15.05.2013 Views

Se rompieron las cadenas.pdf - Stichting In de Rechte Straat

Se rompieron las cadenas.pdf - Stichting In de Rechte Straat

Se rompieron las cadenas.pdf - Stichting In de Rechte Straat

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Fundatión En la Calle Recta (ECR)<br />

serpiente venenosa me mordiera. <strong>Se</strong> trataba <strong>de</strong> un temor inútil, ya que eran los<br />

dictados <strong>de</strong> mi conciencia y Dios mismo quienes me impulsaban a abandonar la<br />

Iglesia.<br />

El día <strong>de</strong> mi onomástica lo tuvimos libre y cominos en el campo. A la hora <strong>de</strong>l<br />

almuerzo atravesamos un río y buscamos un lugar agredable para comer. Mientras<br />

saboreábamos nuestro pollo con arroz, alguien gritó <strong>de</strong> repente: Nos pusimos rápidamente en pie. La serpiente estaba al bor<strong>de</strong> <strong>de</strong>l<br />

camino, muy cerca <strong>de</strong> don<strong>de</strong> se encontraban nuestras provisiones. Yo había estado<br />

muy cerca <strong>de</strong> ella en algunos momentos.<br />

Un estudiante ap<strong>las</strong>tó al animal contra el suelo y otro intentó asirle la cabeza por<br />

<strong>de</strong>trás. Estas es una maniobra peligrosa, pues si no se realiza con rapi<strong>de</strong>z y acierto<br />

se corre el riesgo <strong>de</strong> ser mordido, lo que supone la muerte si no se recibe, en el plazo<br />

<strong>de</strong> dos horas, el antídoto conveniente.<br />

Felizmente, todo ocurrió bien. <strong>Se</strong> le abrió la boca al animal para ver si era venenoso.<br />

Lo era. El <strong>In</strong>stituto <strong>de</strong> Sao Paulo nos informó más tar<strong>de</strong> que se trataba <strong>de</strong> una jaraca,<br />

una <strong>de</strong> <strong>las</strong> serpientes más venenosas <strong>de</strong>l país.<br />

Al ver el largo diente venenoso comprendí que habíamos corrido un peligro mortal.<br />

Estábamos a más <strong>de</strong> dos horas <strong>de</strong> Tieté y carecíamos <strong>de</strong> contravenenos. Di rendidas<br />

gracias a Dios, pues su Provi<strong>de</strong>ncia se había manifestado sobre nosotros.<br />

Por entonces <strong>de</strong>cidió el consejo municipal <strong>de</strong> Tieté, por mayoría <strong>de</strong> votos, colocar un<br />

crucifijo en la sala principal <strong>de</strong>l ayuntamiento. Mi amigo protestante había votado en<br />

contra.<br />

El profesor <strong>de</strong> historia <strong>de</strong> nuestro seminario fue <strong>de</strong>signado para pronunciar unas<br />

palabras durante el acto. Al <strong>de</strong>círnoslo, nos afirmó que los protestantes son gente<br />

torpe e incapaces <strong>de</strong> compren<strong>de</strong>r la doctrina católica sobre la veneración <strong>de</strong> <strong>las</strong><br />

imágenes. Los protestantes, <strong>de</strong>cía, no entien<strong>de</strong>n que nosotros no veneramos <strong>las</strong><br />

imágines en sí mismas, sino lo que representan.<br />

Le contradije y le a<strong>de</strong>vertí que tuviese cuidado <strong>de</strong> no <strong>de</strong>cir sutilezas ante gente<br />

cultivada. .<br />

Los profesores me miraron asombrados: <br />

Entonces fui yo el asombrado. Supe que era el único profesor <strong>de</strong>l seminario que podía<br />

leer libros no católicos. Es necesario advertir que a los católicos les está prohibido,<br />

aún a los sacerdotes y profesores <strong>de</strong> seminarios, la lectura <strong>de</strong> libros protestantes bajo<br />

pena <strong>de</strong> pecado mortal y <strong>de</strong> con<strong>de</strong>nación eterna. (Derecho Canónico, artículo 1399).<br />

En virtud <strong>de</strong> esta prohibición, un católico no pue<strong>de</strong> ni leer, ni conservar ni ven<strong>de</strong>r, ni<br />

transmitir .<br />

Algunos libros son nominalmente prohibidos por Roma. Son los libros contenidos en<br />

el . Quien lee uno <strong>de</strong> esos libros no sólo comete pecado mortal sino que<br />

incurre a<strong>de</strong>más en excomunión.<br />

Piénsese en los efectos prácticos <strong>de</strong> estas prescripciones. Des<strong>de</strong> el púlpito, los<br />

sacerdotes claman contra la herejía protestante; pero esos mismos sacerdotes que<br />

<strong>Se</strong> Rompieron <strong>las</strong> Ca<strong>de</strong>nas 74 Herman J. Hegger

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!