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quiero matar. No me acuerdo cómo salgo de ahí, pero sé que no fue gracioso.
Y no me importa. Mi mamá tiene cáncer, y yo estoy ahí contando chistes.
Bajo del escenario. Uno de mis compañeros me dice que la pasó bien, la
otra no me habla nunca más. Vuelvo a mi casa. Mi mamá está, otra vez,
sentada en silencio.
—¿Cómo te fue, hija?
—Me va mejor contando chistes de gallegos. ¿Vos qué hacés despierta?
—No me pude dormir.
Me siento y le agarro la mano. Nos quedamos así un rato.
«¿No es irónico que podamos tener cáncer de mama las mujeres que no
tenemos tetas?», le pregunto. Mi mamá se ríe. Le dije lo mismo a la doctora,
me cuenta.
Pasan los meses, yo estoy planeando mudarme pero no saco el tema. No
es oportuno. El humor de mi mamá está en crisis. Pasa de la alegría a la
depresión, del enojo a la tragedia. Me dice todos los días algo agresivo.
Todos los días junto paciencia y me callo. Le regalo un libro, no le gusta. Se
molesta cuando estoy en casa, se molesta cuando me voy. Me doy cuenta que
la muerte te cambia la vida. Está ahí, como un fantasma, en los detalles más
chiquitos. Cuando le pregunto qué va a hacer la semana que viene, y sus
respuestas incluyen muchos médicos. Cuando comemos empanadas de
delivery, porque mi mamá no quiere cocinar, y tampoco quiere que alguien
cocine. Cuando contamos una anécdota graciosa que pasó hace mucho
tiempo. Porque es imposible no preguntarse si nos queda tiempo para
construir otras anécdotas graciosas.
Consigue un médico prestigioso moviendo contactos. Este médico le dice
que le van a tener que sacar una parte de un pecho. Mi mamá arma una bolsa
con sus corpiños, y me la da. Yo no los quiero. Me parece algo horrible. Pero
no se lo digo. Agarro la bolsa.
Están varias horas operándola. Sale el médico, dice que salió todo bien.
Va a estar tres días internada, y después unos meses en recuperación. Va a
tener que tomar medicación de por vida. Nos pregunta si la queremos ver, y
nos advierte que está drogada por la anestesia. Mi hermano le pregunta si está
dormida, y el médico le dice que no. Que puede que esté diciendo
barbaridades, que ese es el efecto de la anestesia.