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176 PADRES FUERTES, HIJAS FELICES<br />
daño a su hija. Como padre, usted no querrá que su hija ocupe un segundo lugar en esa<br />
búsqueda para tener más. Bien: pues si su hija ve en usted ese mismo esfuerzo constante —y me<br />
refiero a algo muy distinto a trabajar duramente y a tener un buen empleo—, terminará creyendo que<br />
esa búsqueda es necesaria para disfrutar de una vida mejor. Si, por ejemplo, usted le enseña que<br />
para ser feliz necesita una casa más grande, un salario más alto, tener varios coches e ir de vacaciones<br />
a sitios caros y exóticos, ella terminará casándose con un hombre que esté constantemente<br />
fuera de casa para conseguir todo eso.<br />
Las personas que se encuentran insatisfechas con sus<br />
posesiones materiales pueden estar también<br />
insatisfechas con lo que son, y con lo que son los<br />
demás. Cuando su hijo político haya conseguido lo que<br />
se proponía, tal vez quiera tener una esposa diferente;<br />
tal vez, una esposa que sea más brillante, más<br />
comprensiva o más atractiva. No importa lo que él<br />
busque en otra mujer, porque podrá ser cualquier cosa.<br />
No permita que su hija sufra eso. Enséñele que lo<br />
más importante de nuestra vida es la forma de<br />
relacionarnos con nuestros seres queridos. Esas<br />
relaciones constituyen el único camino que conduce al<br />
gozo y a la alegría profunda. Cuando son buenas, la<br />
vida también lo es, y sentimos que necesitamos muy poco<br />
más. Eso es lo que usted quiere que sienta su hijo<br />
político; y si usted modela ese tipo de conducta, su hija<br />
buscará un marido que haga lo mismo.<br />
Requiere un gran valor vivir sabiendo que, aunque se<br />
perdieran las posesiones materiales, se seguiría valorando<br />
la vida. Eso significa vivir sin miedo. Vivimos temiendo<br />
que nos quiten las cosas que poseemos; pero no es<br />
necesario que sintamos ese miedo. Las relaciones<br />
fuertes nos servirán de soporte. Usted no tiene por qué<br />
preocuparse por la pérdida de las cosas materiales. Su<br />
vida no va a hundirse sin ellas. Puede considerar todo<br />
esto como un regalo, y centrarse en las relaciones<br />
cariñosas que son lo verdaderamente importante, porque<br />
ellas constituyen los auténticos regalos.<br />
Si vive de esa manera, su hija se dará cuenta de que ella también es un regalo. Incluso puede<br />
decirle eso en alguna ocasión. Es un regalo que ha cambiado su vida gracias al amor. Convénzala<br />
de que ella es suficiente para usted. Su hija necesita saberlo para que, cuando escoja un marido,<br />
ese otro hombre también la considere un regalo, que la considere «suficiente». Vivir sin «nada<br />
que ocultar,