Arlequine - andes
Arlequine - andes
Arlequine - andes
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
confianza y capturar su ánima en vida. No estoy ligado a la familia ni reconozco amigos.<br />
Sólo dependo del autor… (Le mira con sumisión.)<br />
El autor – Pienso que soy como el común de los mortales, pero, sin embargo, también<br />
creo que ciertas preguntas y sus respuestas constituyen, para mí, una obligación<br />
personal el desentrañarlas. No dudo que otros pudieran hacerlo con la misma sino mayor<br />
capacidad y necesaria interpretación requeridas, sino que me asalta y domina el impulso<br />
de hacerlo, con la convicción de que me hallo en la situación privilegiada de contribuir<br />
con algo nuevo que sólo yo puede y por tanto debe involucrarse. Sinó soy yo ningún otro<br />
lo hará, no por falta de capacidad, como dije, sino porque no les interesa. No miden la<br />
importancia y dimensión del problema.<br />
Juan – Eso es puro ego, jactancia, exageración. Creerse ombligo del mundo.<br />
El autor – No es vanidad ni autovaloración excesivas, sino el simple hecho de que no<br />
veo por otros lados expresada la idea o las ideas que para mi son normales y brotan<br />
con naturalidad, como cosas conocidas, pero que contradicen –en todo momento y<br />
lugar– las concepciones vigentes y normalmente admitidas, con bárbara y mediocre<br />
reiteración. Son mentiras convencionales. No puede ser que vivamos así. Me siento<br />
impelido, incitado. Hay otras verdades bajo la superficie.<br />
Juan - Tú frente a dos mil años de reiteración de lo mismo. El anticristo es una<br />
necesidad.<br />
El tío - ¡Eso! Bajo cuyo reinado, dominio y sombra se encuentra el averno real.<br />
Juan (altamente sorprendido) - ¿Cómo?, por favor. ¿Y tú?<br />
El tío - El anticristo está en la pederastia que practican los curas católicos y les tapa<br />
su Iglesia. No puede haber mayor crimen que violar niños, da terror el sólo enunciarlo.<br />
No se encuentra ni en las peores imágenes que pintaron el infierno. La realidad<br />
supera la ficción.<br />
Juan - “Así hablaba Zaratustra”.<br />
El autor - Una revolución del pensamiento siempre amagada. Te dicen loco, como a<br />
Nietzsche, para volcar la página y aquí no pasó nada<br />
El tío – ¡Bravo! ¡Bravísimo! Con cuanta pena yo también veo naufragar a todos los<br />
demás en el error y persistir en él. Son ciegos, sinó tuertos. (Irónico.) De cuerpo y<br />
alma.<br />
Juan – “El único animal que tropieza dos veces en la misma piedra es el hombre”,<br />
dice el adagio popular. (Dirigiéndose a El autor.) ¿Puedes dar un ejemplo?<br />
El autor – Mientras las gentes comunes y hasta los que se dicen inteligentes se<br />
preguntan el “por qué” de las cosas y de la propia existencia; desde mis primeros<br />
tiempos de raciocinio, para mí la pregunta trascendental inicial, era, es y seguirá<br />
siendo “para qué” estamos aquí. He ahí un ejemplo. Para qué esto o aquello, pues<br />
la naturaleza del ser tiene sentido y medida, como lo han demostrado ilustres<br />
pensadores y filósofos, ni decir los científicos, que nos han precedido en todos los<br />
tiempos hasta nuestros días. En este sentido, no es nada difícil responder al<br />
cuestionamiento de “por qué” estamos aquí.<br />
Juan - Está en todos los textos de historia de la filosofía. Alguno que otro filósofo<br />
famoso lo vislumbra pero termina, sin querer queriendo como se dice burlonamente,<br />
preso en la cuestión. Llámense Kant o Voltaire. Su metafísica los desenmascara y<br />
pone en evidencia.<br />
7