Revista de la Biblioteca, Archivo y Museo (1932) - Memoria de Madrid
Revista de la Biblioteca, Archivo y Museo (1932) - Memoria de Madrid
Revista de la Biblioteca, Archivo y Museo (1932) - Memoria de Madrid
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
•- 142 -<br />
hereda el po<strong>de</strong>roso calüato. Luego <strong>de</strong> algunas guerras con León, Navarra<br />
y Castil<strong>la</strong>, ajustó <strong>la</strong> paz, y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> recibir <strong>la</strong>s embajadas <strong>de</strong> los emperadores<br />
<strong>de</strong> Alemania y Constantino pía, <strong>de</strong> doña Hlvira <strong>de</strong> León, <strong>de</strong> Borrell<br />
I <strong>de</strong> Barcelona y <strong>de</strong> Sancho García, señor <strong>de</strong> los rascones, a quienes<br />
asombró con el lujo <strong>de</strong> su corte, se <strong>de</strong>dicó a proteger <strong>la</strong> cultura.<br />
'Nunca babia reinado en España un príncipe tan sabio—dice Dozy—y<br />
aunque todos sus pre<strong>de</strong>cesores habían sido hombres cultos y aíicionados<br />
a enriquecer sus bibliotecas, ninguno habia buscado con tanto aLán libros<br />
raros y preciosos. En Ei Cairo, en Bagdad, en Damasco y en Alejandría<br />
tenía agentes encargados <strong>de</strong> copiarle o comprarle a cualquier pi^ecio libros<br />
antiguos y mo<strong>de</strong>rnos. Su pa<strong>la</strong>cio estaba lleno <strong>de</strong> ellos; era un taller<br />
don<strong>de</strong> no se encontraban más que copistas, encua<strong>de</strong>rnadores y miniaturistas.<br />
Sólo el catálogo <strong>de</strong> su biblioteca constaba <strong>de</strong> cuarenta y cuatro<br />
cua<strong>de</strong>rnos, cada uno <strong>de</strong> veinte hojas, según unos; <strong>de</strong> cincuenta, según<br />
otros, y no contenían más que el título <strong>de</strong> los libros, y no su <strong>de</strong>scripción.<br />
Refieren algunos escritores que el número <strong>de</strong> volúmenes ascendía a<br />
•cuatrocientos mil. Y Alháquem los había leído todos; y lo que es más:<br />
había anotado <strong>la</strong> mayor parte. E.scribía al principio o al lin <strong>de</strong> cada libro<br />
•el sobrenombre, el nombre palronimico <strong>de</strong>l autor, su íamilia, su tribu, el<br />
año <strong>de</strong> su nacimiento y <strong>de</strong> su muerte y <strong>la</strong>s anécdotas referentes a él. Estas<br />
noticias eran preciosas. Alháquenr conocía mejor que nadie <strong>la</strong> historia<br />
literaria; así que sus notas han constituido siempre una autoridad entre<br />
los sabios andaluces. Libros e.sci'ítos en Persia o en Siria a menudo le<br />
eran conocidos antes que nadie los hubiera leído en Oriente. Informado<br />
<strong>de</strong> que un sabio <strong>de</strong>l Irak, Abu el Farach Isíahaní, se ocupaba en i-eunir<br />
noticias <strong>de</strong> los poetas y cantores árabes, le envió rail monedas <strong>de</strong> oro,<br />
rogándole que le enviara un ejemp<strong>la</strong>r <strong>de</strong> su obra apenas <strong>la</strong> Imbie.se terminado.<br />
Lleno <strong>de</strong> reconocimiento, Abu el Farach se apresuró a satisfacer<br />
este <strong>de</strong>seo, y antes <strong>de</strong> publicar .su magnífica colección, que aún hoy es <strong>la</strong><br />
admiración <strong>de</strong> los sabios, envió al califa <strong>de</strong> España un ejemp<strong>la</strong>r corregido,<br />
acompañado <strong>de</strong> un poema en su honor y <strong>de</strong> una obra sobre genealogía<br />
<strong>de</strong> los omníadas. Un nuevo presente le recompensó. En general, <strong>la</strong><br />
liberalidad <strong>de</strong> Alháquem para con los sabios e.spañoles y extranjeros no<br />
reconocía límites; así anuían ellos a su corte. El monarca los alentaba y<br />
protegía a todos, hasta a los filósofos que, al fin, pudieron entregarse a sus<br />
estudios sin temor <strong>de</strong> que los matasen los mogig"atosi> (11).<br />
La magnanimidad <strong>de</strong> Alháquem II, su afición a <strong>la</strong>s ciencias y a <strong>la</strong>s<br />
letras y su amplio espíritu <strong>de</strong> tolerancia—en tremendo contra.ste con el<br />
sectarismo <strong>de</strong>l clero musulmán malequí que quería monopolizar <strong>la</strong> en.señanza—convencido<br />
<strong>de</strong> que <strong>la</strong> más noble ocupación <strong>de</strong>l hombre es el cultivo<br />
<strong>de</strong> <strong>la</strong> inteligencia, ,se encontraba, a<strong>de</strong>más, favorecida por <strong>la</strong> gran celeridad<br />
<strong>de</strong> <strong>la</strong> escritura árabe, cuvo carácter cursivo, comparable a <strong>la</strong><br />
taquigrafía mo<strong>de</strong>rna, <strong>la</strong> convierte en una línea <strong>de</strong> suaves inflexiones c|ue<br />
(11). íllsloi'iii lie los niiisiiliiioíics ilc EspiiHa, lomo III, páas. 99-101.<br />
Ayuntamiento <strong>de</strong> <strong>Madrid</strong><br />
www.memoria<strong>de</strong>madrid.es