Arlequine - andes
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comercio internacional, inversiones, etc. Eso es democracia en acción “a lo Davos” y<br />
es muy parecido a cómo funciona el consenso World Trade Organization.<br />
Juan – ¿Y la democracia?<br />
A.S. – ¿Qué tiene que ver Davos con la democracia? Absolutamente nada, como he<br />
explicado antes con el ejemplo del consenso. Davos es un ejemplo clásico del Caballo<br />
de Troya, que conquista por vías engañosas. Solamente de que después del Consenso<br />
de Davos está aceptado e implementado, pueden los pueblos del mundo darse cuenta<br />
de los desastres que sufrirán sus comunidades con la explotación; y ya es demasiado<br />
tarde y la gente no encuentra la conexión entre Davos y su miseria. Sólo hay unas<br />
pocas personas en el mundo que se dan cuenta de la conexión entre Davos y los<br />
abusos que ocurren en años siguientes. Sólo ellos saben que los capitalistas globales<br />
en Davos juegan su rol en esta conspiración y decepción gigante. (Mirando a los tres<br />
que se hallan sorprendidos.) Disculpen mi español, ¿está claro, no?<br />
El tío – Tu español está perfecto, no te preocupes.<br />
Juan – Completamente claro. ¿Qué podemos hacer con Davos?<br />
A.S. – Nada. Porque Davos es solamente un pequeño jugador en un juego más<br />
grande del capitalismo global monopólico. La respuesta obviamente no es reformar<br />
Davos o reformar el capitalismo, queridos amigos latinos, óiganlo bien, la única<br />
solución es el socialismo, no comunismo estilo ex Unión Soviética ni capitalismo estilo<br />
China, administrado por el partido comunista, ni “socialismo populismo” siglo XXI del<br />
presidente Hugo Chávez de Venezuela y sus adherentes satelitales, sino Socialismo<br />
Democrático, lo cual es la única respuesta y solución, tanto a Davos como al<br />
capitalismo, en la circunstancia histórica para el siglo XXI.<br />
<strong>Arlequine</strong> – Estos cambios y marchas, nos lo enseña el pasado siglo XX, cuyos<br />
fracasos heredamos, deben ser tranquilos, tienen su propia dinámica, como está<br />
haciendo la Unión Europea y el triunfo del conservadurismo en Francia. Lo que<br />
significa esperar su desgaste, pese al repunte de los llamados socialistas en<br />
elecciones municipales.<br />
Juan – Está enfrentado a la juventud y los inmigrantes, no admite la reacción<br />
generacional de protesta de mayo del 68. Habrá un después. Nicolás Sarkosy es<br />
girondino. Tiene nostalgia de Imperio por doble partida, por francés y por húngaro.<br />
Con un abuelo judío no es de fiar para el cambio.<br />
El tío – Los movimientos violentos y dos gr<strong>andes</strong> guerras fracasaron durante los años<br />
novecientos, la tierra gira en su ritmo y cualquiera variación es imperceptible en medio<br />
millón de años. El cambio real es el revolucionario, que se da muy de vez en cuando.<br />
Primero está Francia y el orgullo de ser francés. Aun los hechos violentos no tardan en<br />
imponer un nuevo “estado de derecho” y ajustar cuentas con los conflictivos y rebeldes.<br />
En las elecciones parlamentarias confirmó su mayoría, suficiente para gobernar tranquilo<br />
e imponer su programa. Las capas medias son conservadoras en todas partes, primero<br />
buscan su seguridad familiar y particular. Sólo vuelcan la balanza en la desesperación. Y<br />
esto lo sabe bien la derecha.<br />
<strong>Arlequine</strong> – Mayo de 1968 marcó un tiempo. Fue una pena que André Malraux que se<br />
hallaba de ministro de cultura del general De Gaulle hubiera hecho escarnio de<br />
semejante alerta temprana, que sus Antimemorias no borran. Igual Jean-Paul Sartre<br />
que ironizó aquel movimiento, pese a reconocerlo: “El desorden es la voluntad de un<br />
nuevo orden”. Europa está entrando en una crisis profunda. El rechazo de los<br />
electores irl<strong>andes</strong>es al Tratado de Lisboa, muestra que los dirigentes están lejos del<br />
pueblo. El Tratado de Una Constitución para Europa no interpreta la realidad social y<br />
de ahí los pronunciamientos populares en contra.<br />
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