Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
cansa de patearme. Entonces se agacha y me dice:
—¿Sabés por qué no te mato? Porque no voy a ir presa por una hija de
puta como vos.
Yo me toco la cara. Me arde y tengo miedo de que me esté sangrando la
nariz. Pero no, no sangra.
—¡Levantate! Mentirosa. Puta mentirosa. ¡Levantate, enferma! Estás
enferma. Me das mucho asco. No te conozco, no puedo tolerar el asco que me
das. Te vas a ir de esta casa, te vas con lo que tengas encima. ¿Escuchaste?
Voy a hacer que te echen del trabajo. Voy a llamar a tu jefe, y a tus amigas y
les voy a decir que sos una tortillera de mierda.
Me levanto como puedo y la miro, callada.
—¿Por qué me hacés esto, Magalí? Te mandé a un colegio religioso.
¡Tanta comunión, tanta misa! ¿Para qué? ¡Te vas a ir al infierno! Es una
enfermedad lo que tenés. Es una aberración. Es inmoral, no es natural. Dios
no te hizo para que fueras esto.
Presa de la bronca, le devuelvo:
—Dios tampoco te hizo para que te casaras tres veces.
Mi mamá tira una silla.
—La concha de tu madre. Encima me contestás. La concha de tu madre.
¡Hubiera preferido que fueras puta, que tuvieras cáncer, no sé! La vergüenza
que me das, qué vergüenza dios mío. ¿Qué carajo te pasó? Cuando te dejó
Leonardo, un año lloraste. Un año tirada en la cama, no podías vivir. ¿Y
ahora te enamoraste de una mina? A mí no me ves nunca más. ¿Escuchaste?
A mí no me ves nunca más. ¿No te importa?
—¿Cómo no me vas a ver nunca más, mamá? Sos mi mamá.
—Yo no soy la mamá de una lesbiana.
—Mamá, por favor.
—Por favor las pelotas.
Yo trago saliva con dificultad. Cuando me angustio se me cierra el pecho
y empiezo a ahogarme. Me concentro en respirar. Entiendo el enojo de mi
mamá. Lo que no entiendo es por qué nos obligamos a ser uno y el mismo
para toda la vida.
Yo no sé en ese momento si me gustan las mujeres. Lo que al parecer
sabemos las dos, es que una mujer sí me gusta. Y lo comprendo: La elección