Arlequine - andes
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salvador de Occidente. El súper héroe, el santo varón (Con sonrisa irónica.)<br />
Juan – Pero tampoco tienen derecho a sacrificar a los palestinos, como dijimos.<br />
<strong>Arlequine</strong> – Es una decepción, habida cuenta que soy desde niño gran admirador de<br />
la antigua Persia con la lectura de “Las Mil y Una Noches”, libro maravilloso muy<br />
anterior a Mahoma y la expansión islámica. Guardo sus cuentos en la memoria y aun<br />
busco la alfombra voladora antes de subir a un avión. Cheherazada fue mi primer<br />
amor.<br />
Juan – O sea que nuestros cuellos valen sólo a 50.000 euros y no tenemos quien nos<br />
proteja a no ser acá el propio Tío (Le mira suplicando ayuda.)<br />
<strong>Arlequine</strong> – El viaje a Venecia nos ha despertado un gran sentido del humor. Me<br />
alegra.<br />
El tío – De todos modos un día serán los dinosaurios del pretérito indefinido. Es sólo<br />
cuestión de un meteorito más grande. Tendré cuidado en seleccionar mis fósiles de<br />
dos en dos. (Les mira travieso.)<br />
Juan – O seguir con la contaminación y el calentamiento, ignorando la crisis climática.<br />
<strong>Arlequine</strong> – Propongo dejar los pensamientos y raciocinio para más adelante, mañana<br />
por ejemplo. Tuvimos un día pesado de viaje y maletas. Estamos recién llegados en<br />
una ciudad que merece ser disfrutada. Sólo contemplar desde acá fuera este milagro<br />
arquitectónico que es la Catedral de San Marcos con el oro y pedrerías de sus<br />
monumentos, es sentir una emoción excepcional. Mientras más se la mira más<br />
sorprende y debemos entrar a ver el interior. A mí me gusta más que San Basilio en la<br />
Plaza Roja de Moscú, que es también otra maravilla arquitectónica en estilo bizantino.<br />
Igual que las catedrales de Colonia y de Ulm en su estilo gótico en Alemania. Pero<br />
ésta es inigualable, además del ambiente. Debiera estar en el Olimpo para recibirnos<br />
a los amantes de lo sublime (Ejem.)<br />
Juan – Creo que llegamos al Olimpo terrestre.<br />
<strong>Arlequine</strong> – Dice la leyenda rusa que el Zar Iván “El Terrible”, ordenó sacar los ojos al<br />
constructor de San Basilio para que no pueda repetir obra igual. Verdad o fantasía se<br />
explica por si misma.<br />
El tío – <strong>Arlequine</strong> está con la razón una vez más. Hay que averiguar sobre la ópera y el<br />
teatro, pues no podemos dejar pasar la ocasión. Haber qué está en cartelera porque de<br />
artistas, cantantes y orquestas ni hablar, en esta época siempre llegan los mejores de<br />
Europa. Además en idioma italiano que es dulce y armonioso.<br />
Juan – Cuando veníamos caminando del hotel leí un anuncio de “Los Cuentos de<br />
Hoffmann” de Jacques Offenbach. Es una ópera que me fascina inspirada en las<br />
narraciones del prusiano Amadeus Hoffmann, donde se manifiesta un desafío de<br />
voces entre sopranos, barítonos y bajos. (Mirando con simpatía a El tío.) ¿Qué opinas<br />
doctor Coppelius?<br />
El tío – Como aludido directo, debo decir que estaría extasiado, pues a mi juego me<br />
llamaron. El segundo acto se desarrolla precisamente en Venecia, así que tenemos<br />
que procurar un palco para los tres, a cualquier precio. En los hoteles de lujo es<br />
corriente arreglar estas cosas con los ujieres pasándoles buenas propinas. Denlo por<br />
hecho.<br />
Juan y <strong>Arlequine</strong> – Bravo. Qué grande.<br />
El tío – Para estas funciones hay que reservar entradas con meses de anticipación.<br />
Los palcos son comprados por año redondo. Pero no se preocupen. El interior del<br />
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