12.05.2013 Views

Arlequine - andes

Arlequine - andes

Arlequine - andes

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

El tío – Daríamos una impresión de mediocridad espantosa frente a un tema en el que<br />

debe brillar la inteligencia. Aquí no hay mujer-hombre ni rico-pobre. Los valores están<br />

muy por encima de sus propias limitaciones y la miseria humana.<br />

Juan – A mi juego me llamaron esta vez, como académico y estudioso de la filosofía,<br />

la ética, la razón y el pensamiento. Más importante es el historicismo, porque los<br />

valores no son eternos y más bien hay que hablar de su relatividad. Este es el tema<br />

de fondo y no irnos por las ramas como se acostumbra hacer incluso entre gente con<br />

talento. El bosque y el árbol son dos cosas distintas aunque tengan el mismo cenit.<br />

<strong>Arlequine</strong> – El valor material es indiscutible. El uso filosófico desde los estoicos que lo<br />

vincularon a la ética, le asignaron cualidad de selección moral y le dieron categoría<br />

subjetiva; lo transformaron en algo digno de elección entre la naturaleza y la razón. Creo<br />

que he logrado zanjar todas las diferencias y discusión al respecto.<br />

El tío – Cabe recordar, una vez más, el gran cambio que hubo en la tierra desde 1905<br />

cuando apareció la teoría de la relatividad especial de Albert Einstein, y ni pensar después<br />

en 1914 con la teoría de la relatividad general completada por su genial descubridor.<br />

Desde entonces hay que hablar de un antes y un después de Einstein, es decir de la<br />

relatividad. Ya nada es absoluto y todo, absolutamente todo, es relativo. Es fácil repetirlo<br />

paro es bastante difícil entenderlo.<br />

<strong>Arlequine</strong> – Una nueva concepción del mundo, con el tiempo de cuarta dimensión. Lo<br />

que Copérnico había hecho con el espacio. Así hablamos hoy con más propiedad del<br />

espacio-tiempo. ¿Qué les parece?<br />

Juan – Que se siguen derrumbando las viejas creencias y los ídolos de barro. Somos<br />

una generación privilegiada la que ha vivido en y después del siglo XX.<br />

<strong>Arlequine</strong> (molesto) – Entonces tendríamos que hablar desde los estoicos, de Kant,<br />

de Nietzsche y muchos otros más, que fueron enriqueciendo el concepto a través de<br />

los años, hasta llegar a la modernidad, donde los cambios son demasiado evidentes.<br />

Sin ir muy lejos nuestros hijos ya nos llevan un siglo de diferencia a su favor y sin<br />

seguirles los pasos estaríamos demasiado atrasados a su lado en visión de mundo.<br />

Juan – Eso es. Por ahí nos entendemos mejor y así estamos a la altura que nos<br />

corresponde, sin techo alguno que nos golpee y aplaste la cabeza. Conozco a varios<br />

tarados que se creen muy suficientes y capaces hablando tonterías sin siquiera darse<br />

cuenta, precisamente limitados en su propia comprensión, pues les faltó la millonésima<br />

de altura virtual que diferencia al talento del imbécil.<br />

<strong>Arlequine</strong> – Es dramático observarles sin siquiera darse cuenta de su desgracia. En<br />

los hechos son más felices que nosotros. Pobres gentes, lo digo como paradoja.<br />

El tío – Lo cierto es que tenemos demasiados temas y proposiciones que tratar,<br />

especular y en lo posible definir, dejando bien sentados los conceptos y aclaradas las<br />

posiciones. Veo que no dispondremos del tiempo suficiente y que debemos ser más<br />

concretos en temas específicos para no defraudar a la afición que nos sigue y nos<br />

admira. Podemos pedir otras tazas de café yungueño caliente. Está exquisito.<br />

<strong>Arlequine</strong> – ¡Mozo! (Se acerca solícito.) Tráiganos otras tres tazas de café expresso<br />

doble, por favor.<br />

Juan – Para mí cortado, gracias.<br />

Paréntesis en medio del Cuadro. EPILOGO.<br />

(Las cortinas de cierran y se abren de inmediato, mientras el Trío de violín, viola y<br />

violoncello interpreta el segundo movimiento Menuetto. Un telón de fondo recuerda el<br />

145

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!