El vendedor de sueños -- Augusto Cury

Recommendations

Info

construcción de tu pensamiento. Soy yo el que se siente honrado de conocerte. Por favor, dame tú un autógrafo a mí. La gente se marchaba anonadada y reflexiva. Algunos compraban el sueño de que no existen las celebridades ni los desconocidos; sólo hay seres humanos complejos con funciones sociales distintas.
La superioridad de las mujeres En los días que siguieron, todo fue felicidad. Ninguna nube empañó el cielo. Ningún percance. Ningún rechazo. Disfrutábamos del prestigio, el asedio y el reconocimiento social. No estaba nada mal para alguien que desafiaba al poderoso sistema y vivía en lugares inhóspitos. Pero no nos imaginábamos lo que nos esperaba. Cuando todo transcurría en la más perfecta armonía, el maestro volvió a sorprendernos. Nos invitó a ir al más hermoso de los templos, el templo de la moda, el mundo fashion. En el lado sur de la ciudad había un refinado desfile de los diseñadores más renombrados. El poderoso grupo Megasoft estaba nuevamente presente, representado por su cadena global de ropa femenina llamada La Femme, que administraba más de diez marcas internacionales y tenía dos mil tiendas en veinte países. La invitación del maestro nos pareció extraña. Era un sitio inapropiado para vender sueños. A fin de cuentas, creíamos que, al menos en ese ambiente, la autoestima había encontrado el mejor medio para cultivarse. Pensábamos que la autoimagen, el culto al cuerpo y el placer existencial existían en otros guetos, pero no en las pasarelas. ¿Qué es lo que buscaba el maestro en un ambiente como ése?, nos preguntábamos. ¿Qué reacciones tendría? ¿Qué actitud tomaría? ¿A quién se dirigiría? Ansiábamos que fuese discreto y no causara ningún disturbio, pero sabíamos que eso era casi imposible. La entrada al evento ya sería un problema. A fin de cuentas, no habíamos logrado entrar en el templo de la informática. ¿Cómo haríamos, entonces, para entrar en el de la moda? Nuestra ropa era pintoresca, estábamos más allá del rigor de la moda. Teníamos el aspecto de un grupo de personas exóticas, anticuadas, que llamaban la atención por su rareza y no por su buen gusto. Sin duda, no nos admitirían. Ese día, el maestro llevaba una chaqueta negra desabotonada y remendada que le habían regalado
Page 2 and 3:
El personaje principal de este libr
Page 4 and 5:
Título original: O vendedor de son
Page 6 and 7:
Prefacio Ésta es mi cuarta obra de
Page 8 and 9:
El encuentro En el más inspirador
Page 10 and 11:
Su apariencia carente de magnetismo
Page 12 and 13:
La presentación Que alguien se pus
Page 14 and 15:
En vez de dejarse intimidar, el ext
Page 16 and 17:
pudieran ver la desesperación de s
Page 18 and 19:
El terremoto emocional Mientras en
Page 20 and 21:
preguntas y sin ningún brillo soci
Page 22 and 23:
Las pérdidas Las locuras sólo tie
Page 24 and 25:
finalmente, ella me abandonó. El s
Page 26 and 27:
alguna vez se habían cruzado con e
Page 28 and 29:
intelectual, desmenuzaba sus paradi
Page 30 and 31:
loca y excitante de las proposicion
Page 32 and 33:
Todas las personas que respondían
Page 34 and 35:
Obtenía condecoraciones, pero mor
Page 36 and 37:
Todos lo mirábamos con la boca abi
Page 38 and 39:
caminábamos, seguía hablando. —
Page 40 and 41:
Yo era «normal» y, como mucha gen
Page 42 and 43:
invitando a los complicados Despué
Page 44 and 45:
encontrado. ¿Quieres ser mi novia?
Page 46 and 47:
El inusitado sueño de bartolomé U
Page 48 and 49:
grupo de Alcohólicos Anónimos, pa
Page 50 and 51:
para no quedar como un antipático,
Page 52 and 53:
en los corazones. Yo sabía competi
Page 54 and 55:
Una banda de locos Eran las cuatro
Page 56 and 57:
desinteresada. Era la primera vez q
Page 58 and 59:
epetir el gesto. —¡Estás jugand
Page 60 and 61:
Sin dar ninguna explicación, el ma
Page 62 and 63:
Las pequeñas y valientes golondrin
Page 64 and 65:
Miré al maestro de reojo y descubr
Page 66 and 67:
Después de reflexionar sobre estos
Page 68 and 69:
Los espacios más sobrios del manic
Page 70 and 71:
dónde se está metiendo. Era un fu
Page 72 and 73:
Un solemne homenaje Yo había pasad
Page 74 and 75:
la elogió por su gesto de generosi
Page 76 and 77: Sofía, la madre de Antonio, profun
Page 78 and 79: Como sociólogo, yo sabía que no h
Page 80 and 81: alzar la voz y dijo con firmeza:
Page 82 and 83: astante severas: —Los milagros no
Page 84 and 85: primos. Uno de ellos, que tenía un
Page 86 and 87: personas pensaron que estábamos em
Page 88 and 89: anónimo de la vida real posee un m
Page 90 and 91: obsesivo compulsivo, el maestro nos
Page 92 and 93: como había hecho yo. Tenía grande
Page 94 and 95: Poniendo un asilo patas arriba Al d
Page 96 and 97: también comenzó a observar muchas
Page 98 and 99: Pero antes de salir, el maestro se
Page 100 and 101: de trenzas negras. Salomón se pint
Page 102 and 103: inocentes están las cicatrices de
Page 104 and 105: asura después de ser usado. Me dep
Page 106 and 107: Nosotros lo seguimos, desconfiados.
Page 108 and 109: —¿Por qué me agredes si yo no t
Page 110 and 111: —Algún día. Dile que tenga much
Page 112 and 113: por tener ordenadores, al menos deb
Page 114 and 115: No tengo brújula ni agenda. No ten
Page 116 and 117: Bartolomé no se quedó atrás y ta
Page 118 and 119: El veneno del asedio social Mientra
Page 120 and 121: eso había creado el embrión de un
Page 122 and 123: cierto era que si Bartolomé se iba
Page 124 and 125: contundente, destruía cada detalle
Page 128 and 129: en un centro de beneficencia, y que
Page 130 and 131: —Error —dijo, y permaneció en
Page 132 and 133: El templo de la moda, una sonrisa e
Page 134 and 135: millones de mujeres buscaran compul
Page 136 and 137: igual de violenta que la discrimina
Page 138 and 139: que era necesario callarse, percibi
Page 140 and 141: Mónica nunca había visto una band
Page 142 and 143: —¿A qué mujer tengo que llamar?
Page 144 and 145: —¿Y su olor? ¿Usará dentadura?
Page 146 and 147: mi formación. Admiraba su forma de
Page 148 and 149: El virus del prejuicio, que estaba
Page 150 and 151: —Háblenos de su fallecido marido
Page 152 and 153: volviendo más famoso que los polí
Page 154 and 155: La jornada Tres días después, el
Page 156 and 157: solamente para los judíos. Al insi
Page 158 and 159: Recordad que el reino de la sabidur
Page 160 and 161: Enviando a los discípulos Después
Page 162 and 163: adoptaron y nunca más la vio. Dima
Page 164 and 165: Era el precio que tenía que pagar
Page 166 and 167: cristianos, musulmanes, judíos y b
Page 168 and 169: universidad. No sabía que los que
Page 170 and 171: El vendedor de sueños en el templo
Page 172 and 173: Después de que Bartolomé hiciera
Page 174 and 175: duró toda la vida. Para ellos, los
Page 176 and 177:
¿Quién le teme al futuro? La mayo
Page 178 and 179:
espetaban los derechos humanos, los
Page 180 and 181:
quedaron profundamente conmovidos.
Page 182 and 183:
—Yo conozco a este hombre, ¿dón
Page 184 and 185:
esos que buscan las gafas sin darse
Page 186 and 187:
La casa del terror Las últimas con
Page 188 and 189:
Como el tema era delicado, decidimo
Page 190 and 191:
pasmada a la derecha. No conocemos
Page 192 and 193:
los monstruos que ensombrecían su
Page 194 and 195:
El paciente volvió a tener la mism
Page 196 and 197:
¿Psicótico o sabio? Después de r
Page 198 and 199:
su imagen dando explicaciones super
Page 200 and 201:
ogué que se adelantaran; yo iría
Page 202 and 203:
varios eventos relacionados con el
Page 204 and 205:
sueños detrás de todo. ¿Cómo es
Page 206 and 207:
econciliaron con mis cimientos. Has
Page 208 and 209:
menos lógico y más romántico. Es
Page 210 and 211:
¿Nos separaremos para siempre? ¿A
Page 212 and 213:
adversidades de la existencia, pero
Page 214:
Augusto Cury (Colina, 2 de octubre
show all

El vendedor de sueños -- Augusto Cury

Create successful ePaper yourself

Delete template?

Save as template?