02.10.2019 Views

Heroinas de la II Guerra Mundial - Kathryn J Atwood

Hubo otros muchos héroes en la Segunda Guerra Mundial cuyos nombres no son tan conocidos como los de los generales norteamericanos Patton y Eisenhower, pero cuyas valerosas acciones contribuyeron a ganar la guerra. Son las heroínas de la Segunda Guerra Mundial. Algunas de ellas ya eran famosas antes de la guerra y otras lo serían después, pero la mayoría eran mujeres corrientes. Peluqueras, relojeras, trabajadoras sociales, estudiantes universitarias, adolescentes y esposas, todas ellas mujeres muy distintas entre sí que solo tenían una cosa en común: la indignación hacia los actos de Hitler. Cada una de estas mujeres, procedentes de distintos países y actuando en distintas misiones, pudieron hacer realidad lo que con indignación tenían que ver día a día durante el tiempo que duró la contienda: Maria von Maltzan, la condesa que escondía judíos; Josephine Baker, la espía cantante; Hannie Schaft, el Símbolo de la Resistencia; Pearl Witherington, la correo que se convirtió en líder; Marlene Dietricht, la artista que convirtió en estandarte su lucha contra Hitler y su régimen… Relatos inspiradores de la vida de estas mujeres durante la II Guerra Mundial, algunas de ellas todavía en su adolescencia, cuyo coraje marcó una diferencia en los oscuros días de la guerra.

Hubo otros muchos héroes en la Segunda Guerra Mundial cuyos nombres no
son tan conocidos como los de los generales norteamericanos Patton y
Eisenhower, pero cuyas valerosas acciones contribuyeron a ganar la guerra.
Son las heroínas de la Segunda Guerra Mundial. Algunas de ellas ya eran
famosas antes de la guerra y otras lo serían después, pero la mayoría eran
mujeres corrientes. Peluqueras, relojeras, trabajadoras sociales, estudiantes
universitarias, adolescentes y esposas, todas ellas mujeres muy distintas
entre sí que solo tenían una cosa en común: la indignación hacia los actos de
Hitler. Cada una de estas mujeres, procedentes de distintos países y
actuando en distintas misiones, pudieron hacer realidad lo que con
indignación tenían que ver día a día durante el tiempo que duró la contienda:
Maria von Maltzan, la condesa que escondía judíos; Josephine Baker, la
espía cantante; Hannie Schaft, el Símbolo de la Resistencia; Pearl
Witherington, la correo que se convirtió en líder; Marlene Dietricht, la artista
que convirtió en estandarte su lucha contra Hitler y su régimen… Relatos
inspiradores de la vida de estas mujeres durante la II Guerra Mundial,
algunas de ellas todavía en su adolescencia, cuyo coraje marcó una
diferencia en los oscuros días de la guerra.

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Foto: Nancy Wake con su uniforme <strong>de</strong>l FANY.<br />

Memorial <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>Guerra</strong> <strong>de</strong> Australia.<br />

NANCY WAKE<br />

EL RATÓN BLANCO<br />

UNA HERMOSA MUJER pedaleaba furiosamente sobre su bicicleta por una tranqui<strong>la</strong><br />

carretera francesa. No sentía <strong>la</strong>s piernas <strong>de</strong>l esfuerzo. El asiento le hacía daño. A<br />

pesar <strong>de</strong> que <strong>de</strong>seaba con todas su fuerzas parar y <strong>de</strong>scansar, sabía que si lo hacía,<br />

pue<strong>de</strong> que no fuese capaz <strong>de</strong> volverse a subir a <strong>la</strong> bici, y era <strong>de</strong> <strong>la</strong> mayor importancia<br />

que continuara. El<strong>la</strong> era responsable <strong>de</strong>l armamento y bienestar <strong>de</strong> 17 grupos<br />

diferentes <strong>de</strong> maquis, entre los que había 7000 maquisards (combatientes rurales<br />

franceses) cuyas vidas y trabajo contra los nazis ahora <strong>de</strong>pendían por completo <strong>de</strong><br />

que aquel trayecto en bicicleta. De modo que siguió pedaleando, olvidándose <strong>de</strong>l<br />

dolor y limpiándose el sudor <strong>de</strong> <strong>la</strong> frente lo mejor que pudo.<br />

Cuando a<strong>de</strong><strong>la</strong>ntó a unos soldados alemanes, sacó una sonrisa forzada y saludó con<br />

<strong>la</strong> mano. Poco podían sospechar que <strong>la</strong> mujer cuya sonrisa y saludo <strong>de</strong>volvieron era <strong>la</strong><br />

mujer a <strong>la</strong> que <strong>la</strong> Gestapo había apodado el Ratón B<strong>la</strong>nco, que estaba en <strong>la</strong> lista <strong>de</strong> los<br />

«más buscados» y con un enorme precio por su cabeza. Como agente <strong>de</strong>l SOE tenía<br />

varios nombres en c<strong>la</strong>ve, tales como Andrée y Helene, pero el nombre que sus padres<br />

le habían dado cuando nació en Nueva Ze<strong>la</strong>nda era Nancy Grace Augusta Wake.<br />

Cuando Nancy llegó a París <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Australia, don<strong>de</strong> se había criado, siendo<br />

todavía una joven en los años treinta, encontró trabajo como periodista y sentía una<br />

gran curiosidad por <strong>la</strong>s historias <strong>de</strong> terror que llegaban <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Alemania y Austria. Los<br />

judíos salían a raudales <strong>de</strong> aquellos países con historias casi increíbles sobre<br />

www.lectu<strong>la</strong>ndia.com - Página 132

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!