02.05.2018 Views

83899389-Padres-Fuertes-Hijas-Felices

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

82 PADRES FUERTES, HIJAS FELICES<br />

y consideran algo magnífico volverse más delgadas y más bonitas. Seguirán haciendo dieta y<br />

ejercicio, esperando poder realizar sus fantasías o, al menos, parecerse a las modelos y a las<br />

actrices que admiran. Hacia cualquier parte que miren, en el colegio, en los deportes o en casa<br />

viendo la televisión, esos pensamientos se verán reforzados.<br />

Ahora bien, nada malo hay en comer adecuadamente y en hacer ejercicio, siempre que<br />

esto se haga con moderación y por buenas razones. Pero estas chicas de riesgo lo llevan a los<br />

extremos. Y aún más: cambian su carácter. Una chica de riesgo se vuelve sumamente celosa de<br />

otras chicas que son populares y que atraen la atención. Piensa que ella no es popular porque<br />

es gorda, o porque hay algo que no funciona en ella. Duda de sí misma y está llena de<br />

ansiedad; y es muy poco probable que, de ese modo, pueda hacerse popular. En su afán por<br />

sentirse mejor, más mona y más sexy, por volverse más popular y llamar más la atención,<br />

continúa con su dieta y sus ejercicios. Poco a poco, su dieta se vuelve más estricta; y entonces<br />

empieza a pasar hambre y se obliga a vomitar.<br />

Los investigadores creen que las alteraciones alimentarias son difíciles de detectar porque la<br />

mayoría son subclínicas." Las chicas saben ocultar esas alteraciones muy bien. Aunque se<br />

encuentren metidas en una trampa mental y emocional, aferradas a sus pensamientos y a sus<br />

conductas obsesivas, procuran ocultarlo. Para los padres resulta especialmente difícil comprender<br />

que la adicción a pasar hambre que padecen sus hijas les hace sentirse muy bien. No es lo<br />

mismo que las adicciones al alcohol o a las drogas, que muestran de forma inmediata señales de<br />

alarma como los estados de decaimiento, de resaca, de «malos viajes», y de hundimiento cuando<br />

desaparece el efecto de los chutes. Por el contrarío, pasar hambre, al menos al principio, ofrece<br />

recompensas. La gente comenta la pérdida de peso de la chica y lo bien que se la ve ahora.<br />

He aquí la buena noticia: los investigadores ponen también de manifiesto que ustedes, padres, si<br />

se involucran en el problema de sus<br />

64<br />

L. B. Mintz y N. E. Betz, «Prevalence and<br />

Correlates of Eating Disordered Behaviors among<br />

Undergraduate Women», Journal of Counseling and<br />

Psychology, 35, 1988, pp. 463-471.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!