnos<br />

del sacrificio de Cristo. Este capítulo recoge también<br />

una vieja costumbre, un tanto mágica, la del<br />

«chivo expiatorio».<br />

Finalmente, si queréis encontraros a vosotros<br />

mismos en las diversas clases de sacrificios, leed Lv<br />

1-7.<br />

PARA LEER EL AT 89

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