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comentarios de - Escritura y Verdad

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148 OBRAS DE MARTIN LUTERO<br />

dón<strong>de</strong>, cómo Y por medio <strong>de</strong> quién nos habla. Mayor~ente nos<br />

habla en un lugar, en un momento, <strong>de</strong>.un modC! m,:dla~te u~:<br />

persona que menos nos imaginamos. El mIsmo lo dIJo: El VIento<br />

sopla don<strong>de</strong> quiere (no ~on<strong>de</strong> nosot,ros q~eremo~ o c,reemos~:<br />

y oyes su sonido; mas m sabes <strong>de</strong> don<strong>de</strong> vIene; m a don<strong>de</strong> va<br />

(Jn. 3:8). Pues Cristo está cerca <strong>de</strong> nosotros, esta <strong>de</strong>ntr~ <strong>de</strong> nosotros,<br />

pero siempre. en una for~a que nos resulta extrana, no con<br />

aspecto glorioso, smo en humildad y mansedumbre etc., <strong>de</strong> modo<br />

que podría pensarse que ni es él mismo, y sin ~mbargo es ,~l, el<br />

verda<strong>de</strong>ro Cristo. Por esto nos exhorta el Espíntu ~anto: .Oye,<br />

hija, y mira, e inclina tu oído etc." (Sal. ~5: 10), qUIere d~clr: es<br />

necesario que siempre y en todo lugar estes pro~ta p,ara Olr, que<br />

an<strong>de</strong>s con oídos muy abiertos; sea esto toda tu obhgaclOn: escuchar<br />

humil<strong>de</strong>mente Y admitir enseñanzas, como dice en el Salmo 2: 10:<br />

"Ahora, oh reyes, sed pru<strong>de</strong>ntes, admitid amonestación",<br />

v.21. Testificada por la ley y por los profetas.<br />

Tales testimonios se hallan p. ej. en Habacuc 2:4: "El justo<br />

por su fe vivirá": en Oseas 2:20: "Te <strong>de</strong>sposaré conmigo en fi<strong>de</strong>lidad";<br />

y en Jeretnías 31: 31-33: "Ha~é ,~uevo pac~o con la c~sa d.e<br />

Judá. .. Escribiré mi ley en su corazon . En el hbro <strong>de</strong>l Genesls<br />

tenemos a<strong>de</strong>más el ejemplo <strong>de</strong> Abraham (15:6) y otros que fueron<br />

justificados por la fe. .<br />

San Agustín escribe en el capítulo 13 <strong>de</strong> su hbro Acerca <strong>de</strong>l<br />

Espíritu y la letra: "Lo que la ley <strong>de</strong> las obras e!'ige ~menaza~~o, l~<br />

ley <strong>de</strong> la fe lo ~umple creyendo. ~a una dIce: No c~dlclarás<br />

W A (Ex. 20: 17); la otra dice: 'ComprendIendo que y~ ~o, podl~ poseer<br />

257 el don <strong>de</strong> la castidad si Dios no me lo daba, me dmgl al Senor y se<br />

lo pedí'.55 Por medio <strong>de</strong> la ley <strong>de</strong> las obras, Dios dice al hombre:<br />

'Haz lo que yo te or<strong>de</strong>no.' En cambio, don<strong>de</strong> impera la ley <strong>de</strong> la<br />

fe el hombre le habla a Dios y le pi<strong>de</strong> humil<strong>de</strong>mente: 'Concé<strong>de</strong>me<br />

lo' que me or<strong>de</strong>nas'. Pues para est la ley imlarte sus órenes: par~<br />

recordar a la fe cuál es su cometIdo (es <strong>de</strong>CIr: qué <strong>de</strong>bIera hacer),<br />

en otras palabras: para que aquel que recibe la or<strong>de</strong>n y aún no tiene<br />

la capacidad <strong>de</strong> cumplirla, sepa qué <strong>de</strong>be pedir. "56 Y en el cap. 19<br />

<strong>de</strong> la mi.sma obra leemos: "Por lo tanto, la ley fue dada para que. se<br />

busque la gracia. La gracia empero fue dada para que sea cumphda<br />

la ley. La culpa <strong>de</strong>l incumplimiento no radicaba en la ley mIsma,<br />

54 Vulgata, cit. por Lutero: spiritus.<br />

55 Comp. Sabiduria <strong>de</strong> Salomón 8:21 (Vulgata).<br />

56 S. Agustín, De Spiritu et littera, Patro1. Ser. Lat. XLIV, 214.<br />

ROMANOS 149<br />

sino en la sabiduría <strong>de</strong> la carne. La función <strong>de</strong> la leyera poner <strong>de</strong><br />

manifiesto esta culpa; y la función <strong>de</strong> la gracia era sanarla. Ro. 8:3-4:<br />

'Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la<br />

carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza <strong>de</strong> carne <strong>de</strong> pecado y a<br />

causa <strong>de</strong>l pecado, con<strong>de</strong>nó al pecado en la carne, para que la justicia<br />

<strong>de</strong> la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos confonne a la<br />

carne'."57 Jn. 1: 17: "La ley por medio <strong>de</strong> Moisés fue dada, pero la<br />

gracia y la verdad vinieron por medio <strong>de</strong> Jesucristo".<br />

¿Quién empero nos hará ver ahora todas las artimañas <strong>de</strong>l<br />

mensajero <strong>de</strong> Satanás con que intenta engañarnos Todos oramos:<br />

"Concé<strong>de</strong>nos lo que nos or<strong>de</strong>nas", y sin embargo no lo recibimos.<br />

Todos creemos y hablamos, todos confesamos y obramos, y sin<br />

embargo, no todos somos justificados.<br />

A unos -a los más bien inexpertos....,. los ofusca <strong>de</strong> tal manera<br />

que no se dan cuenta <strong>de</strong> lo débiles que son, ni <strong>de</strong> cómo su voluntad<br />

se inclina hacia lo malo. Tampoco se examinan a sí mismos, y por<br />

eso no ven cuán poco dispuestos están para hacer la voluntad <strong>de</strong><br />

Dios, y cuán poco amor le tienen a su ley. Su creer y su obrar<br />

obe<strong>de</strong>ce a un temor servil; no obstante, piensan que hicieron lo<br />

suficiente y que Dios tiene que consi<strong>de</strong>rarlos jU$tos por el hecho<br />

<strong>de</strong> que poseen fe y obras. Ni se les ocurre preocuparse y esforzarse<br />

para que su actuar sea motivado por una sincera alegría y por un<br />

amor respaldado por su más finne voluntad; ni tampoco se les<br />

ocurre que precisamente para esto tendrían que solicitar la'gracia<br />

<strong>de</strong> Dios. Al contrario: van por su camino y hacen sus obras confiando<br />

únicamente en sus propias fuerzas, <strong>de</strong>sganados siempre y rezongando,<br />

cuando <strong>de</strong>bieran acudir a Dios y pedirle'con gemidos insistentes<br />

que les quite <strong>de</strong> encima ese <strong>de</strong>sgano y convierta su voluntad<br />

rebel<strong>de</strong> en un gozoso asentimiento y les conceda por su gracia que<br />

esa, inclinación hacia lo malo <strong>de</strong>saparezca. Esto, digo, es lo que insistentemente<br />

se ha <strong>de</strong> pedir y <strong>de</strong> apren<strong>de</strong>r, y lo que <strong>de</strong>be ser objeto<br />

<strong>de</strong> constante y duro esfuerzo hasta que aquel viejo mal que<strong>de</strong><br />

extirpado <strong>de</strong> raíz y surja en su lugar una voluntad rénovada. Pues<br />

quien no trabaja seriamente en sí mismo <strong>de</strong> la manera aquí <strong>de</strong>scrita,<br />

a éste no le será dada la gracia. Así es que aquella gente yace en un<br />

profundo sueño, se vuelven perezosos, embotados, mezquinos<br />

siempre y endurecidos, hasta que por fin pier<strong>de</strong>n también la fe y se<br />

llenan <strong>de</strong> impaciencia y <strong>de</strong> toda clase <strong>de</strong> malos <strong>de</strong>seos, quedando<br />

así "reprobados en cuanto a toda buena obra" (Tit. 1: 16).<br />

A otros en cambio - a los <strong>de</strong> inteligencia más refinada - Sata7<br />

nás los engaña con artilugios también más refinados. Hace que ellos<br />

practiquen sus buenas obras con gozo y alegría, para que, <strong>de</strong>slum-<br />

57 Ibid. pág. 221.<br />

WA<br />

258

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