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Se rompieron las cadenas.pdf - Stichting In de Rechte Straat

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Fundatión En la Calle Recta (ECR)<br />

con<strong>de</strong>nan con semejante viso <strong>de</strong> autoridad, no han leído jamás una sola obra<br />

protestante. Los profesores <strong>de</strong>l seminario <strong>de</strong> Tieté conocían a otros quienes jamás<br />

habían tenido permiso para leer un libro católico. Eran, ciertamente, ciegos<br />

conductores <strong>de</strong> ciegos.<br />

<strong>Se</strong> justificarían esas prohibiciones si se refiriesen tan sólo a gentes que por carecer<br />

<strong>de</strong> estudios apropiados, son incapaces <strong>de</strong> discernir .Mas aún en este caso, según mi<br />

parecer, no serían razonables, porque, con frecuencia, personas simples poseen un<br />

juicio acertado. En cuanto al pueblo cristiano, el apóstol Pedro le ha atribuído un<br />

sacerdocio real. ¿Qué queda <strong>de</strong> esta realeza en un ser a quien se le señala con<br />

autoridad absoluta los libros que <strong>de</strong>be leer?<br />

Pero Roma extien<strong>de</strong> su prohibición incluso a los profesores <strong>de</strong> seminarios. ¿No pue<strong>de</strong>,<br />

pues, concluirse que tiene verda<strong>de</strong>ro temor <strong>de</strong> la verdad que encierran los libros<br />

rechazados? Si fuera verdad que la doctrina <strong>de</strong> la Reforma es herética y falsa, ¿no<br />

<strong>de</strong>bería, más bien, <strong>de</strong>cir el Papa a los sacerdotes: <br />

Entre los protestantes no existen tales normas, porque no temen los libros católicos.<br />

Están tan seguros <strong>de</strong> su doctrina que permiten a todos su lectura para que adviertan<br />

sus errores y se afirmen más aún en el Evangelio.<br />

Un católico pue<strong>de</strong>, es verdad, ser dispensado <strong>de</strong> esas prohibiciones. Si es sacerdote<br />

diocesano la dispensa <strong>de</strong>be concedérsela su obispo y, si es religioso, el Provincial. Si<br />

éstos tienen la menor duda sobre la soli<strong>de</strong>z <strong>de</strong>l <strong>de</strong>mandante la petición es <strong>de</strong>negada<br />

y no se transmitirá a Roma. Son muy escasos los sacerdotes que gozan <strong>de</strong> esta<br />

dispensa. En Tieté acababa <strong>de</strong> enterarme que yo era el único.<br />

Me dirigí a mi habitación y regresé con el documento romano <strong>de</strong> mi dispensa y con<br />

un libro que me había regalado el pastor Adriel, titulado: . Su autor, David S. Schaff, compara los dogmas católicos con la<br />

doctrina <strong>de</strong> la Reforma y los estudia a la luz <strong>de</strong> la Biblia.<br />

Durante <strong>las</strong> vacaciones <strong>de</strong> Pascua <strong>de</strong> 1948 <strong>de</strong>scansé <strong>de</strong> nuevo una semana en el<br />

convento dse Sao Paulo. Acompañado <strong>de</strong>l Pastor Nocetti me dirigí a la sastrería <strong>de</strong><br />

Delmar <strong>de</strong> Espíritu Santo, para tomarme <strong>las</strong> medidias <strong>de</strong> un traje. Era una nueva<br />

etapa en el camino <strong>de</strong> mi memoria.<br />

Debía <strong>de</strong>sempeñar diversas funciones en el curso <strong>de</strong> <strong>las</strong> solemnida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la <strong>Se</strong>mana<br />

Santa. Entre otras, <strong>de</strong>bia participar en la procesión <strong>de</strong> , <strong>de</strong>l Cristo<br />

muerto.<br />

¡Fue un extraño espectáculo! Millares <strong>de</strong> personas que durante el año no pisaban la<br />

iglesia, se asociaron a la procesión. La apretura <strong>de</strong> la gente era tan gran<strong>de</strong> que<br />

nuestros ornamentos litúrgicos sufrieron algunos <strong>de</strong>sgarros.<br />

Los portadores <strong>de</strong> la imagen hacían un alto cada quinientos metros. Entonces, una<br />

cantante bien maquillada, subía a una silla, mostraba un lienzo con la Faz <strong>de</strong> Cristo y,<br />

con voz llorosa cantaba una copla.<br />

El final fue aún más penoso. La estatua fue conducida a la iglesia, y, puesta tras una<br />

verja, se ataron a ella algunas cintas cuyos extremos colgaban al otro lado <strong>de</strong> la reja.<br />

Avanzó entonces la muchedumbre y cada fiel besaba una <strong>de</strong> <strong>las</strong> cintas y aportaba<br />

una limosna. Es <strong>de</strong>cir una limosna <strong>de</strong> la cual parte se reembolsa en monedas sueltas.<br />

A esta práctica está unida la supersticiosa creencia <strong>de</strong> que la moneda recibida a<br />

cambio <strong>de</strong> la limosna dada posee la virtud peculiar <strong>de</strong> multiplicarse. Traficando con<br />

ella se sacará gran provecho.<br />

<strong>Se</strong> Rompieron <strong>las</strong> Ca<strong>de</strong>nas 75 Herman J. Hegger

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