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Se rompieron las cadenas.pdf - Stichting In de Rechte Straat

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Fundatión En la Calle Recta (ECR)<br />

gran<strong>de</strong> que exista en el mundo, antes <strong>de</strong> permitir que mi <strong>de</strong>cisión no sea conforme a<br />

tu voluntad!> Me esforzaba entonces en representarme los más gran<strong>de</strong>s dolores <strong>de</strong><br />

este mundo, los tormentos <strong>de</strong> los campos <strong>de</strong> batalla, <strong>de</strong> concentración y <strong>de</strong> los<br />

hospitales. Después <strong>de</strong> representarme al vivo todos estos martirios <strong>de</strong>l cuerpo y <strong>de</strong>l<br />

alma le <strong>de</strong>cía a Dios: .<br />

Cuando rezaba así, experimentaba invariablemente un gran sentimiento <strong>de</strong> paz. Me<br />

convencía fuera <strong>de</strong> dudas que era rigurosamente honrado; no me empujaban móviles<br />

secretos e interesados. Escuchaba, aún, la voz <strong>de</strong> Dios que me <strong>de</strong>cía: .<br />

Entonces tomé la <strong>de</strong>cisión final <strong>de</strong> romper con mi pasado. Una resolución tal requiere<br />

todas <strong>las</strong> energías <strong>de</strong>l ser concentradas en la voluntad. <strong>Se</strong> alza por encima <strong>de</strong> todas<br />

<strong>las</strong> emociones y eleva el alma sobre toda otra agitación inferior. Me representé, en un<br />

instante <strong>de</strong> intensa concentración el conjunto <strong>de</strong> todos los argumentos. Y entonces<br />

dije: . Este sí resonó en lo más íntimo <strong>de</strong> mi ser. <strong>Se</strong> convirtió en la misma<br />

respiración <strong>de</strong> mi intimidad. El momento que le precedió tuve la sensación <strong>de</strong> tener<br />

mi vida entre <strong>las</strong> manos y me sentí como quien, <strong>las</strong> manos firmes sobre el timón, va<br />

a dar a su vida un nuevo <strong>de</strong>rrotero.<br />

Des<strong>de</strong> este instante afronté <strong>las</strong> situaciones <strong>de</strong> forma totalmente distinta. Mis<br />

hermanos en religión se me habían vuelto extraños. Permanecía ajeno a sus<br />

proyectos sobre mi porvenir. Aceptaba sus alegrías, pero sus gozos o tristezas no<br />

influían para nada en mi resolución. <strong>Se</strong>guía vistiendo el hábito <strong>de</strong> la Congregación<br />

pero, <strong>de</strong> corazón, había <strong>de</strong>jado <strong>de</strong> pertenecer a ella.<br />

Un día hablaron los Padres acerca <strong>de</strong> la gran actividad <strong>de</strong> los metodistas en el Brasil y<br />

uno <strong>de</strong> ellos afirmó que tenían un internado don<strong>de</strong> educaban muchachas jóvenes,<br />

formadas <strong>de</strong> modo especial, con vistas a la seducción <strong>de</strong> los sacerdotes. En la<br />

conversación alguien mencionó a un sacerdote convertido al metodismo y que<br />

enseñaba en el colegio protestante <strong>de</strong> Juiz <strong>de</strong> Fora. <strong>Se</strong> le juzgó con <strong>de</strong>sprecio.<br />

Mientras dialogaban, yo pensaba que un día les abandonaría y que entonces<br />

hablarían <strong>de</strong> mí <strong>de</strong> la forma más insultante. Esta reflexión me apenó, porque, a pesar<br />

<strong>de</strong> mi distanciamiento interior, lazos <strong>de</strong> afectos me unían todavía a ellos. ¡Vivíamos<br />

tan cerca los unos <strong>de</strong> los otros! Uno <strong>de</strong> los resultados <strong>de</strong> mi <strong>de</strong>cisión fue encontrarme<br />

en el convento como <strong>de</strong>splazado; me aburría extraordinariamente.<br />

Todo hombre ha conocido el aburrimiento alguna vez. Nace <strong>de</strong>l sentimiento <strong>de</strong> que<br />

no vale la pena lo que se hace. El aburrimiento no es, pues, sino tiempo vivido sin<br />

ningún fin concreto. Es también tiempo sin amor. Cuando se aburre, el hombre no<br />

sabe qué hacer con sus energías ni con sus faculta<strong>de</strong>s. Las fuerzas inactivas se<br />

vuelven contra él y provocan un sentimiento próximo al asco.<br />

Mi presencia en el convento no tenía ninguna razón <strong>de</strong> ser y un inmenso aburrimiento<br />

me embargó. A veces la misma vida conventual encierra una gran dosis <strong>de</strong><br />

aburrimiento. Los conventos son, por excelencia, los dominios <strong>de</strong>l aburrimiento:<br />

ningún rincón se libra <strong>de</strong>l aburrimiento, a éste se le encuentra vagabun<strong>de</strong>ando<br />

plácidamente a lo largo <strong>de</strong> los corredores.<br />

Este aburrimiento nace principalmente <strong>de</strong> una ausencia <strong>de</strong> amor. Son los mismos<br />

religiosos quienes han dado <strong>de</strong> sus conventos esta <strong>de</strong>finición: . Este<br />

<strong>Se</strong> Rompieron <strong>las</strong> Ca<strong>de</strong>nas 61 Herman J. Hegger

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