Arlequine - andes
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Juan – No somos los primeros en llevar este tema al teatro pues se nos han<br />
adelantado en Berlín, ¡cuándo no! Tenía que ser, porque los berlineses tienen un<br />
sentimiento trágico de la vida. Son como nosotros. Por eso nos identificamos.<br />
El tío – La mente occidental es abierta y no tiene normalmente carácter de ofensa.<br />
El autor – Vaya uno a hacerles entender eso a los musulmanes.<br />
El tío – Ojo, cuidado con nuestro pellejo. Corremos el riesgo de que saqueen el teatro,<br />
quemen las ediciones de nuestro libro y empiecen a ofrecer gratificaciones.<br />
Juan – No faltarán los cazadores de recompensas que de todos modos nos odian<br />
gratis, o por envidia. Los más mediocres hablan de matar de inmediato al adversario,<br />
sólo porque piensan en contrario a sus fáciles ganancias.<br />
<strong>Arlequine</strong> – Mejor nos curamos en salud y dejamos en claro que no queremos afrentar<br />
a nadie y menos al Islam (Sonriendo.) Si criticamos a la Iglesia católica y demás<br />
sectas cristianas es en defensa propia, porque invaden nuestra intimidad y son<br />
agresivos en su evangelización que no posee escrúpulos. Son teócratas. Ni su Dios<br />
los libera de su insano fanatismo. Son los talibanes de la derecha, encubiertos de<br />
prestigio social, que los hace intocables y se muestran impunes y sabios.<br />
El tío – Los bandidos, delincuentes, terroristas de ayer son los mártires, héroes de hoy<br />
y de mañana. No me importa morir mil veces si es necesario por la libertad de<br />
pensamiento, de opinión y de información. Madre y abuela de todas las libertades.<br />
Juan – Aquí corresponde una de cal y otra de arena, porque el fundamentalismo<br />
islámico, pese a admitir la fraternidad, no reconoce los derechos humanos y las<br />
libertades que, aunque con limitaciones, son aceptadas en Occidente, como la<br />
libertad de “pensamiento, de opinión e información”, sentenciando a muerte o<br />
mutilaciones a los infractores del Corán. Sin embargo cuánta diferencia entre una<br />
mezquita y una iglesia ortodoxa, por ejemplo. Entre la sobriedad y el rococó. ¿Por qué<br />
no educamos desde el nacimiento, a los bebés y los niños, a desconocer el miedo, en<br />
lugar de asustarlos con el cuco? (Mira a El tío con sonrisa.)<br />
<strong>Arlequine</strong> – ¡El cuco no existe! ¿Qué mejor que el amor y la seguridad en los<br />
padres? Se da en los animales. ¿Por qué seguir con la comedia del bautizo forzoso<br />
a un bebé cuando lo único que sirve y vale es el registro civil? Este es otro paso<br />
hacia el hombre íntegro. El Vaticano es el Estado más autocrático que se conoce,<br />
como en la época de los faraones, de los que han copiado su modelo de poder y<br />
dominación; donde la verticalidad proviene de la infalibilidad del Papa,<br />
representante de Dios en la tierra. Imagínense.<br />
El tío – Sin embargo la jerarquía eclesiástica predica y arbitra la democracia que<br />
desconoce en su fuero interno y en su acción. Los jesuitas son ejemplo de disciplina y<br />
despotismo. Esto es un engaño. ¿Cómo creerles? Es falsedad y cinismo predicar y<br />
sermonear lo que no se practica. Una actual relación del Dante mostraría estadísticas<br />
sorprendentes: sólo 7% de los Papas están en el Purgatorio, uno por cada pecado<br />
capital y 4% en el Antepurgatorio, el otro 89% permanece en los círculos y recintos<br />
del Infierno según la diferente índole de los condenados, hasta llegar a lo más<br />
profundo. Ni uno solo en el Paraíso a la diestra ni siniestra de Dios Padre. Hasta el<br />
siglo XIII ya están nominados en “La Divina Comedia”. Lo posterior es historia reciente.<br />
Juan – El trueno es trueno y el relámpago, relámpago no más. En la educación<br />
tenemos que reemplazar la palabra Dios por Naturaleza y habremos cambiado la<br />
mente del hombre para siempre, formando al hombre nuevo. Hay que empezar con<br />
los jóvenes, más débiles mentales y siempre rebeldes a la tradición. Desde los<br />
párvulos en la escuela. Transformado en un ser digno de representar el ideal de la<br />
condición humana. Fuerte y superior de verdad.<br />
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