Arlequine - andes
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El tío – La tierra se nos muere. Pero el G-8 sabe que en la contaminación está su<br />
poder económico y no están dispuestos a ceder. El fracaso de Copenhagen era<br />
previsible.<br />
<strong>Arlequine</strong> – El cambio climático es evidente e irreversible pues no confío en los líderes<br />
mundiales vendidos a las corporaciones transnacionales. Primero son los billetes, las<br />
finanzas y después el diluvio. Esta semana, como todos los años, empieza el Foro<br />
Económico Mundial en Davos, donde se reúnen anualmente los dirigentes del<br />
establishment internacional para tratar los problemas que aquejan al mundo, por<br />
supuesto más a ellos, por muy pudientes y protegidos que estén. Además de ser los<br />
más timoratos, porque tienen mucho que perder.<br />
Juan – O demasiado pragmáticos y seguriolas.<br />
<strong>Arlequine</strong> – Confío que lleguemos para la inauguración sin perdernos el espectáculo<br />
desde la primera fila, los demás días veremos. Me permito adelantarles que, eso sí<br />
infaltable, tenemos reunión de La Tertulia, que es lo que más nos interesa. Está todo<br />
reservado y previsto con la presencia asegurada de los convocados, gracias a nuestro<br />
padrino El tío, gran anfitrión en esta oportunidad. En otras palabras, el generoso<br />
paganini.<br />
Juan – Aparte del efecto invernadero, el calentamiento global y cambio climático, así<br />
como la depredación de los bosques de este tiempo, a mí también me preocupa el<br />
enfriamiento de la tierra –difícil de creer, ¿verdad?– debido al alejamiento evidente,<br />
imperceptible, que tenemos del sol. Corremos el riesgo de ser un planeta gélido,<br />
muerto, totalmente congelado dentro de un millón de años, que relativamente es pronto<br />
y está cerca, aunque para entonces nosotros no seremos testigos (mira a El tío,<br />
curioso.)<br />
El tío – Se supone que yo tampoco. Les pido disculpas por llevar unos invitados<br />
especiales a la reunión, quisiera su consentimiento para confirmarles debido a<br />
compromisos antelados que tienen. Son gente inteligente que estoy seguro les<br />
agradará conocer.<br />
Juan y <strong>Arlequine</strong> – Por supuesto.<br />
<strong>Arlequine</strong> – Aquí ya podemos empezar a perder el miedo, además, porque<br />
contrariamente a los primeros homínidos u homúnculos, nosotros habremos de<br />
disfrutar el lujo, la comodidad, el refinamiento mas sutil y delicado que se pudiera dar<br />
y encontrar en la vida moderna. Todo el confort y la gula espiritual y material posibles.<br />
Y la sorpresa final, con tres bellas damas de compañía para lo que permaneceremos<br />
dos días más en St. Moritz.<br />
Juan – (Haciéndose el desentendido.) Ahora sí hablemos del espíritu.<br />
El tío – Del alma y el origen de la vida. Temas pendientes. La muerte bien muerta<br />
está. ¡Y chau!<br />
<strong>Arlequine</strong> – Para poder entendernos, tenemos que saber movernos en dos estratos<br />
sobrepuestos el uno con el otro. Y diferenciarnos dentro la barrera invisible e<br />
imperceptible que los separa o los une, según el pecador.<br />
Juan – Haber. Cómo es eso, que no comprendo.<br />
El autor – Menos aun el público, por supuesto. Aclaremos un poco. Existen dos<br />
lenguajes no importa el idioma que se use. Sea latín, sánscrito, hebreo, éuscaro,<br />
inglés, aimara o español. Las palabras dan las formas, son los símbolos, lo esencial<br />
está en cómo aprehender la idea matriz. Por ejemplo. Un profesor y periodista cuyo<br />
nombre no quiero acordarme, tenido por inteligente en el medio, alguna vez me dijo<br />
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