charpentier, etienne.. - 10
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25) la verán realizada en la sangre de la última cena<br />
de Jesús.<br />
- Los actos proféticos. Como todos los profetas,<br />
pero más que los otros, Jeremías predica con sus<br />
actos tanto como con sus palabras. Estos gestos<br />
simbólicos son muchas veces más que un simple<br />
anuncio; como el profeta es portador de la palabra<br />
de Dios, 'palabra eficaz, sus actos hacen de alguna<br />
manera presente de antemano el suceso anunciado.<br />
En este sentido, el gesto de Jesús en la cena es<br />
taJJ;1bién un acto profético.<br />
- El diario íntimo de Jeremías. Jeremías es, con<br />
Pablo, el personaje de la Biblia que mejor conocemos.<br />
En efecto, nos muestra sus reacciones personales,<br />
su fe y sus dudas en algunos pasajes muy personales<br />
que a veces se han llamado sus confesiones.<br />
Puede chocamos el mensaje de los profetas; a veces<br />
presentan a un Dios que amenaza con castigos a su<br />
pueblo porque ha pecado. Catástrofes naturales, guerras,<br />
injusticias humanas... ¿será todo esto un castigo<br />
de Dios? Esta imagen de un Dios vengador nos resulta<br />
insoportable.<br />
Pongamos una parábola. Un joven, entusiasmado<br />
con su moto. Un día, el accidente: el hospital, largos<br />
meses en la cama, los médicos, las enfermeras... y una<br />
enfermera que pronto empieza a atenderlo con un esmero<br />
más que profesional. Y se casan. Es posible que<br />
aquel muchacho le diga un día a la que se ha convertido<br />
en su mujer: «En el fondo, tuve suerte por haberme<br />
roto la pierna; si no, no te habría conocido». Aceptamos'esta<br />
frase, pero"llos parecería odioso que el capellán<br />
del hospital le dijese al recibirlo: «Has teniao<br />
suerte... ». ¿Por qué? En el primer caso, es el propio<br />
interesado el que, desde dentro y después del hecho, da<br />
un sentido a su accidente; no se le impone desde fuera.<br />
Por otra parte, el accidente sigue siendo también para<br />
él un mal; lo que considera como una suerte es el efecto<br />
que se derivó de aquel mal.<br />
Transformemos esta historia para relacionarla<br />
«DIOS OS VA A CASTIGAR...»<br />
Leed, por ejemplo, 12, 1-5 Y 20, 7-18: ¿cómo nos<br />
ayudan estas «oraciones» a comprender a Dios?; ¿a<br />
comprendernos a nosotros mismos?; ¿nuestras relaciones<br />
con Dios?<br />
- La vocación (l, 4-19). La manera como un profeta<br />
presenta su vocación, su llamada por Dios, nos<br />
ilumina muchas veces sobre su mensaje. Para Jeremías,<br />
no se trata de nada extraordinario: todo parece<br />
ocurrir en la intimidad de la oración. Intentad<br />
descubrir, a partir de este texto, cuál es la misión<br />
que se le confía a Jeremías y algunos rasgos de su<br />
carácter. ¿En qué se basa su seguridad? Las dos<br />
visiones (v. 11s y 13s) nos muestran cómo un profeta<br />
«ve» a Dios en los acontecimientos. ¿Cómo puede<br />
ayudarnos esto a descubrir en nuestra vida y en los<br />
acontecimientos del mundo la palabra de Dios?<br />
con los textos proféticos. Supongamos que aquel chico,<br />
antes del accidente, llevaba una vida libertina yegoísta.<br />
El sufrimiento, los meses de soledad, lo llevan a<br />
pensar en el vacío de su vida; es otro chico el que sale<br />
del hospital, decidido a cambiar de vida. Habiendo<br />
recobrado incluso la fe, es posible que algún día le diga<br />
a Dios: «Hiciste bien en permitir aquel accidente, pues<br />
así he encontrado un sentido a mi vida». Aceptamos<br />
esta oración, pero sigue pareciéndonos odioso el capellán<br />
que dijera: «Ya ves, Dios te ha castigado... ».<br />
Los profetas son ese chico, y no el capellán. Ezequiel<br />
es deportado con el pueblo; Jeremías es perseguk<br />
do y sufre de antemano las calamidades de su pueblo.<br />
Reflexionan sobre unos sucesos que para ellos siguen<br />
siendo un mal. Pero desde dentro y más tarde (o «de<br />
antemano» en Jeremías) intentan darles un sentido,<br />
ver el buen efecto que pueden tener; hacen que el pueblo<br />
reconozca su mala vida y la necesidad de convertirse.<br />
Esos acontecimientos son para ellos -aunque lo<br />
expresen con fórmulas algo duras-, más que un castigo<br />
de Dios, la ocasión de descubrir el amor de Dios que les<br />
invita a una nueva vida.<br />
PARA LEER EL KI' 83