comentarios de - Escritura y Verdad
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296 OBRAS DE MARTIN LUTERO ROMANOS 297<br />
<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ría <strong>de</strong> la contingencia. ¡Cuán fácil sería entonces que -no<br />
digo: todos los males en conjunto, pero: que uno solo <strong>de</strong> ellos<br />
sp-viera <strong>de</strong> obstáculo a esta contingencia y diera en tierra con ella!<br />
Mas al <strong>de</strong>cir: "¿Quién acusará ¿Quién es el que con<strong>de</strong>nará ¿Quién<br />
nos separará" (Ro. 8:33-35), el apóstol <strong>de</strong>muestra que los escogidos<br />
son salvados no contingentemente sino necesariamente, ya que,<br />
como bien se ve, no sólo la contingencia, sino también la tenaz<br />
oposición representada por tan numerosos males son impotentes<br />
para impedirlo. Es más: al salvar a sus escogidos precisamente <strong>de</strong><br />
WA esta manera, entregándolos a tantas manos rapaces como males se<br />
382 enumeran en este pasaje, males que todos tien<strong>de</strong>n a arrastrar a los<br />
escogidos a la con<strong>de</strong>nacióri a fin <strong>de</strong> que no sean salvados - digo:<br />
al salvar a sus escogidos precisamente <strong>de</strong> esta manera, Dios lo hace<br />
para <strong>de</strong>mostrar que él no nos salva en virtud <strong>de</strong> nuestros méritos,<br />
sino exclusivamente por su elección y por su voluntad inmutable,<br />
a <strong>de</strong>specho <strong>de</strong> la atrocidad <strong>de</strong> tantos adversarios rapaces y sus<br />
vanas maquinaciones. Pues si Dios no nos hiciera pasar por tantos<br />
monstruos 39 , nos <strong>de</strong>jaría mucho lugar para que nos entreguemos<br />
a i<strong>de</strong>as equivocadas acerca <strong>de</strong> nuestros propios méritos. Pero ahora<br />
nos <strong>de</strong>muestra que somos salvados por el inalterable amor que él<br />
nos tiene. Y con todo esto, Dios no convalida nuestro libre albedrío,<br />
sino la inflexible y firme voluntad <strong>de</strong> pre<strong>de</strong>stinamos para la salvación.<br />
Pues ¿cómo sería posible que el hombre se abriera paso a<br />
través <strong>de</strong> tantos obstáculos capaces <strong>de</strong> quitarle mil veces todas sus<br />
esperanzas Sólo es posible por el hecho <strong>de</strong> que el eterno e inmutable<br />
amor <strong>de</strong> Dios lo conduce in<strong>de</strong>mne por en medio <strong>de</strong> dichos<br />
ebstáculos, y porque está presente el Espíritu que nos ayuda en<br />
nuestra <strong>de</strong>bilidad e interce<strong>de</strong> por nosotros con gemidos inenarrables.<br />
El hombre, al encontrarse en esas situaciones aflictivas (comp.<br />
Ro. 8:35 y ss), evi<strong>de</strong>ntemente no sabe qué hacer ni qué pedir. Con<br />
toda seguridad pediría a Dios que lo mantenga al margen <strong>de</strong> tales<br />
situaciones, y esto sería una tontería, por ser contrario a su salvación.<br />
Queda en pie entonces aquello <strong>de</strong> que "no sabemos qué hemos<br />
<strong>de</strong> pedir", máxime en nuestra <strong>de</strong>bilidad, i. e. en las aflicciones <strong>de</strong>l<br />
tiempo presente.<br />
Por consiguiente: ¿dón<strong>de</strong> está ahora nuestra justicia ¿Dón<strong>de</strong><br />
están nuestras buenas obras ¿Dón<strong>de</strong> está la libertad <strong>de</strong>l albedrío,<br />
la contingencia <strong>de</strong> las cosas ¡Esta es la forma como hay que predicar!<br />
¡Esta es la predicación correcta! ¡Esto significa estrangular<br />
la pru<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> la carne! Si hasta aquí, el apóstol le cortó a esa<br />
39 Posible alusión a Ulises, quien en su viaje <strong>de</strong> regreso <strong>de</strong> Troya tuvo<br />
que pasar por un estrecho que flanqueaban dos monstruos, Escila y Caribdis,<br />
salvando su vida 1610 por intervención <strong>de</strong> Palas Atenea, su diosa protectora.<br />
(Homero, La Oduea).<br />
pru<strong>de</strong>ncia las manos y los pies y la lengua, ahora le corta también<br />
la respiración, y la mata. Pues ahora, la pru<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> la carne ve<br />
que <strong>de</strong> por sí, ella no es nada, sino que todo su bien está en Dios.<br />
Claro: nuestros teólogos 40 , tan sutiles según ellos, creen haber<br />
hecho no sé qué hallazgo al haber introducido en la discusión <strong>de</strong><br />
este tema su concepto <strong>de</strong> lo "contingente". En efecto: ellos dicen<br />
que los escogidos son salvados necesariamente, a saber: por la necesidad<br />
<strong>de</strong> la consecuencia, no por la necesidad <strong>de</strong> lo consecuente 41 .<br />
Palabras vanas y nada más, ante todo si estos teólogos preten<strong>de</strong>n<br />
enten<strong>de</strong>r, o al menos dan ocasión a que otros entiendan, lo <strong>de</strong> la<br />
"contingencia <strong>de</strong> lo consecuente"42 como que el producirse o no<br />
producirse nuestra salvación <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> nuestro libre albedrío. Así<br />
al menos lo entendí también yo algún tiempo atrás. Pero el hecho<br />
es que la frase "lo que suce<strong>de</strong>, suce<strong>de</strong> contin~entemente" (contingens<br />
consequentis) no tiene nada que ver con el tema que nos<br />
ocupa. Acá no es cuestión <strong>de</strong> poner en tela <strong>de</strong> juicio si algo que<br />
suce<strong>de</strong>, suce<strong>de</strong> contingentemente, a saber, si no podría suce<strong>de</strong>r<br />
también' por necesidad; lo único "necesario" en este sentido es<br />
Dios. Es por lo tanto un agregado ridículo si alguien dice: Los<br />
escogidos son salvados por necesidad, pero por necesidad <strong>de</strong> la<br />
consecuencia, no por necesidad <strong>de</strong> lo consecuente (o sea, no por<br />
una. necesidad que radica en su misma manera <strong>de</strong> ser), quiere<br />
d~cIr: lo consecuente, lo que suce<strong>de</strong>, no es Dios, o porque no es WA<br />
DIOS, los hombres son salvados por necesidad <strong>de</strong> la consecuencia. 383<br />
Al fin y al cabo, ¿qué significa ese "ser contingente" sino ser una<br />
criatura, y no Dios De este modo tergiversan el entendimiento <strong>de</strong><br />
la "necesidad <strong>de</strong> lo que suce<strong>de</strong>" y hacen <strong>de</strong> ella una "necesidad<br />
basada en la esencia <strong>de</strong> las cosas". Pero aquí no es el lugar para<br />
ensayar juegos equívocos con los conceptos. Pues nadie pregunta<br />
o expresa dudas acerca <strong>de</strong> si una cosa creada es "contingente" en<br />
40 La WA cita a Scotus, Biel, Occam, d'Ailly, Usingen y Trutvettei<br />
(WA 56, 382, nota 21).<br />
41 NecelsittU conlequentille (o cOllditio1l/llu) - necellittu conlequentU<br />
(llamada también nee. abloluta por Tomú <strong>de</strong> Aquino, Summa 1 qu. 19 arto<br />
3). La "necesidad <strong>de</strong> la consecuencia" es la necesidad <strong>de</strong> una conclusión<br />
lógica una vez establecidas sus premisas. Pero como dichas premisas eSÜl1<br />
sujetas a reviiión, esta necesidad no es absoluta sino relativa. La "nec. <strong>de</strong> lo<br />
consecuente" es la necesidad que hace que un proceso le <strong>de</strong>sarrolle inexo~<br />
blemente en tales y tales <strong>de</strong>talles por haber sido éstos <strong>de</strong>terminados previamente<br />
(la nec. abloluta <strong>de</strong> T. <strong>de</strong> Aquino). Toda-esta problemitica la discute<br />
Lutero amplilamente on su obra De lervo arbitrio, escrita en 1525 en respuesta<br />
a la DiIltribe. .. <strong>de</strong> libero arbitrio <strong>de</strong> Erasmo. Véase "Obras <strong>de</strong> M. Lutero" Ed.<br />
Paidós, BA, tomo IV "La voluntad <strong>de</strong>termi1l/lda", cap. IV, p6gs. 49 y ss.<br />
42 "Continpncia <strong>de</strong> lo consecuente" (conlequenti6 contingere, o<br />
contingenl cOnlequentü) significa "no-necesidad <strong>de</strong> 10 consecuente".