comentarios de - Escritura y Verdad
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207<br />
88 OBRAS DE MARTIN LUTERO ROMANOS 89<br />
los oigamos <strong>de</strong>cir (convencidos <strong>de</strong> que se los inculpaba injustamente<br />
<strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong> Cristo, ya que no le habían matado con sus propias<br />
manos): "Vosotros queréis· echar sobre nosotros la sangre <strong>de</strong> este<br />
hombre". Y cuando en Hch. 7:52 San Esteban los acusó <strong>de</strong>l mismo<br />
<strong>de</strong>lito exclamando: "Vosotros sois los matadores <strong>de</strong> este hombre<br />
justo", ellos "crujían los dientes contra él" (Hch. 7:54). Es más:<br />
En Pr. 30:20 se los llama "una mujer adúltera" (la sinagoga, que<br />
con su corazón se une a la iniquidad, y que a la justicia se une con<br />
el cuerpo solamente), "que come" (es <strong>de</strong>cir, que <strong>de</strong>voró a Cristo<br />
matándolo), "y limpia su boca" (intentando limpiarse <strong>de</strong> sus<br />
pecados) "y dice: No he hecho maldad"42. Y bien: como ya dije;<br />
ellos no entien<strong>de</strong>n estas palabras <strong>de</strong>l apóstol ni tampoco creen que<br />
ellos son tal clase <strong>de</strong> gente que predica que no se ha <strong>de</strong> hurtar y no<br />
obstante hurta. Por esto el apóstol en una nueva <strong>de</strong>mostración <strong>de</strong><br />
que está hablando en sentido espiritual y <strong>de</strong> un cumplir espiritual,<br />
prosigue diciendo (v.25): Pues en verdad la circuncisión aprovecha<br />
si guardas la ley; y para que las cosas que<strong>de</strong>n enteramente en claro,<br />
agrega Pues no es judío el que lo es exteriormente, ni es la circuncisión<br />
la que se hace exteriormente en la carne (v.28); a<strong>de</strong>más:<br />
Con la letra <strong>de</strong> la ley y con la circuncisión eres transgresor <strong>de</strong> la<br />
ley (v.27). "Con la letra", dice, así que eres un ladrón según el<br />
espíritu, aunque no según la letra. Lo <strong>de</strong> "letra" lo dijo Pablo<br />
expresamente porque quiso hacer ver que estaba hablando en<br />
sentido espiritual, a fin <strong>de</strong> que ellos entendieran lo que en realidad<br />
ya <strong>de</strong>bieran haber sabido.<br />
Alguno objetará: Aquella circuncisión <strong>de</strong>l corazón es un producto<br />
exclusivo <strong>de</strong> la gracia. Pues como dije en un párrafo anterior<br />
43 , la naturaleza humana está inclinada hacia lo malo, carece<br />
<strong>de</strong> fuerzas para hacer lo bueno, no ama la ley que insta a hacer lo<br />
bueno y prohíbe hacer lo malo, sino que más bien la aborrece'<br />
así es que <strong>de</strong> suyo, nuestra naturaleza no ve en la ley nada que l~<br />
agra<strong>de</strong>, todo en ella le <strong>de</strong>sagrada. Y <strong>de</strong> esta manera permanece<br />
aprisionada en sus malos <strong>de</strong>seos que se oponen a la ley, hundida<br />
en concupiscencias, por más gran<strong>de</strong>s proezas que haga exteriormente<br />
obligada por el temor al castigo o atraída por el amor a los<br />
bienes <strong>de</strong> este siglo. Y <strong>de</strong> esta triste situación no pue<strong>de</strong> librarse si<br />
no le viene ayuda <strong>de</strong>s<strong>de</strong> lo alto. Pues no es la voz <strong>de</strong> la naturaleza<br />
o <strong>de</strong>l viejo hombre la que dice así: "Amo tu ley, mas aborrezco a<br />
lo~ hombres inicuos" (Sal. 119: 113), ni así: "¡Cuán dulces son a<br />
mI paladar tus palabras! Más que la miel a mi boca" (Sal. 119: 103),<br />
ni tampoco así: "Deseables son más que el oro, y más que la piedra<br />
preciosa; mucho más dulces son que la miel, y la que <strong>de</strong>stila <strong>de</strong>l<br />
panal" (Sal. 19: 10). Antes bien, es la voz <strong>de</strong>l hombre nuevo y espiritual;<br />
éste continúa diciendo: "Porque tu siervo las ama y las<br />
guarda" (Sal. 19: 12)44. Si ese amor a la palabra divina no es algo<br />
inherente en la naturaleza <strong>de</strong>l hombre, sino que sólo pu~<strong>de</strong> ser<br />
producido por la gracia, ¿por qué entonces el apóstol, e incluso<br />
el Señor mismo, acusa y censura a los judíos<br />
A esto respondo: Esto es precisamente la gran tarea <strong>de</strong>l apóstol<br />
y <strong>de</strong> su Señor: humillar a los soberbios, hacerles ver la situación en<br />
que se encuentran, enseñarles cuánta falta les hace la gracia, <strong>de</strong>struir<br />
esa justicia que ellos se atribuyen, para que, humillados, busquen a<br />
Cristo, se confiesen pecadores, y reciban así la gracia y sean salvos.<br />
Así lo resumirá el apóstol al final <strong>de</strong>l capítulo 11 (v. 32): "Dios<br />
encerró a todos bajo el pecado, para tener misericordia <strong>de</strong> todos".<br />
Sin embargo, ellos no quisieron oir estas exhortaciones ni tomarlas<br />
a pecho. "Cuando oyeron su voz, endurecieron su corazón" como<br />
dice el Salmo 95: 7,8. Por eso "no conocieron los caminos <strong>de</strong>l 'Señor<br />
ni entrarán en su reposo" (Sal. 96: 10,11). Aquello <strong>de</strong> que "n~<br />
conocieron" <strong>de</strong>be enten<strong>de</strong>rse en el sentido <strong>de</strong> "no querían conocer",<br />
así como se dice: "no lo hicieron" por "no hicieron lo que <strong>de</strong>bían<br />
haber hecho". No se trata, pues, <strong>de</strong> excusar a los judíos por su<br />
<strong>de</strong>sconocimiento, sino <strong>de</strong> acusarlos tanto más severamente por<br />
ello: tendrían que haberlo conocido, y sin embargo no lo conocieron.<br />
Algo similar se dice en Ro. 10: 16: "No todos obe<strong>de</strong>cieron al<br />
evangelio", vale <strong>de</strong>cir: no querían obe<strong>de</strong>cer al evangelio tal como<br />
<strong>de</strong>bieran haberlo hecho.<br />
v.22. Tú que abominas <strong>de</strong> los ídolos, cometes sacrilegio.<br />
Sacrilegio es <strong>de</strong>spojo y robo cometido en lugar sagrado. Los<br />
judíos se hicieron culpables <strong>de</strong> doble sacrilegio: en primer lugar, por<br />
substraer su corazón y su alma <strong>de</strong> la verdad y <strong>de</strong>l Espíritu, y ponerlo<br />
bajo el dominio <strong>de</strong> sus propias i<strong>de</strong>as. Y en segundo lugar, <strong>de</strong><br />
una manera aún más estrechamente relacionada con nuestro tema:<br />
quitan <strong>de</strong> su lugar las letras y las palabras <strong>de</strong> las Sagradas <strong>Escritura</strong>s,<br />
que son no sólo sagradas, sino sacratísimas, tergiversándolas y falsificando<br />
su significado, y <strong>de</strong> este modo fun<strong>de</strong>n y esculpen con el<br />
material <strong>de</strong> las Sagradas <strong>Escritura</strong>s un ídolo espiritual. De esto se<br />
habla en Ez. 16: 17: "Tomaste asimismo tus hermosas alhajas <strong>de</strong><br />
oro y <strong>de</strong> plata que yo te había dado, y te hiciste imágenes <strong>de</strong> hombre<br />
etc.". Fue un sacrilegio, pues, lo que cometió el pueblo <strong>de</strong><br />
:~ Lutero adoptó la interpretaci6n que Lyra dio a este pasaje.<br />
Pág. 70.<br />
44 Cit. según el texto <strong>de</strong> la Vulgata.