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Arlequine - andes

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(El trío de música continúa la ejecución. A los dos minutos aparece por el lado<br />

derecho del escenario un hombre mayor con toda la apariencia de Mefistófeles. Para<br />

la música.)<br />

El tío – Calma, calma. Cuando no hay respuesta mejor es siempre esperar con calma.<br />

Es mi experiencia milenaria. Yo soy el primer hombre conocido que aparece en la<br />

tierra. Además no tenía donde ir, como ahora mismo y mañana. Este es mi lugar. Mi<br />

único hogar bien registrado.<br />

Porque no existe otro más allá. ¿Ustedes saben de alguien que regresó? Dime tú<br />

Juan, con sinceridad, dí la verdad, tu verdad, que es la de todos nosotros. ¿Conoces<br />

alguien que retornó? ¿Que resucitó de entre los muertos? Pero de verdad, sin<br />

mentiras convencionales, porque no se trata aquí de engatusar a nadie. De ofrecer<br />

otros mundos muy felices en los que no existe el tiempo. Ni la nada. Que estaría<br />

poblado de almas desde que el segundo hombre o mujer, pues yo fui el primero como<br />

les dije, dejó de existir, o sea dejó de vivir. Esto sí es para reír. Imaginemos la nada<br />

poblada por millones de millones de entes abstractos e indelebles a los que llamemos<br />

almas.<br />

Álter ego – (Dirigiéndose al público.) Pueden ustedes salir de aquí felices, dando<br />

saltos de alegría, sabedores primero, que tienen un alma, y segundo, que esa alma<br />

vivirá eternamente en la nada, fuera del tiempo. Quedan invitados a venir seguido al<br />

teatro y volver a ver cientos de veces esta obra, para vivir satisfechos de tanta<br />

fechoría, pues así habríamos tenido un éxito inigualable de representaciones como<br />

hacen los curas en sus iglesias. Ellos saben que de eso viven, es su trabajo. Pero, por<br />

favor, no culpen al autor que ahí vemos (Le señala.)<br />

(En el escenario aparece del lado derecho un balcón abierto donde hay un escritorio<br />

pequeño en el que está El autor sentado vestido de arlequín.)<br />

El autor – Oigo que hablan de mi. Me agrada saberlo. Bien o mal, no interesa, lo<br />

importante es que no me ignoren. (Fingiendo una sonrisa.) Mi consejo es que asuman<br />

su propia responsabilidad, conforme a sus expresiones y manera de pensar. En<br />

especial de lo que digan en público, mas no olviden que el pez muere por la boca.<br />

Ustedes son bastante mayores para saber medir sus palabras y responder por sus<br />

hechos. Acuérdense siempre que venimos solos y desnudos al mundo y de acuerdo<br />

con la Naturaleza gozamos del más libre albedrío. El hombre nace, vive y muere solo.<br />

El problema surge cuando se integra a la sociedad humana a la que pertenece, por<br />

maña y por figura. De modo que el futuro está en sus propias manos. El destino no<br />

existe, te lo haces tú. El mundo y la vida son patrimonios individuales. No son<br />

colectivos como se cree. Te mueres y ¡chau! Ahí se acaba. Nada que ver con el hado<br />

que no es sino el pretexto con el que se busca cubrir errores capitales. Sólo existen<br />

para y en función de cada uno, pues desaparecen junto a cada cual al morir. Y se<br />

muere una sola vez. ¡Para siempre!<br />

Álter ego – (Meditando.) Que yo sepa los muertos no se llevan el mundo, ni siquiera<br />

una aguja, menos la riqueza y el dinero que son creaciones artificiales para el buen<br />

vivir y la explotación de los demás. Ni sus cenizas ni sus gusanos. Ni sus<br />

pensamientos. Menos el alma, que ni siquiera es mortal. Los muertos bien muertos<br />

están. Vaya, ¡qué solos se quedan los muertos! Tampoco soy titiritero ni ustedes<br />

son marionetas, pues verán que no nos unen hilos de ninguna clase, visibles ni<br />

invisibles (Mira a todo lado dando vuelta la cabeza.) Así que cada cual con su vida y<br />

su muerte, con la que termina todo. A mi no me echen la culpa. No tengo nada que<br />

ver. El que los hubiera creado no me da derechos según la ley universal. Ni<br />

responsabilidad ni obligaciones. Ustedes están ahí y allá con ustedes. Aprendan a<br />

vivir en soledad que es inevitable. ¡Estamos solos en la vida, en la muerte y en el<br />

cosmos!<br />

El tío – Que pesimismo. (Irónico.) Siento frío. (Se para.)<br />

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