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::usta mas que el exordio!» Diciendo e-t(j,
-e hundió en su silla , apretaado los
dientes y babeando de cólera , como el
animal cuyo nombre v despojos llevaba.
• He aquí cuales son tus crímenes ,
coatinuó el Obispo con el mismo tono
de serena determinación : ahora e>;cucha
lo que me digno ofrecerle como príncíj^e
compasi\o , como prelado cri>líano.
Arroja lu bastón de mand(j . renuncia á
tu autoridad, suelta los prisioneros, restilu\e
el bolín que has hecho , di>lribuye
lodo lo que [)osees á los huérlanos cuvos
padrí.'S asesina>te , á las viudas que privadle
de sus maridos; loma un vestido
de penitente , cúbrele la cabeza de ceniza
, coge un bordón , y vete peregrinando
d Boma. Yo mismo solicitaré de la
Cámara Imperial de Batisbona el perdón
de tus delitos , y de nuestro santo Padre
la absobicí«jn de tus pecados. •
Mientras {pie Luis de B'iboa pi oponÍM
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