Temas de <strong>Patrimonio</strong> <strong>Cultural</strong> 14para señalar, en el sentido en que vengo desarrollando esta idea, que el pueblogitano no quiere reproducir este modelo tremendo que implicó el Estado-Nacióncomo forma de negación de la identidad, no quiere construir otro Estado-Naciónpropio que ahora, bajo la bandera gitana, se encargue de aniquilar su propiamultiplicidad identitaria sino que, por el contrario, el pueblo gitano prefiere seguirinsistiendo en su presencia cultural en cada uno de los Estados-Nación que compone,en cada uno de los territorios en que habita, sin tener que desaparecerfísica ni culturalmente, que son los dos modos con que el Estado-Nación procesalas identidades diversas, las dos modalidades básicas a través de las cuales elEstado niega toda identidad que no sea la que hegemónicamente se construyecomo “identidad nacional”.El Estado-Nación argentino que, lo hemos dicho, ha construido y sigueconstruyendo de este modo su identidad a partir de la negación de identidades, apartir del concepto de “identidad por exclusión”, ha operado a través de las doscaras clásicas del Estado-Nación. Por un lado, ha implementado su cara genocida,a través del aniquilamiento material (basta pensar en el destino de muchos de lospueblos originarios, o pensar en las políticas hacia los afro-descendientes). Tambiénha operado con su cara asimilacionista, negando la propia identidad de losdiversos grupos culturales (pensemos para ello en la política implementada hacialos migrantes europeos: el Estado los acepta en tanto dejen de ser lo que son, entanto pasen a constituirse en una nueva identidad y abandonen su cultura, suidioma, sus costumbres).En el punto medio de estas dos tendencias, la tendencia genocida y latendencia asimilacionista, está la práctica aplicada a judíos, árabes o gitanos, enla que hay una “inasimilabilidad”. El Estado se propone como objetivo la tarea de“asimilar”, integrar a todas las culturas que la componen, pero -esto lo planteanalgunos ideólogos del Estado-Nación- hay algunas identidades que -no importacuál se la razón- resultan inasimilables; no se pueden “procesar en la licuadora”,no se dejan “diluir en el crisol de razas”, justamente por su insistencia en ladefensa cultural, por su resistencia a abandonar su idioma, sus costumbres, sutradición. En definitiva, su propia identidad. El pueblo gitano ha sido uno de losgrupos que ha logrado mantener su identidad cultural, muchas de sus costumbresy su propia lengua, pese a los insistentes intentos (a través de la cara genocida ola asimilacionista) de hacerlos desaparecer como grupo identitario.Uno de mis objetivos es sugerir que, como modo de revertir esta tenden-28
<strong>Patrimonio</strong> <strong>Cultural</strong> <strong>Gitano</strong>cia del Estado-Nación moderno, quizás no alcance solo con el conocimiento decada pueblo, quizá se requiera un modo de empezar a problematizar los modeloscon los que construimos nuestra propia identidad, empezar a dejar de pensar lasidentidades que conforman el Estado-Nación como “otras” identidades a las quehay que integrar.Yo diría que hay que poder cambiar esta mirada que sigue calificandocomo “otros”, como extraños, como extranjeros, a culturas que llevan siglos enel país, sin poder asumir que estas culturas son parte inescindibles de la identidadargentina.Pero, para lograr esto, no alcanza con mirar a la cultura gitana, ni alcanzacon mirar a la cultura judía, ni alcanza con mirar a la cultura árabe o a cualquierotra cultura, sino que se requiere mirar de otro modo a la cultura argentina yempezar a reproblematizar qué es esa cultura argentina y cuántos elementos deesta cultura -pese a que están y siempre han estado presentes- resultan, sinembargo, invisibles para nuestra propia mirada, para nuestra propia definición deidentidad.El objetivo, quizás, es comenzar a pensar que no hay un modo de abordarnuestra identidad si no es mirándonos primero a nosotros, que nuestra constituciónes parte de esto, que nuestra constitución está fallida, mal suturada, estáproblematizada. Puede transformarse en un modo de pensar nuestra propia identidad,para tratar de aprender, justamente, de pueblos que desde su culturadiaspórica no han tenido la práctica de implementar un modelo de empobrecimientocomo es el Estado-Nación para poder aplicarlo a nuestro Estado-nacióny poder mejorar un poco, ya no en la relación con el otro, que de por sí esimportante, sino también la relación con nosotros mismos.29