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charpentier, etienne.. - 10

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quejarse; si sabéis que se pasa el tiempo gimiendo,<br />

no le daréis importancia y diréis solamente: «Cosas<br />

suyas»; pero si la conocéis como una persona dura<br />

consigo misma, pensaréis: «Para que se queje de<br />

este modo, debe estarle pasando algo serio». O bien,<br />

ante una frase en que ataca a los jóvenes o a un<br />

grupo social, diréis: «¿Qué va a decir la pobre vieja?».<br />

Os salís del texto para representaros a vuestra<br />

tía y, a partir de lo que sabéis de ella, intentáis ver<br />

lo que os quiso decir.<br />

He aquí ahora que, en vuestra lectura, os tropezáis<br />

con una frase incomprensible. Durante unos<br />

instantes dejáis de buscar el sentido para hacer<br />

gramática, o sea, vais poniendo en su sitio los elementos<br />

que permiten a una frase tener sentido:<br />

«Veamos dónde está el sujeto..., el complemento...<br />

y, una vez situados esos elementos, leéis el texto<br />

para darle sentido. O también constatáis que la<br />

carta empieza de forma pesimista y que acaba mejor;<br />

el tono se ha ido transformando; repasáis el<br />

texto para ver qué es lo que ha permitido esa transformación<br />

(quizás sencillamente el hecho de haber<br />

contado a los sobrinos lo que le pasa). En este caso,<br />

no os salís del texto, sino que lo intentáis comprender<br />

en él mismo.<br />

Estas dos formas generales de estudiar un texto<br />

han sido recogidas y perfeccionadas por los especialistas.<br />

Vamos a ver cómo las utilizan ellos y cómo<br />

podemos utilizarlas también nosotros.<br />

• El análisis histórico<br />

Al leer la carta de la tía Ursula, os preguntáis:<br />

«¿Qué es lo que quiere decirnos?»; y para contestar,<br />

situáis la carta en su vida actual o en su pasado.<br />

Esta es también la pregunta que nos hacemos<br />

ante un texto bíblico: «¿Qué quiere decir Lucas?<br />

¿Qué quiere decir el autor del Génesis?».<br />

Pero aquí las cosas son algo más complicadas.<br />

Vosotros conocéis a vuestra tía Ursula. Pero yo no la<br />

conozco; si leo su carta, me haré una idea de ella a<br />

partir de su escritura, de las alusiones históricas<br />

que hace, de la mentalidad que manifiesta; le asignaré<br />

una edad, un ambiente, unas ideas y, a partir<br />

de ese personaje fabricado, interpretaré la carta.<br />

Resulta un poco peligroso, y es preciso que lo sepa;<br />

estoy inventando un personaje a partir del texto, e<br />

interpreto el texto a la luz de lo que creo saber del<br />

personaje.<br />

Del mismo modo, conocemos a Lucas o al autor<br />

del Génesis solamente por sus textos. Por eso hay<br />

que avanzar con precaución y verificar continuamente<br />

lo que se afirma.<br />

• Cómo situar a un autor<br />

Es algo bastante fácil en el caso de la tía Ursula,<br />

porque pertenece a mi época. Pero si por ventura<br />

hace alusión a la guerra de 1914, me veré obligado a<br />

referirme a lo que he leído en los libros. Los libros<br />

de la Biblia fueron redactados hace dos o tres mil<br />

años; para situarlos, hay que acudir a los datos que<br />

proceden:<br />

- de la historia tal como la conocemos por la<br />

Biblia y por los demás documentos de otros pueblos;<br />

- de la literatura de la época: los judíos desterrados<br />

en Babilonia oyen referir las grandes leyendas<br />

mesopotamias sobre el diluvio; los sermones judíos<br />

de la época de Jesús nos muestran cómo se comprendía<br />

entonces tal texto de la Escritura...;<br />

- de la arqueología: la ciudad de Jericó estaba<br />

en ruinas cuando la tomó Josué; se ha encontrado<br />

en Jerusalén la piscina de cinco pórticos de la que<br />

nos habla Juan...<br />

Este trabajo está reservado evidentemente a los<br />

especialistas. Pero por fortuna ellos se han cuidado<br />

de comunicarnos los resultados más sólidos de sus<br />

investigaciones; no faltan excelentes obras de vulgarización,<br />

pero sobre todo en las introducciones y<br />

notas de vuestras Biblias podréis encontrar los datos<br />

esenciales. Basta con que lo sepáis... y los utilicéis.<br />

• ¿Dónde situar el relato?<br />

Imaginamos con demasiada facilidad que el autor<br />

de un relato no es más que un magnetofón que<br />

PARA LEER EL AT 15

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