Se rompieron las cadenas.pdf - Stichting In de Rechte Straat
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Fundatión En la Calle Recta (ECR)<br />
¡La necesitamos tanto! Debemos recordar que Dios está cerca <strong>de</strong> nosotros en todas<br />
nuestras necesida<strong>de</strong>s, que Él nos ayuda en nuestra lucha diaria contra el pecado, que<br />
su presencia nos ro<strong>de</strong>a en el taller, en la oficina...<br />
Esta seguridad nos preserva <strong>de</strong> ser dominados por la realidad. Nuestra comunión,<br />
fundada enteramente en el amor a Cristo en la comunión es una fuerza en nuestras<br />
vidas <strong>de</strong> todos los días. En la Cena adquirimos la intrepi<strong>de</strong>z <strong>de</strong> los combatientes.<br />
Destierra toda cobardía <strong>de</strong> nuestras almas porque oímos <strong>de</strong>cir a Jesús: . Nos inunda una perdurable alegría al sentirnos<br />
iluminados por una luz inextinguible. El cielo y la tierra se confun<strong>de</strong>n; participamos,<br />
en alguna forma, <strong>de</strong> la Encarnación, Vivimos la realidad prometida en el Emmanuel,<br />
Dios con nosotros, en Jesucristo. La humanidad reconciliada ya con Dios por la<br />
sangre <strong>de</strong>l Cor<strong>de</strong>ro.<br />
Este capítulo tiene, sin duda, un acento muy personal. He querido manifestar en él<br />
que Dios trabaje <strong>de</strong> forma diferente en cada corazón humano. La gracia no <strong>de</strong>sforma<br />
la naturaleza. Ella restaura lo que estaba <strong>de</strong>struido, reedifica lo mejor <strong>de</strong> nosotros,<br />
que aún quedaba latente <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> nuestro ser. Una catedral que se restaura<br />
adquiere, en lo posible, su prístina belleza. Aún más, pue<strong>de</strong> ser restaurada con una<br />
belleza mayor <strong>de</strong> la que nunca tuvo... Un fresco recubierto <strong>de</strong> yeso <strong>de</strong>be ser, con<br />
infinitas precauciones, alumbrado y restaurado. Así es la obra <strong>de</strong> Jesús en nosotros. Él<br />
arranca pedazo a pedazo, el yeso <strong>de</strong>l pecado que nos envuelve. La imagen <strong>de</strong> Dios no<br />
aparecerá empero en nosotros mientras vivamos en este mundo. Nuestras<br />
imperfecciones permanecerán en nosotros hasta el día <strong>de</strong> nuestra muerte.<br />
Si nuestro Salvador preserva en cada hombre lo que éste tiene <strong>de</strong> peculiar es porque<br />
cada individuo tiene su propia personalidad, sus propias cualida<strong>de</strong>s naturales. Esto es<br />
lo que presta a nuestra relación con Jesús un sello personal. Sin embargo nuestra<br />
unión con Él nos imprime también rasgos comunes. Por esto me parece conveniente<br />
relatar mi propia experiencia, con el fin <strong>de</strong> <strong>de</strong>spertar en otros idénticas resonancias y<br />
ayudarles a cantar su propio himno <strong>de</strong> alabanza y gratitud.<br />
<strong>Se</strong> Rompieron <strong>las</strong> Ca<strong>de</strong>nas 90 Herman J. Hegger