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comentarios de - Escritura y Verdad

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WA<br />

245<br />

134<br />

OBRAS DE MARTIN LUTERO<br />

mente acaba con la vida, el apóstol habla con toda razón <strong>de</strong> un<br />

"sepulcro": la seductora apariencia <strong>de</strong> verdad y justicia es la causa<br />

por qué aquella enseñanza es un sepulcro abierto y un veneno incurable<br />

que no da ningún margen para la esperanza. En efecto, ¿quién<br />

no amaría la verdad y la justicia Por esto los hombres adhieren a<br />

ella con tenacidad si tiene una apariencia atrayente, y le dan las<br />

espaldas si tiene un aspecto repugnante - y siempre tiene un<br />

aspecto repugnante. El mejor ejemplo lo tenemos en Cristo en<br />

quien "no hubo parecer ni hermosura" (ls. 53:2). Esta es la suerte<br />

que corre toda verdad que está en <strong>de</strong>sacuerdo con nuestra propia<br />

opinión.<br />

v.14. Su boca está llena <strong>de</strong> maldición.<br />

¿Ves Ahora que les toca el turno a los que no los imitan<br />

- ahora tienen "boca". Ya no se habla <strong>de</strong> "garganta" ni <strong>de</strong> "lengua",<br />

sino <strong>de</strong> "boca" llena <strong>de</strong> dientes, como se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong> <strong>de</strong> lo que sigue.<br />

Así que:<br />

En segundo términ0 41 : ¿qué actitud adoptan ante los que no<br />

siguen en sus pisadas, sino antes bien les oponen resistencia y les<br />

ofrecen enseñanza sana y correcta para apartarlos <strong>de</strong> la muerte que<br />

los espera ¡Fíjate en cómo se lo retribuyen! También en ellos se<br />

ensañan <strong>de</strong> tres maneras distintas:<br />

Primero: Tienen la boca llena <strong>de</strong> maldición. Palabras muy acertadas<br />

para expresar el hecho <strong>de</strong> que su mal<strong>de</strong>cir no pasa a aquellos a<br />

quienes maldicen, sino que permanece con ellos mismos. Los únicos<br />

perjudicados son ellos mismos, <strong>de</strong> acuerdo con un dicho que se<br />

refiere a Cristo 42: "Maldito el que te maldijere" (Gn. 27: 29),<br />

y aquel otro pasaje: "Dios quebrará sus dientes en sus bocas"<br />

(Sal. 58:6). No los quebrará en la herida o en el cuerpo <strong>de</strong> otros;<br />

pues hará que muerdan <strong>de</strong> una manera tal que <strong>de</strong> todos modos no<br />

lograrán causar daño a nadie; por lo tanto los quebrará en la propia<br />

boca <strong>de</strong> ellos. Esto sí: dientes y maldiciones no les faltan, pero los<br />

tienen sólo en su propia boca, <strong>de</strong>scrita por eso como "boca llena".<br />

Ese "mal<strong>de</strong>cir" es atacar al prójimo públicamente· con insultos,<br />

imprecaciones y blasfemias, y <strong>de</strong>searle una <strong>de</strong>sgracia. Esto empero<br />

lo hacen todos los que tienen la sensación' <strong>de</strong> que alguien está<br />

impugnando la opinión que ellos establecieron (porque la consi<strong>de</strong>ran<br />

justa y correcta), y lo hacen como quienes están dispuestos a<br />

salir en <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> la verdad y <strong>de</strong> prestar un servicio a Dios (comp.<br />

41 Véase pág. 131, segundo párrafo.<br />

42 Para Lutero, pasajes como Gn. 27:29; Sal. 37:22 y Sal. 5:6 se aplican<br />

en última instancia a Cristo mismo. Véase WA I1I, 207, 9 Y nota 3.<br />

ROMANOS 135<br />

Jn. 16:2) con sorpren<strong>de</strong>nte celo, que sin embargo no es un celo<br />

"conforme a ciencia" (Ro. 10:2). Y no son ni lerdos ni perezosos<br />

en su actuar, sino que como dije, <strong>de</strong>spliegan un gran celo' <strong>de</strong> ahí las<br />

palabras <strong>de</strong>l texto: "tienen la boca llena" sobreabund~n en maldk~n~.<br />

'<br />

Segundo: su boca está llena <strong>de</strong> amargura (3: 14), quiere <strong>de</strong>cir<br />

llena <strong>de</strong> calumnias ·dictadas por la más abyecta envidia. La envidi~<br />

es, en efecto, un corazón lleno <strong>de</strong> amargura, así como, por el'otro<br />

lado, el amor es un corazón lleno <strong>de</strong> dulzura. En consecuencia,<br />

los orgullosos e impíos no sólo profieren maldiciones contra los<br />

justos, sino que los calumnian también entre ellos y ante otros con<br />

las palabras más hirientes. Mas también esta envidia permanece en<br />

la propia boca <strong>de</strong> ellos sin causar daño alguno a quienes son objeto<br />

<strong>de</strong> la ~isma. Por esto se dice que su boca está llena, sí, pero a los<br />

que estan fuera, esto no los amarga ni los convierte en malos. .<br />

.. Tercero: Sus pies se ap'resuran. Otra <strong>de</strong> estas expresiones tan<br />

grafIcas. Con sus manos no sIempre logran llevar a cabo sus propósitos;<br />

no obstante, no cesan en sus esfuerzos por lograrlos. En viendo,<br />

pues, que no pue<strong>de</strong>n silenciar a los mensajeros <strong>de</strong> la verdad ni con<br />

insultos ni con calumnias, al fin tratan <strong>de</strong> <strong>de</strong>shacerse <strong>de</strong> ellos por la<br />

fuerza, y <strong>de</strong> matarlos, para que sus propias i<strong>de</strong>as no sean echadas<br />

por tierra. Este es el método que los judíos (<strong>de</strong>stinatarios originales<br />

<strong>de</strong> los pasajes citados por Pablo) practicaron con una pertinacia<br />

poco común, como lo vemos en los Hechos <strong>de</strong> los Apóstoles. Pero<br />

también. e!1 nuestros días, todo enemigo <strong>de</strong> la verdad proce<strong>de</strong> en<br />

forma SlffiIlar para <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r e imponer su propio criterio, porque él,<br />

claro está, actúa impulsado por "intenciones sanas" y "por amor a<br />

Dios".<br />

v.16. Quebranto.<br />

Con esto el apóstol <strong>de</strong>scribe la suerte que corren los "maestros"<br />

aquí mencionados. Lo primero que sufren es quebranto: son <strong>de</strong>spedaza~os,<br />

r~ducidos a menos y humillados, en cuerpo y alma, como<br />

lo eVI<strong>de</strong>ncIa el caso <strong>de</strong> los judíos. Son "como el polvo que el viento<br />

se lleva" (comp. Sal. 1:4), porque en el polvo yacen ahora los que<br />

e~an gran<strong>de</strong>s y po<strong>de</strong>rosos; incesantemente, hasta el día <strong>de</strong> hoy, son<br />

pIsoteados y "hollados como lodo <strong>de</strong> las calles" (Mi. 7: 10). Pero la<br />

miseria <strong>de</strong> este quebranto físico que sufren ante la vista <strong>de</strong> los hombres,<br />

es igualada y aun superada en mucho por la miseria <strong>de</strong>l quebranto<br />

espiritual que sufren por parte <strong>de</strong> los <strong>de</strong>monios que los W A<br />

someten a atropellos <strong>de</strong> toda clase y "no <strong>de</strong>jan en ellos piedra sobre 246<br />

piedra" (Mt. 24:2). Y no es sólo esto, sino que en aquellos caminos<br />

suyos son reducidos siempre a menos, se tornan siempre peores y

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