15.05.2013 Views

Se rompieron las cadenas.pdf - Stichting In de Rechte Straat

Se rompieron las cadenas.pdf - Stichting In de Rechte Straat

Se rompieron las cadenas.pdf - Stichting In de Rechte Straat

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Fundatión En la Calle Recta (ECR)<br />

Una madre <strong>de</strong> familia me gritó un día en el confesionario: No supe que<br />

contestarla. Y no me atreví a predicarle la durísima doctrina profesada por la Iglesia<br />

<strong>de</strong> Roma. Me limité solamente a exhortarla que confiase en la misericordia <strong>de</strong> Dios.<br />

He aquí otro caso <strong>de</strong> tormentos provocados por la confesión obligatoria. Una<br />

jovencita había cometido un robo sin importancia. Tomó la <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong> confesar su<br />

falta, sin embargo, cada vez que se arrodillaba ante el sacerdote, le era imposible<br />

hacerlo. Tenía la convicción, según lo que se le había enseñado, <strong>de</strong> que todas sus<br />

confesiones habían sido sacrílegas, a causa <strong>de</strong> esta reticencia. ¡Qué angustia! Nuestro<br />

párroco nos había explicado, por ejemplo, gráficamente, en qué consistía un<br />

sacrilegio: en arrojar a Jesús a un muladar.<br />

Con el tiempo <strong>las</strong> ansieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> esta muchacha crecieron hasta el punto <strong>de</strong> no po<strong>de</strong>r<br />

soportar<strong>las</strong> más y, un día, se arrojó a la calle <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el tercer piso <strong>de</strong> su casa. No<br />

murió, sin embargo, y transportada a un hospital, tuvo allí el coraje <strong>de</strong> confesar su<br />

falta, bañada en lágrimas.<br />

Los católicos preten<strong>de</strong>n que la confesión es un alivio. Esto es muy comprensible en su<br />

doctrina: ellos viven, en efecto, en continuo temor <strong>de</strong>l infierno. De aquí que<br />

experimenten un gran consuelo ante algo que pue<strong>de</strong> librarles <strong>de</strong> él.<br />

En <strong>las</strong> misiones que predicábamos, muchos se confesaban con frecuencia <strong>de</strong> pecados<br />

que habían callado durante diez, veinte, treinta o más años. El temor <strong>de</strong>l infierno que<br />

les habíamos inspirado les hacía, por fin, abrir sus bocas. ¡Pero qué angustias<br />

interiores habían vivido durante años!<br />

Por lo que se refiere a este tema, no quiero escribir nada sobre los textos bíblicos que<br />

la Iglesia <strong>de</strong> Roma invoca en favor <strong>de</strong> la Confesión. Propongo solamente esta<br />

cuestión: <br />

Ciertamente, si un hombre cargado <strong>de</strong> pecados siente la necesidad <strong>de</strong> confesarlos no<br />

sólo a Dios sino también a un hombre digno <strong>de</strong> su confianza, pue<strong>de</strong> realizar un acto<br />

loable, honroso y pue<strong>de</strong> encontrar la posibilidad <strong>de</strong> consolar y fortificar su alma. Es<br />

realmente posible, en efecto, que un hombre sea totalmente atormentado por una<br />

falta grave y que le sea muy difícil creer en el perdón <strong>de</strong> sus pecados. En este caso,<br />

un sacerdote, un pastor, o un hermano creyente podrán confirmarle en la fe,<br />

diciéndole cordial, explícita y personalmente: <br />

Pero ésta es una confesión totalmente distinta <strong>de</strong> la confesión <strong>de</strong> la Iglesia Católica.<br />

Sólo raras veces encontré personas que sintieran verda<strong>de</strong>ra necesidad <strong>de</strong> confesar<br />

sus faltas. La mayoría venían forzadas por el intenso miedo al infierno.<br />

Otra objeción contra la confesión estriba en afirmar que no aporta seguridad alguna<br />

al menos para quien conoce bien la doctrina romana.<br />

En efecto, es preciso, para que una confesión sea válida y lícita, que satisfaga varias<br />

condiciones.<br />

La primera es el arrepentimiento que <strong>de</strong>be ser general, es <strong>de</strong>cir, <strong>de</strong>be incluir todos<br />

los pecados mortales, y real, o sea, acompañado <strong>de</strong> un firme propósito <strong>de</strong> no<br />

<strong>Se</strong> Rompieron <strong>las</strong> Ca<strong>de</strong>nas 47 Herman J. Hegger

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!