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comentarios de - Escritura y Verdad

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WA<br />

375<br />

288 OBRAS DE MARTlN LUTERO ROMANOS 289<br />

Agustín: "El alma se halla más en el lugar don<strong>de</strong> está el objeto <strong>de</strong><br />

su amor, que en el cuerpo al ,cual anima" 28 • Así se dice también en<br />

el 'lenguaje popular: "¡Ay, ardor mío!", y el poeta suspira: "¡Amintas,<br />

mi fuego!" 29 Aristóteles por su parte dice en su obra De anima,<br />

libro 3, que el intelecto y lo inteligible, la percepción y lo perceptible,<br />

llegan a formar una unidad, como ocurre también muy generalmente<br />

con una potencialidad y su objeto 30 • De este modo, el amor<br />

traslada al sujeto que ama hacia el objeto amado. Y la esperanza<br />

traslada al que espera hacia el objeto esperado - pero este objeto<br />

esperado no aparece. Vale <strong>de</strong>cir entonces que lo traslada hacia lo<br />

ignoto y recóndito, hacia las tinieblas interiores31 , <strong>de</strong> suerte que<br />

el hombre no sabe qué espera, pero sí sabe qué no espera. Así es,<br />

pues, como el a1ma ha sido hecha esperanza y a la vez objeto esperado<br />

por cuanto se mueve en un plano <strong>de</strong> lo que no ve, quiere <strong>de</strong>cir,<br />

en la esperanza. Si la esperanza fuese visible, o sea, si el que espera<br />

y lo esperado se reconociesen entre sí, el que espera ya no sería<br />

trasladado <strong>de</strong> ese modo hacia ]0 esperado, i. e. hacia la esperanza y<br />

lo ignoto, sino que sería arrebatado hacia las cosas que se ven, y<br />

disfrutaría <strong>de</strong> lo conocido.<br />

V.26. Pues qué hemos <strong>de</strong> pedir como conviene, nO lo sabemos.<br />

Conclusión<br />

No es una mala señal, sino una señal muy positiva, si nuestras<br />

peticiones parecen tener el resultado contrario <strong>de</strong> lo que habl'amos<br />

esperado; así como no es una buena señal si con nuestras oraciones<br />

todo nos sale a pedir <strong>de</strong> boca.<br />

Raz6n y causa <strong>de</strong> ello es que los planes y la voluntad <strong>de</strong> Dios<br />

están a otra altura que los planes y la voluntad nuestros, como dice<br />

Isaías (55 :8,9): "Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos,<br />

ni mis caminos vuestros caminos, dice el Señor. Como son<br />

más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos inás altos que<br />

28 Anima plus est ubi amat, quam ubi animat. Lutero cita el dicho como<br />

10 pr~senta Tauler, quien 10 atribuye a San Agustín: Die Seel ist. vil meer da .sy<br />

liebt dann sy in <strong>de</strong>m leib sey. La WA sugiere que se trata más bien <strong>de</strong> una CIta<br />

<strong>de</strong> San Bernardo, algo modifioada: Neque enim praesentior s~iritus n~ster est<br />

ubi animat, quam ubi amat; S. Bernardo, De praecepto et dlSpenSlltione, 20,<br />

60. Comp. WA 56, 375, nota 10.<br />

29 Virgilio, Bucol. Ec!. I1I, 66.<br />

30 Arist6teles, De anima, I1I, 1, 2, 5, 7. Comp. WA 56, 374, nota 12.<br />

31 Comp. pág. 206.<br />

vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos".<br />

En el Salmo 94: 11 leemos: "El Señor conoce los pensamientos<br />

<strong>de</strong> los hombres, que son vanidad"; y en el Sa1mo 33:10: "El<br />

Señor hace nulo el consejo <strong>de</strong> las naciones, y frustra las maquinaciones<br />

<strong>de</strong> los pueblos, y reprueba los proyectos <strong>de</strong> los príncipes".<br />

De ahí resulta, pues, que cuando pedimos algo a Dios, sea 10<br />

que fuere, y él nos escucha y se dispone a dárnoslo, nos lo da en una<br />

forma que <strong>de</strong>sbarata todos nuestros conceptos, es <strong>de</strong>cir, nuestras<br />

i<strong>de</strong>as, <strong>de</strong> modo que se tiene la impresi6n <strong>de</strong> que <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haberle<br />

pedido algo, él está más disgustado con nosotros y menos dIspuesto<br />

a concedérnoslo que antes. Todo esto 10 hac~ porque así es su modo<br />

<strong>de</strong> proce<strong>de</strong>r: <strong>de</strong>struir y aniquilar primeramente todo 10 que hay en<br />

nosotros antes <strong>de</strong> darnos sus dones, como dice la <strong>Escritura</strong>: "El<br />

S~ñor empobrece, y él enriquece; él hace <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>r a los infiernos,<br />

y hace subir" (l S. 1:7,6).<br />

Con este su plan santísimo, Dios nos hace receptivos para sus<br />

dones y sus obras. Somos receptivos empero para sus obras y sus<br />

planes s6lo cuando los planes nuestros quedan cancelados y las<br />

obras nuestras cesan, y cuando nuestra postura frente a Dios llega a<br />

ser puramente pasiva, tanto en lo que concierne a nuestro actuar<br />

interior como también al exterior. A esto apunta el Señor al <strong>de</strong>cir:<br />

"Mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni mis caminos<br />

vuestros caminos" (ls. 55 :8). En este punto, pues, cuando ya todo<br />

es <strong>de</strong>sesperaci6n, y cuando todo comienza a <strong>de</strong>senvolverse en forma<br />

contraria a nuestros ruegos y <strong>de</strong>seos, en este punto comienzan<br />

entonces aquellos "gemidos in<strong>de</strong>cibles". En este punto, "el Espíritu<br />

nos ayuda en nuestra <strong>de</strong>bilidad" (Ro. 8:26); porque sin la ayuda<br />

<strong>de</strong>l Espíritu no seríamos capaces <strong>de</strong> soportar esta forma particular<br />

que Dios tiene <strong>de</strong> escucharnos y <strong>de</strong> hacer lo que le pedimos. Aquí<br />

es don<strong>de</strong> se le dice a nuestra alma: "Compórtate valientemente,<br />

espera en el Señor; aliéntese tu corazón, soporta la mano <strong>de</strong>l Señor"<br />

(Sal. 27: 14), y "Guarda silencio ante el Señor, y ora a él; y él hará"<br />

(Sal. 37:7,5). Aquí se cumple lo que dice Isaías: "Dios hace una<br />

obra que le es ajena para hacer su obra propia" (ls. 28: 21) 32, Y el<br />

Salmo 103: 11: "Porque como la altura <strong>de</strong> los cielos sobre la tierra"<br />

(es <strong>de</strong>cir, no según la i<strong>de</strong>a nuestra) "engran<strong>de</strong>ció su misericordia<br />

sobre nosotros" etc. Por lo tanto, los que no poseen este conocimiento<br />

<strong>de</strong> Dios y <strong>de</strong> su voluntad, se comportan como la gente <strong>de</strong><br />

que se habla en el Salmo 106: 13 y 24: "No esperaron su consejo",<br />

32 "La obra ajena <strong>de</strong> Dios son los pa<strong>de</strong>cimientos <strong>de</strong> Cristo y en Cristo,<br />

la crucüixión <strong>de</strong>l viejo hombre y el dar muerte a Adán. Su obra propia empero<br />

es la resurrecci6n <strong>de</strong> Cristo y la justificaci6n en el Espíritu, la vivüicaci6n <strong>de</strong>l<br />

hombre nuevo, como se dice en Ro. 4", dice Lutero en sus Lecciones sobre la<br />

carta a los Hebreos, WA 57, 128,7 Yss.<br />

WA<br />

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