15.05.2013 Views

Se rompieron las cadenas.pdf - Stichting In de Rechte Straat

Se rompieron las cadenas.pdf - Stichting In de Rechte Straat

Se rompieron las cadenas.pdf - Stichting In de Rechte Straat

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Fundatión En la Calle Recta (ECR)<br />

Una diminuta y pobre mujer se acercó a mí y me entregó un pequeño bote lleno <strong>de</strong><br />

monedas. Era su ofrenda a Nuestra <strong>Se</strong>ñora <strong>de</strong> Aparecida ¿Cuantó tiempo había<br />

necesitado para reunir aquel<strong>las</strong> monedas? ¿Cuántas renuncias se habría impuesto<br />

con este fin? Me miró radiante <strong>de</strong> alegría. Veía en mí un mensajero <strong>de</strong> Dios. Si le<br />

expresaba mi satisfacción, sería para ella la palabra <strong>de</strong> Dios. Le di <strong>las</strong> gracias lo más<br />

amablemente que pu<strong>de</strong>, experimentando por ella una gran compasión. ¡Por qué vana<br />

ilusión se sacrificaba!<br />

Me dirigí a la sacristía y entregué el pesado bote al sacristán. Sin apenas mirarlo lo<br />

<strong>de</strong>positó en la caja fuerte. Tenía <strong>de</strong>masiado trabajo. Y, ¿qué importancia tenía aquel<br />

pequeño bote comparado con los millones que entraban en la caja cada año?<br />

Felizmente, pensé, Dios tiene tiempo para agra<strong>de</strong>cer la ofrenda <strong>de</strong> la viuda.<br />

Estas peregrinaciones constituyen una abundante fuente <strong>de</strong> riquezas para los<br />

Re<strong>de</strong>ntoristas <strong>de</strong>l Brasil. Pero no todo el provecho es para ellos. Deben firmar cada<br />

año un contrato con el Arzobispo <strong>de</strong> Sao Paulo estipulando la gruesa suma que <strong>de</strong>be<br />

pasar a la caja diocesana.<br />

Proseguí enseguida viaje a Sao Paulo, para pasar allí unos días. Adriel había enviado<br />

antes cartas certificadas al pastor Nocetti, a quién <strong>de</strong>bía visitar tan pronto como<br />

pudiese. Así lo hice y convinimos que permanecería en la Congregación un semestre.<br />

Vendrían entonces <strong>las</strong> vacaciones y mis suuperiores podrían buscarme un substituto.<br />

Los seminaristas <strong>de</strong> Tieté pasaban sus vacaciones no lejos <strong>de</strong> Sao Paulo. Les visité<br />

para conocer mi futuros alumnos. Me recibieron con gran cordialidad y confianza.<br />

Esto me entristeció. Poco tiempo <strong>de</strong>spués, pensaba, les causaría una amarga<br />

<strong>de</strong>cepción. <strong>Se</strong>ría para ellos un enigma y, posiblemente, verían en mí un traidor.<br />

Tomando el mismo tren con <strong>de</strong>stino a Tieté me invadió una invencible tristeza.<br />

Pensaba en mis alumnos y veía sus caras jóvenes y confiadas. Habían <strong>de</strong>jado sus<br />

familias para ser sacerdotes. En el combate <strong>de</strong> la ascética luchaban ahora para<br />

alcanzar el i<strong>de</strong>al <strong>de</strong> la santidad. A lo lejos veían brillar ya la gloria <strong>de</strong> su or<strong>de</strong>nación<br />

sacerdotal. ¿Apagaría yo aquel juvenil entusiasmo?Recé entonces pidiendo a Dios que<br />

me ayudara a permancer en la Iglesia, aún sin convicciones particulares. Pero<br />

mientras oraba tenía plena conciencia <strong>de</strong> que esto no era posible y <strong>de</strong> que le estaba<br />

pidiendo a Dios que me autorizara a vivir en pecado y en la hipocresía.<br />

Frente a mí estaba sentado un joven. Noté que me observaba. ¿Había adivinado mi<br />

tristeza? De repente se puso a hablarme y me dijo: <br />

Quedé asombrado. ¿No era respuesta a mi oración? ¿Había Dios puesto frente a mí a<br />

aquel joven, a quien jamás había visto, para indicarme el camino a seguir y para<br />

confirmarme que mi <strong>de</strong>cisión era buena?<br />

A mitad <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong>bía comenzar el curso <strong>de</strong> filosofía e historia <strong>de</strong> la misma.<br />

Había recibido <strong>las</strong> siguientes normas: (Const.<br />

1.240)<br />

<strong>Se</strong> Rompieron <strong>las</strong> Ca<strong>de</strong>nas 69 Herman J. Hegger

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!