02.05.2020 Views

Arde la vida - Magali Tajes

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Puente

Salimos de clase, y él me dice que tiene que hablar conmigo. Le propongo

caminar juntos a la parada del colectivo y acepta. En el trayecto me va

contando cosas de sus días, de la rutina, de su pasado. Cuando falta una

cuadra para llegar a destino, lo dice: «Creo que me estoy enamorando de

vos». Yo me quedo callada y él expone, entonces, los motivos de su

sentimiento. Lo freno. «Mira, Diegui. Acabo de terminar una relación con

una chica, y quiero descubrir qué me pasa con esto. Por un tiempo, de

hombres no quiero saber nada». Él alza las cejas, y aprieta los labios.

«Bueno, qué te puedo decir, es la mejor forma de rebotar a alguien que me

dijeron en la vida». Nos reímos. Y entonces la charla cambia, y me pregunta

cómo estoy. «Bien, es todo nuevo, me siento rara, supongo. Y un poco sola».

«Yo te voy a acompañar en lo que necesites, tengo amigos gays». Sonrío y le

digo que ese es un topic de las personas a las que, cuando me animo, se los

cuento: Decir que tienen amigos gays. «¿Y cuáles son los otros topics?».

«Decir que dos hombres juntos son más desagradables que dos mujeres

juntas». Preguntar «¿Y cómo cogés con una mina?», «¿Y vos no querés ser

mamá?». Investigar si te pasa desde la infancia, o es una etapa…

«Qué metida que es la gente». «Muy, Diegui». «¿Y cómo cogés con una

mina?», me carga. «Mirá una porno. ¿Qué te pensás que tuve que hacer yo

para saber? Eso es lo trágico de la bisexualidad, ¿ves? Pasás por la

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!