08.06.2017 Views

El vendedor de sueños -- Augusto Cury

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

periódicos ya lo llamaban como a él le gustaba que lo llamasen: «<strong>ven<strong>de</strong>dor</strong> <strong>de</strong><br />

sueños». Decían que había revolucionado el mundo <strong>de</strong> la moda. Algunos periodistas,<br />

preocupados por lo que había <strong>de</strong>scrito, hablaron <strong>de</strong>l síndrome <strong>de</strong> Barbie y sacaron<br />

conclusiones que llevaban al extremo lo que él había afirmado. Dijeron que había<br />

gritado a los cuatro vientos que muchas adolescentes parecían haber perdido la<br />

cordura por estar siempre insatisfechas con su cuerpo, encontrar algún <strong>de</strong>fecto en su<br />

cara o quejarse continuamente <strong>de</strong> que la ropa no les quedaba bien.<br />

Muchos jóvenes, que por lo general no leían diarios, se sintieron atraídos por el<br />

artículo. Algunos lo llevaron a la escuela y pasó <strong>de</strong> mano en mano. Muchos chicos y<br />

chicas se sintieron relajados al leerlo. Estaban tan angustiados con sus «<strong>de</strong>fectos<br />

anatómicos» que empezaron a reírse <strong>de</strong> su paranoia. Sintieron que el artículo<br />

abordaba conflictos que nunca se habían tocado en la escuela. A partir <strong>de</strong> ese<br />

momento, empezó a <strong>de</strong>spertar el espíritu revolucionario <strong>de</strong> algunos <strong>de</strong> ellos.<br />

Comenzaron a criticar el sistema social y <strong>de</strong>searon conocer <strong>de</strong> cerca las i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> aquel<br />

misterioso <strong>ven<strong>de</strong>dor</strong> <strong>de</strong> sueños.<br />

Aquel día nos vimos con Mónica, y ella nos comentó la repercusión <strong>de</strong>l artículo en<br />

su ambiente profesional. Dijo que algunos diseñadores amigos suyos, y también<br />

algunas tiendas, habían asimilado las i<strong>de</strong>as <strong>de</strong>l maestro y habían empezado a <strong>de</strong>cir que<br />

la belleza no podía ser estandarizada. Al ver a la mo<strong>de</strong>lo más entusiasmada, <strong>de</strong>cidimos<br />

contarle las innumerables aventuras que habíamos vivido en los últimos meses. <strong>El</strong>la se<br />

quedó pasmada. Nunca había visto tanta adrenalina en un grupo tan extraño. Una<br />

semana <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> esos hechos, el maestro volvió a reunirse con nosotros y nos<br />

comunicó su <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> llamar a una mujer más para el proyecto.<br />

Después <strong>de</strong> contemplar la maravillosa anatomía <strong>de</strong> Mónica, nos parecía que podía<br />

llamar no sólo a una, sino a dos, tres o diez. «¡Cómo cambiamos <strong>de</strong> opinión!», pensé.<br />

Yo, que siempre criticaba a los políticos que eran enemigos feroces un día y al<br />

siguiente se abrazaban como amigos, ahora me daba cuenta <strong>de</strong> que esa fluctuación era<br />

una enfermedad inherente al ser humano, en especial a los varones. Todo <strong>de</strong>pendía <strong>de</strong><br />

lo que estuviera en juego. En algunos, la fluctuación era visible; en otros, se<br />

encontraba oculta.<br />

Después <strong>de</strong> que el maestro expresara su <strong>de</strong>seo, miró hacia arriba y hacia los lados,<br />

luego se colocó la mano en el mentón y empezó a alejarse <strong>de</strong> nosotros. Parecía<br />

pensativo. Se hacía preguntas a sí mismo en voz baja, pero <strong>de</strong> todos modos podíamos<br />

oírlo:

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!