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gun talento ; pero ¡sea la gloria de aquel
que me ha procurado la fueate de la iastruccion!'*
Escusóse Qnintia bajo el preteslo de
ua graa dolor de cabeza , para el cual el
aire libre era el mejor remedio ; y el servicial
sacerdote le dejó por fia.
Ya deja discurrirse que ea la atenta
inspección que hizo eatonces mas sosegadameate
de todas las veataaas y aberturas
que dabaa al j ardí a , fijóse ea especial
su vieta ea las que estabaa mas
iamediaías á la puertecitá por la cual
había visto que Marta ialroducia á Hayraddin
ea el cuarto de las Condesas, á
lo que él presumía. Pero ningún movimiento
, niaguaa aparieacia coalribuyó
á confirmar ó desmealir las palabras del
gitaao; y empezaado la tarde á decliaar,
peasó sia saber porque que taa largo paseo
ea este jardín podía parecer sospechoso.