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86 PADRES FUERTES, HIJAS FELICES<br />
necesario. De las reglas que usted marque (y de su propia conducta) ella sacará la lección de<br />
lo que es aceptable y de lo que no lo es; de lo que es bueno y de lo que es malo, y de lo que<br />
debe y no debe hacer.<br />
Muchas de las chicas que padecen alteraciones alimentarias son amables, listas y desean<br />
complacer a los demás. Hágale saber a su hija que la persona a la que tiene que complacer es a<br />
usted. Hágale saber también que le gusta tal como es, y que ha de seguir siendo así sin que le<br />
importe lo que hagan o piensen sus amigas. Guíela y ayúdela a rechazar comportamientos<br />
dañinos. Si hace una norma de esto para usted, ella también lo hará. Las chicas que se han<br />
esforzado en ser fuertes, ya sea en los deportes, emocional, intelectual o físicamente, han aprendido<br />
a saber estimularse para lograr el éxito. No tienen arrebatos de última hora o se vuelven débiles de<br />
voluntad. Lo mismo sucederá con el carácter de su hija. Ella hará suyas la disciplina, las reglas y<br />
los límites que usted haya puesto en su vida.<br />
La importancia de las palabras<br />
Hemos hablado de la importancia de saber escuchar; igualmente importante es lo que usted<br />
pueda decir. Lo que usted diga a su hija puede ayudarla a alejarse de esas alteraciones<br />
dietéticas. La clave está en saber escuchar intensa y largamente. Y después, siga escuchando.<br />
Procure comprender a lo que ella se enfrenta, lo que está en su interior y los conflictos que vive.<br />
Recuerde que cuando usted era niño, pequeñas cosas podían parecerle grandes problemas. Los<br />
padres desempeñan un papel importante para sus hijas a la hora de establecer la verdadera<br />
perspectiva de las cosas.<br />
Es posible que, como padre, considere que su primera obligación es satisfacer las necesidades<br />
básicas de su hija, pero no se olvide de que también debe desempeñar un importante papel<br />
como maestro. De hecho, éste es su papel principal. Por consiguiente, no guarde para sí sus<br />
conocimientos, compártalos con ella. Impártaselos poco a poco, cuando usted estime que está<br />
preparada para recibirlos; cuando sean importantes para enfrentarse al conflicto en el que se<br />
encuentre sumida en ese momento.