15.05.2013 Views

Se rompieron las cadenas.pdf - Stichting In de Rechte Straat

Se rompieron las cadenas.pdf - Stichting In de Rechte Straat

Se rompieron las cadenas.pdf - Stichting In de Rechte Straat

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Fundatión En la Calle Recta (ECR)<br />

buscado, con la ayuda <strong>de</strong>l pagano Aristóteles, distinciones <strong>de</strong> toda c<strong>las</strong>e para evitar<br />

cualquier imprecisión racional.<br />

El protestantismo se atiene esencialmente, por el contrario, a la Palabra <strong>de</strong> Dios. La<br />

vía <strong>de</strong> la revelación divina aflora en <strong>las</strong> Confesiones <strong>de</strong> la fe reformado. Por eso, la<br />

revelación divina no se <strong>de</strong>ja encerrar en <strong>las</strong> mal<strong>las</strong> <strong>de</strong> un sistema: se escapa <strong>de</strong> él,<br />

como el agua <strong>de</strong> una red. El Catecismo <strong>de</strong> Hei<strong>de</strong>lberg comienza con esta cuestión:<br />

¿Cuál es tu única consolación en la vida y en la muerte?> ¿Quién pue<strong>de</strong> intentar<br />

someter a la luz fría <strong>de</strong> la razón lógica la realidad que indica este vocablo,<br />

consolación? <strong>Se</strong> esfumaría como se <strong>de</strong>svanece la niebla al sol. Y, ¿qué <strong>de</strong>cir <strong>de</strong> esta<br />

cuestión personal: . ¿Comenzaría así un filósofo? Ello bastaría<br />

para irritar a un tomista; el término consolación le parecería <strong>de</strong>masiado concreto:<br />

tiene el sello inefable <strong>de</strong> lo viviente>.<br />

Escogí, pues, otro sen<strong>de</strong>ro: el <strong>de</strong>l libre pensamiento. Me esforcé en construir una<br />

religión que no se basara más que en los postulados <strong>de</strong> la filosofía permanente y en<br />

los estudios <strong>de</strong>l subconsciente. Deberían darme, pensaba, clarida<strong>de</strong>s nuevas sobre la<br />

naturaleza y la religión.<br />

Fue ésta, en realidad, una labor ingrata y penosa, una búsqueda sin fin. Una gran<br />

nostalgia <strong>de</strong> Cristo me embargaba entonces; recordaba la alegría que había sentido<br />

al meditar sobre Él en el Nuevo Testamento y tenía la impresión <strong>de</strong> no po<strong>de</strong>r vivir sin<br />

Él. ¿Qué haría sin Jesús? ¿Cómo presentarme ante la majestad infinita <strong>de</strong> Dios<br />

completamente solo?<br />

Pero, momentos <strong>de</strong>spués, pensaba que estos rebotes cristianos eran reliquias <strong>de</strong> mi<br />

juventud y que no extirparlos era una cobardía. Me reprochaba el carecer <strong>de</strong> audacia<br />

para no romper con el cristianismo en cuyo seno había crecido y me comparaba a un<br />

pajarillo que osa encaramarse al bor<strong>de</strong> <strong>de</strong> su nido, sin abandonarlo. Era el miedo<br />

ante la extensión <strong>de</strong>l libre pensamiento. Me animaba diciéndome: .<br />

Por honra<strong>de</strong>z estimaba un <strong>de</strong>ber proseguir y, lleno <strong>de</strong> vacilaciones, perseveraba,<br />

como un barco que navega sin rumbo o como un vagabundo sin posada.<br />

Mi análisis me fatigaba mucho. En ocasiones anhelaba que mis sentimientos<br />

cristianos y mis i<strong>de</strong>as católicas resurgieran como por milagro. Iba a confesarme y<br />

exponía mi combate y mí método. Pensaba: . No sucedió ningún<br />

milagro.<br />

En aquellos tiempos adquirió notoriedad una tal Juana Gorissen. Vivía en<br />

Steenbergen, en el Brabante septentrional. <strong>Se</strong> <strong>de</strong>cía que era una santa y que había<br />

sido agraciada con <strong>las</strong> apariciones <strong>de</strong> María y <strong>de</strong> su ángel custodio, llamado Solemne.<br />

Los relatos añadían que Solemne le había encendido el fuego un día.<br />

El primer obispo que contribuyó a dar fe a estas afirmaciones fue Monseñor<br />

Lemmens, prelado <strong>de</strong> Roermond. Llevó a Juana a diversos conventos religiosos <strong>de</strong><br />

Limburg, para dar unj ejemplo <strong>de</strong> santidad y para promover la <strong>de</strong>voción a María.<br />

Gran<strong>de</strong>s discusiones se originaron en los conventos, tomando unos partido por Juana<br />

y oponiéndose otros.<br />

<strong>Se</strong> Rompieron <strong>las</strong> Ca<strong>de</strong>nas 53 Herman J. Hegger

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!