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132 comisión nacional de los derechos humanos<br />
En nosotros, que también hemos sido víctimas muchas veces de<br />
todas las situaciones que nos rodean, víctimas de nuestras propias familias,<br />
de nuestras comunidades académicas, en nuestros trabajos y<br />
víctimas de toda la situación mundial que nos aqueja, por eso quiero<br />
regalarles un cuento de un autor español, aprovechando que hay una<br />
familia española aquí acompañándonos. Este autor me ha enseñado<br />
mucho de lo que hay detrás del acompañamiento con víctimas, y<br />
aprovechando que estamos en el ámbito de los niños, se llama: “Los<br />
niños y Dios perdido”.<br />
Una pareja tenía dos niños pequeños, de 8 y 10 años de edad, que eran<br />
excesivamente traviesos. Sabían que si alguna travesura ocurría en el<br />
pueblo, seguramente algo tenían que ver con sus hijos... La madre de<br />
los niños se enteró de que el cura del pueblo había tenido mucho<br />
éxito enderezando niños, así que le pidió que hablara con sus hijos. El<br />
cura aceptó pero pidió verlos por separado, por lo que la madre envió<br />
primero al niño más pequeño. El cura, un hombre enorme con una<br />
voz muy profunda, sentó al niño frente a sí y le preguntó gravemente:<br />
“¿Dónde está Dios, hijo” El niño se quedó boquiabierto pero no respondió,<br />
permaneció con los ojos pelones. Así que el cura repitió la<br />
pregunta en un tono todavía más grave: “¿Dónde está Dios” De nuevo<br />
el niño no contestó. Entonces el cura subió el tono de su voz aún<br />
más, agitó su dedo apuntando frente a la cara del niño y gritó: “¡Te<br />
estoy preguntando que dónde está Dios!” El niño salió gritando del<br />
cuarto, corrió hasta su casa y se escondió en el baño. Cuando su hermano<br />
lo en contró ahí le preguntó: “¿Qué pasó” El hermano pequeño,<br />
sin aliento, le contestó: “Ahora sí que estamos mal, tenemos graves<br />
problemas… Dios está perdido, y creen que nosotros lo tenemos”.<br />
La verdad es que me gusta hablar parada, pero tengo que pasar las<br />
diapositivas, estas primeras las pasaré tan rápido como hablo, así que<br />
si alguien tiene que decirme “despacio” no hay problema. Quiero primero<br />
dejar como unas reflexiones: construir un propio concepto de<br />
lo que significa atender víctimas, para lograr uno en común. Y quiero<br />
que se lleven esta pregunta que les digo, si se la han hecho maravilloso<br />
y si no… hagámosla: ¿qué significa trabajar con víctimas para mí<br />
Y ¿quién es víctima para mí Independientemente de las definiciones<br />
que nos da el derecho.<br />
Recordar que el trabajo con las víctimas nos convierte en ayudantes,<br />
independientemente de ser jueces, fiscales, asistentes, investigadores,