comentarios de - Escritura y Verdad
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466<br />
396 OBRAS DE MARTIN LUTERO ROMANOS 397<br />
ciones que hoy día se hacen en las iglesias son más bien un impedimento<br />
que una ayuda. En primer lugar, porque en vez <strong>de</strong> agradar a<br />
Dios lo ofen<strong>de</strong>n aun más si nos limitamos a una mera lectura <strong>de</strong> las<br />
oraciones sin que nos acompañe nuestro corazón. "Este pueblo <strong>de</strong><br />
labios me honra", dice el Señor (comp. Is. 29:13; Mt. 15:8). En<br />
segundo lugar: porque engañados por esta apariencia exterior,<br />
adquirimos una certeza como si hubiésemos orado <strong>de</strong> veras. Y <strong>de</strong><br />
este modo nunca nos preparamos seriamente para ejercitarnos en<br />
la oración verda<strong>de</strong>ra, sino que al haber recitado ciertas palabras,<br />
creemos haber orado como es <strong>de</strong>bido, y ya no nos preocupamos<br />
más, lo cual es un terrible peligro. ¡Ya cambio <strong>de</strong> estas "oraciones"<br />
consumimos entonces con toda calma y seguridad las rentas, las<br />
pensiones y los subsidios <strong>de</strong>l pueblo!<br />
Por esto el apóstol puso en esta frase, cual voz <strong>de</strong> alarma, una<br />
palabra que todos, y en particular los clérigos, <strong>de</strong>ben tomar a pecho<br />
con mucho temor, a saber, la palabra "constantes". Esto significa<br />
que <strong>de</strong>bemos <strong>de</strong>dicar a la oración un incansable esfuerzo. Y no es<br />
en vano que el apóstol dé esta voz <strong>de</strong> alarma; porque como <strong>de</strong>cían<br />
los antiguos padres: "No hay trabajo tan arduo como el orar a<br />
Dios" 37. Por lo tanto, el que quiera <strong>de</strong>dicarse al sacerdocio, piense<br />
primero que con ello carga sobre sus hombros un trabajo que supera<br />
todos los <strong>de</strong>más trabajos, a saber, la oración. Pues la oración requiere<br />
una mente vencida y contrita, y un espíritu elevado y victorioso.<br />
Ahora bien: los juristas tienen a mano una excelente explicación:<br />
no está mandado "orar" las horas canónicas, sino "leerlas" o "rezarlas";<br />
y sopesando así el <strong>de</strong>recho canónico 38 a base <strong>de</strong> una interpretación<br />
literal, se ponen a roncar con toda tranquilidad.<br />
Pero <strong>de</strong>jemos por ahora lo <strong>de</strong> las horas canónicas, porque har<br />
que <strong>de</strong>cir algo más acerca <strong>de</strong>l orar en sí. !<br />
Hay dos clases <strong>de</strong> oraciones: .<br />
Una es la oración vocal 39 , respecto <strong>de</strong> la cual los teólogos <strong>de</strong><br />
nuestros días suelen <strong>de</strong>cir que para ella es suficiente la "intención<br />
virtual"40; ¡Linda manera <strong>de</strong> encubrir la pereza y la negligencia!<br />
Primero se arrancan a la fuerza una buena intención, y <strong>de</strong>spués,<br />
37 Vitae Patrum V, Verba seniorum XII, 2. Patro!. Ser. Lat. LXXIII, 941.<br />
38 Corp. iur. can. c. 1. X, I1I, 41; c 13-15 D.V. <strong>de</strong> cons. - Comp. WA 56,<br />
466, 11, nota.<br />
39 Oratio vocalis, la que se sirve <strong>de</strong> palabras exteriores, a diferencia <strong>de</strong> la<br />
oratio mentalis, or.mental, que se hace en el fondo <strong>de</strong>l alma, con las potencias<br />
interiores, sin ser expresada por palabras exteriores (Dicc. Durvan <strong>de</strong> la Lengua<br />
Española).<br />
40 Intentio virtualis, la intención que existe como una posibilidad; a<br />
diferencia <strong>de</strong> la int. actualis, que existe como una realidad.<br />
confiando en ella, renuncian <strong>de</strong>l todo a cualquier otro intento<br />
ulterior.<br />
En la oración vocal, la atención pue<strong>de</strong> centrarse en tres aspectos<br />
distintos:<br />
Se pue<strong>de</strong> aten<strong>de</strong>r al aspecto material. Esta atención se efectúa<br />
mediante los sentidos exteriores y se dirige solamente a las palabras.<br />
Así oran los monjes y también otros, como p.ej. gente sencilla que<br />
ni siquiera entien<strong>de</strong> la Oración <strong>de</strong>l ~eño~. Lo que ellos hacen es tan<br />
poco una "oración" como la matena prIma es un .Jroduct elaborado;<br />
es <strong>de</strong>cir, según su naturaleza no es una oraClOn proptame~te<br />
dicha sino sólo una oración en sentido extrínseco, Y en este sentIdo<br />
cualq~ier otra obra buena pue<strong>de</strong> llamarse una or~ció!" Orar d~, est.a<br />
manera no es más que realizar un acto <strong>de</strong> obedienCia; y esa obediencia"<br />
hace que el "acto" sea agrad~ble a Dio~. .<br />
Sin embargo, esto no quiere <strong>de</strong>Cir que tal tipo <strong>de</strong> o.racIn tenga<br />
que <strong>de</strong>s<strong>de</strong>ñarse; porque a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> ser u~ acto .<strong>de</strong> obedienCia, posee<br />
muchas otras virtu<strong>de</strong>s. Primero: hace hurr al diablo, con tal que sea<br />
recitada con sencillez <strong>de</strong> corazón, esto es, si "se canta con el espíritu"<br />
(comp. 1 Co. 14:15), y nos pone en contacto con el Espínt,u<br />
Santo. Prueba para ello es.David que tocaba el arpa <strong>de</strong>lant~ ~e ~aul<br />
(comp. 1 S. 16:23). Pues el diablo no pue<strong>de</strong> aguantar m Siquiera<br />
la recitación <strong>de</strong> la palabra <strong>de</strong> Dios, como nos lo muestran muchos<br />
ejemplos <strong>de</strong> las <strong>Escritura</strong>s. 1 Co. 14:2: "El que habla en len~u.as,<br />
habla a Dios". Segundo: porque por su naturaleza, la palabra dlvma<br />
afecta el alma aun cuando el intelecto no la capte. Pues es la palabra<br />
<strong>de</strong> la gra¿ia: "La gracia se <strong>de</strong>rramó en tus labios" (Sal. 45:3).<br />
Y asimismo: "Como panal <strong>de</strong> miel <strong>de</strong>stilán tus labios (Cnt. 4: 11).<br />
Tercero: da al intelecto y al afecto un estímulo que <strong>de</strong> otra !llanera<br />
no tendrían, como lo <strong>de</strong>muestra el ejemplo <strong>de</strong> Eliseo, qUIen fue<br />
estimulado por la melodía <strong>de</strong> un tañedor 41 • Cuarto: aunque los que<br />
oran <strong>de</strong> esta manera no sienten el efecto particular que pa!te <strong>de</strong> las<br />
palabras por ellos pronunciadas,. no obstant~ mucf:n's sienten el<br />
efecto general, es <strong>de</strong>cir, una elevaCión <strong>de</strong>l espíntu a DIOS.<br />
Se pue<strong>de</strong> aten<strong>de</strong>r, a<strong>de</strong>más, al aspecto intelectua~. ~n este caso<br />
la atención se dirige al sentido y al correcto entendtrnlento <strong>de</strong> las<br />
palabras. Una atención <strong>de</strong> esta índole cabe esperar <strong>de</strong> toda persona<br />
que posea un mayor grado <strong>de</strong> erudición y c~~prensión, porque<br />
cada cual <strong>de</strong>be restituir a Dios el talento que reCibió.<br />
41 Referencia a 2 R. 3: 14 y ss. Dice Lyra en su comentario sobre este<br />
pasaje: No siempre el espíritu <strong>de</strong> profecía toca el coraz6n <strong>de</strong>l pro~eta. Para que<br />
esto ocurra, es preciso que el espíritu <strong>de</strong>l profeta sea elevad~ medl~te ~ <strong>de</strong>voción.<br />
A esto contribuyen las "melodías" <strong>de</strong>stinadas a este fm. Unas mettan.a la<br />
piedad, otras a la exaltaci6n <strong>de</strong>l ánimo. Es una <strong>de</strong> estas melodías lo que Elíseo<br />
pidi6. Comp. WA 56,467, 13, nota.<br />
WA<br />
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