08.06.2017 Views

El vendedor de sueños -- Augusto Cury

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Las pequeñas y valientes golondrinas<br />

Unos momentos <strong>de</strong>spués, pasamos por un puesto <strong>de</strong> revistas y vimos nuestra foto en<br />

la portada <strong>de</strong> un importante diario, con el siguiente epígrafe: «Una pequeña banda <strong>de</strong><br />

locos agita el centro <strong>de</strong> la ciudad». Mi maestro aparecía en primer plano; Bartolomé y<br />

yo estábamos a su lado.<br />

Compré el diario con las pocas monedas que tenía en el bolsillo. Me sentí<br />

inquieto, perplejo. Era consciente <strong>de</strong> que había provocado un escándalo cuando había<br />

querido matarme, pero esperaba que el suceso no saliera a la luz. Quería olvidar el<br />

asunto, regresar a mi discreción <strong>de</strong> profesor universitario. Ahora, aquello estaba en<br />

boca <strong>de</strong> todo el mundo. <strong>El</strong> artículo narraba mi intento <strong>de</strong> suicidio y mi sorpren<strong>de</strong>nte<br />

rescate a manos <strong>de</strong> un extraño <strong>de</strong> nombre <strong>de</strong>sconocido.<br />

Dimas y Bartolomé veían a un intelectual <strong>de</strong>scontrolado y <strong>de</strong>sconsolado que leía el<br />

diario. <strong>El</strong>los estaban acostumbrados a ser objeto <strong>de</strong> críticas, yo no; yo me esmeraba en<br />

preservar mi buena imagen social. «Mis <strong>de</strong>tractores en la universidad van a reírse <strong>de</strong><br />

mí», pensé. Había querido morir sin llamar la atención, pero lo había hecho todo mal.<br />

Me había transformado en una anticelebridad. Enfadado, tenía ganas <strong>de</strong> quemar todos<br />

los diarios. Quería protestar porque habían publicado mi foto sin mi autorización.<br />

Quería <strong>de</strong>nunciar al periodista por ese artículo calumnioso en el que hablaba mal <strong>de</strong><br />

mí. Decía que yo era un <strong>de</strong>presivo en busca <strong>de</strong> notoriedad. También <strong>de</strong>cía que el<br />

psiquiatra que estaba en la terraza <strong>de</strong>l edificio había clasificado al hombre que me<br />

había rescatado como un psicótico peligroso, que podía poner en riesgo a la sociedad.<br />

No me había rescatado un héroe. Lo mío había sido como una película <strong>de</strong> Hollywood<br />

pero al revés.<br />

<strong>El</strong> maestro y los <strong>de</strong>más se sentaron junto a mí en un banco. Demostrando respeto<br />

por mi dolor, el <strong>ven<strong>de</strong>dor</strong> <strong>de</strong> sueños casi ni me miraba. Esperaba que bajase la<br />

temperatura <strong>de</strong> mi angustia para intervenir. Pero la temperatura no bajaba. Mi mente<br />

escapaba a mi control. Imaginé a todos mis colegas, profesores y alumnos, leyendo el

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!