comentarios de - Escritura y Verdad
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96 OBRAS DE MARTIN LUTERO<br />
siendo veraz y fiel a su palabra dada, también la habría cumplido<br />
en caso <strong>de</strong> haberla dado), y que esta es la razón por qué el judío no<br />
tiene ventaja ni fueron creídos los dichos <strong>de</strong> Dios (ya que no los<br />
hubo). Pero ahora ocurre justamente lo contrario: los <strong>de</strong> la circuncisión<br />
no obtuvieron los beneficios <strong>de</strong> la promesa; y no sólo esto,<br />
sino que la promesa fue dada a otros, a los gentiles, pues la mayoría<br />
<strong>de</strong> los <strong>de</strong> la circuncisión no la consiguió. A esta objeción, el apóstol<br />
Pablo respon<strong>de</strong> (v.3): ¿Pues qué, si algunos <strong>de</strong> ellos han sido incrédulos<br />
(es <strong>de</strong>cir: no han recibido la fe ni la promesa) Estos, en<br />
efecto, son los únicos culpables: los que no querían recibir el cumplimiento<br />
<strong>de</strong> la promesa. Esto empero no impi<strong>de</strong> que Dios sea veraz.<br />
Ni tampoco dio Dios su promesa en una forma tal, ni fueron creídas<br />
sus palabras en una forma tal por los judíos, que éstos necesariamente<br />
hayan tenido que entrar en posesión <strong>de</strong> los bienes prometidos,<br />
quisieran o no quisieran. Pues entonces, la verdad y la fi<strong>de</strong>lidad<br />
<strong>de</strong> Dios no podría haber alcanzado su propósito a menos que<br />
él obligara a los judíos a aceptar sus promesas, aun contra la voluntad<br />
y el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> ellos. Pero esto es absurdo. La verdad y la fi<strong>de</strong>lidad<br />
<strong>de</strong> Dios <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ría entonces <strong>de</strong>l arbitrio humano, como si<br />
Dios sólo fuese veraz una vez que los hombres le hubieran creído<br />
y se hubieran <strong>de</strong>clarado dispuestos a aceptar sus palabras. Por esto,<br />
"la incredulidad <strong>de</strong> ellos no hará nula la fi<strong>de</strong>lidad <strong>de</strong> Dios" (v. 3),<br />
o sea: si bien los <strong>de</strong> la circuncisión no quisieron aceptar la promesa<br />
<strong>de</strong> Dios a pesar <strong>de</strong> que él la había dado precisamente a ellos, esto<br />
no pue<strong>de</strong> ni <strong>de</strong>be ser motivo 'para acusar a Dios <strong>de</strong> no ser veraz. Ya<br />
es suficiente q~ él se mostró cumplidor para con "los <strong>de</strong> la circuncisión",'<br />
es <strong>de</strong>cir, para con algunos <strong>de</strong> ellos, no todos, pero sí<br />
para con los electos. Pues Dios no pue<strong>de</strong> mentir. De ahí que: Antes<br />
bien, sea Dios veraz (vA).<br />
. P~ro si sigues insistiendo: Sea esto como fuere, lo cierto es que<br />
DIOS hIZO su promesa a los judíos, o a los <strong>de</strong> la circuncisión, pero no<br />
a los gentiles. Luego, si Dios es veraz, la promesa <strong>de</strong>bía haber abarcado<br />
a todos. Y por otra parte, ¿por qué dio él la prom~a a los <strong>de</strong><br />
la circuncisión, sabiendo ya <strong>de</strong> antemano que no la cumpliría a<br />
causa <strong>de</strong> la incredulidad <strong>de</strong> los <strong>de</strong>stinatarios - A estas preguntas<br />
el apóstol respon<strong>de</strong>rá más tar<strong>de</strong>, en los capítulos 9 y 11. Aquí las<br />
toca sólo <strong>de</strong> paso, para no apartarse <strong>de</strong>masiado <strong>de</strong> su tema, que es<br />
<strong>de</strong>mostrar que la promesa fue hecha no a todos los que son hijos<br />
<strong>de</strong> Abraham, sino a los electos y a los hijos <strong>de</strong> Dios que habrían <strong>de</strong><br />
ser adoptados <strong>de</strong> entre los <strong>de</strong> la circuncisión.<br />
vA.<br />
"Es".<br />
El tex to griego tiene "sea Dios veraz", lo cual no es tanto una<br />
enfatización <strong>de</strong> la veracidad <strong>de</strong> Dios en sí, sino una confesión en pro<br />
ROMANOS 97<br />
<strong>de</strong> su veracidad, <strong>de</strong> modo que el sentido <strong>de</strong> la frase es: Es justo que<br />
todos confiesen y admitan que Dios es veraz. Este es el concepto<br />
que se <strong>de</strong>be tene.r <strong>de</strong> él: téngasele por veraz, considéresele como el<br />
que merece crédIto en sus palabras, por numerosos que sean los que<br />
no le creen. Que el verbo <strong>de</strong>be S6r entendido como un imperativo<br />
lo prueba también el pasaje bíblico que Pablo le agrega: "Para qu~<br />
seas justific~do", 9uiere <strong>de</strong>cir: Así <strong>de</strong>be ser; todos <strong>de</strong>ben confesar y<br />
~abe! que tu eres justo y veraz en tus palabras, no importa cuántos<br />
mcredulos te contradigan y te juzguen, esto es, te con<strong>de</strong>nen en tus<br />
palabras. .<br />
Esto sí: una cosa es <strong>de</strong>cir simplemente "Dios es justificado" y<br />
otra cosa es <strong>de</strong>cir "Dios es justificado en sus palabras o en ~us<br />
~b~as". ~sí también hay una di~~re~cia entre "Dios es j~zgado" y<br />
DIOS es juzgado en sus palabras ,e Igualmente entre "Dios vence"<br />
y "Dios vence en sus pala¡bras". La verdad es que Dios en sí no<br />
pue<strong>de</strong> ser justificado por. nadie, puesto que él es la Justicia en<br />
persona. Ni tampoco pue<strong>de</strong> ser juzgado por nadie, ya que él mismo<br />
es. la eterna Ley, el Juicio y la <strong>Verdad</strong>. A<strong>de</strong>más, él triunfa por sí<br />
~Ismo sobre todas las cosas, y no hace falta que algún corazón<br />
piadoso se lo <strong>de</strong>see. En este sentido también le rogamos "Hágase<br />
tu voluntad", aunque sabemos muy bien que nadie· pue<strong>de</strong> impedir<br />
que esa voluntad se haga.<br />
Pero por otra parte, Dios realmente es justificado en sus pala<br />
~ras cuando éstas son reconocidas y aceptadas por nosotros como<br />
justas y veraces, lo cual pcurre por medio <strong>de</strong> la fe en sus dichos. En<br />
cambio, Dios es juzgado en sus palabras cuando éstas son consi<strong>de</strong>radas<br />
falsas y mentirosas, lo cual ocurre por medio <strong>de</strong> la incredulidad<br />
y "soberbia que hay en los pensamientos <strong>de</strong> nuestros corazones"<br />
como lo e~presó en su cántico la Virgen María (Lc.l:51). Pues<br />
nuestra sabIduría humana no sólo se resiste a creer las palabras <strong>de</strong><br />
Dios y a someter~e a ellas, ~ino que incluso niega que son palabras<br />
d~ DIOS; antes bIen, ella mIsma se cree poseedora <strong>de</strong> la palabra <strong>de</strong><br />
DIOS y presume <strong>de</strong> ser ella la veraz. Así proce<strong>de</strong>n en su necedad los<br />
judíos, los herejes y todos los hombres testarudos. Mas Dios no sólo<br />
es "justificado" sino que también "vence" en sus palabras, lo cual<br />
ocurre cuando su palabra prevalece sobre todos los que se atreven<br />
a .actuar en. su ~ontra; tal es el caso con el evangelio, que siempre<br />
tnunfa y tnunfo. Pues la verdad obtiene la victoria sobre todas las<br />
cosas. Po<strong>de</strong>mos d~cir, por lo tanto: Dios "es justificado" por todos<br />
aqu.ellos que humIl<strong>de</strong>mente <strong>de</strong>sisten <strong>de</strong> querer imponer su propia<br />
sabIduría, y creen en él; "vence" empero a todos los que no le creen<br />
que le juzgan y le contradicen. Para los unos, él es una señal "puest~<br />
para levantamiento"; para los otros, "puesta para caída" y "señal<br />
que será contradicha" (Lc.2:34), es <strong>de</strong>cir, le juzgan, pero en vano.<br />
Así es como también oramos "Hágase tu voluntad", con lo que le<br />
WA<br />
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