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de Orleans á los terribles calabozos de
Loches. '
— ¡ Con que era el duque de Orleans!
esclamó volviéndose á su sobrina : va me
lo parecía, á pesar de hallarnos tan distantes
del campo de batalla. ¿Ves, sobrinita
mía, lo que sucediera probable-r
mente si ese Monarca cauteloso y avaro
nos hubiera permitido presentarnos cu
su Corte?.... ¡ El primer Príncipe de la
sangre y el valiente Dunois, cuyo nombre
es tan conocido como el del héroe su
padre ! Este joven ha cumplido bravamente
con su deber; pero casi es lastima
que no haya sucumbido con honor,
pues su indiscreto ardimiento nos ha
privado de tan ilustres libertadores. "
La condesa Isabel respondió á esto con
firmeza y desagrado, y con una energía
que Durward no le notara hasta entonces.
«Señora, dijo á su tía, á no crear