Arlequine - andes
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segundo cuadro del primer acto en el domicilio de <strong>Arlequine</strong> quien se encuentra junto<br />
a su escritorio en actitud de trabajo acompañado de los dos amigos en sendas sillas.)<br />
Termina la música.<br />
<strong>Arlequine</strong> – Bueno, creo que hemos llegado al final de nuestra obra de teatro. ¿No les<br />
parece?<br />
Juan – Es el momento, pues hay que saber retirarse a tiempo.<br />
El tío – (Se pone de pie y camina por el escenario.) Al final tú eres el autor y todos<br />
dependemos de ti, tanto nosotros los actores, así como los espectadores que andan<br />
ansiosos de saber que va a pasar finalmente. Por supuesto que hay todavía mucha<br />
leña que cortar y el mundo de las ideas es infinito, como el cosmos. No se acaba<br />
nunca.<br />
Juan – (Se para.) Además en toda obra debe haber un epílogo. Una conclusión, todos<br />
esperan que ocurra algo que finalmente la caracterizará. Lo demás han sido pajas.<br />
El autor – (Se levanta y camina hacia los contertulios.) ¿Creen ustedes que podemos<br />
sacar algunas conclusiones de nuestro periplo? Quizás sean enseñanzas útiles para<br />
nuestros semejantes. El teatro debe ser ético y pedagógico.<br />
El tío – ¿Semejantes?<br />
El autor – Quiero decir la especie humana a la que pertenecemos. ¿O no es así?<br />
¿Somos o no somos? (Mira con desconfianza a El tío.)<br />
Juan – Siempre resulto ser el tercero en discordia. Claro que sí; con cabeza, tronco y<br />
extremidades. No nos van a confundir en ningún lado. Otra cosa es que pensemos<br />
diferente, pero eso no lo saben los demás, al menos hasta ahora. No nos conocen<br />
felizmente por eso nos han dejado vivir tranquilos.<br />
El tío – Ya lo dijimos algún momento, aquello de los caracoles dentro de su concha,<br />
pueden ser sabios pero se los ignora. No se sabe de verdad.<br />
El autor – (Sonriente.) Menos mal. Pero después de que caiga el telón ¿qué va a pasar?<br />
¿Qué creen ustedes va a ser de nosotros?<br />
Juan – ¡La proscripción o la gloria!<br />
El tío – Muerte en vida o muerte de todas maneras, física. En este caso no se<br />
preocupen porque me tienen a mi y les estaré esperando con alfombra roja, porque se<br />
la han ganado, muchachos. Bienvenidos al reino de la sombra. No los abandonaré<br />
jamás. Cuídense más bien de los vivos, de sus conciudadanos, coevos, compañeros,<br />
amigos, colegas. De sus llamados semejantes. (Sonriendo.) De las mujeres.<br />
El autor – De acuerdo. De todos modos tiene que haber dramatismo, para conmover<br />
al público y se extienda la fama de nuestra calidad teatral. Podemos vender un millón<br />
en DVD. Con nosotros mismos de actores, imagínense. En rayo azul último modelo.<br />
En seis idiomas de vídeo y de lectura de subtítulos, para empezar. También otros en<br />
chino y en idiomas nativos. Lo mismo en libros traducidos para que nos lean, como<br />
dijimos.<br />
Juan – Miren a los espectadores y sabrán lo que nos espera. En este momento son<br />
inconmovibles, están hieráticos. Esperan algo más de nosotros. Generalmente<br />
quieren violencia, acción, sangre, sexo, como en las películas.<br />
<strong>Arlequine</strong> – No somos de esos. Tampoco goliardos. Somos intelectuales y creemos<br />
en la humanidad, como lo hemos demostrado siempre. No hay que perder la<br />
compostura.<br />
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