Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
fastidiada. En la radio del colectivero suena Sin Bandera. Detrás de ese tipo
que no te frena si no estás en la parada, hay un romántico. Una chica lee un
libro. Otra se hace la dormida para no ceder el asiento. Un chico discute de
fútbol con otro. Un tipo de traje habla de laburo por celular. El bebé sigue
llorando y tengo ganas de dormirlo con cloroformo. Me sorprendo de la
maldad que se puede despertar cuando estás fastidioso, cuando estás enojado.
Me cuelgo. Hay un viejo igual a Barreda. Me acuerdo de la historia de
Barreda y me asombro, estamos todos locos. Me llegan mensajes, intento
contestarlos. No puedo escribir con una sola mano. «Dalw. Dale, quedamls
as{. Tiy en el bodndi. Soy una pilotada con el xorrector. Peliruda. pELotuda.
Ahi va, jaka».
Se baja una manada de gente, y logro sentarme. Escribo: «Estoy viajando
con Conchita. Si saca una escopeta, quiero muchos sanguchitos en mi
velatorio porque mis amigos son todos de comer bien».
Mi papá responde: «En serio Conchita de verdad. Papa». Me río. No
entiende el uso de los signos, tampoco que no tiene que firmar los whats app
y yo ya no quiero que lo entienda.
Sube alguien a cantar unas canciones. Elige Flaca, y una chacarera. El
bebé para de llorar. El músico pasa una gorra. Dice su página de facebook.
No la comprendo. Me da vergüenza preguntársela. El chofer dobla la esquina
como si no hubiera un mañana, la gente que está parada se estira para no
caerse. Una señora se golpea con uno de los caños, y se queda mirándolo con
cara de «Caño puto». Me hace reír. Miro por la ventana, me pierdo conmigo.
Que nunca nos priven de la magia de viajar en colectivo.