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110 PADRES FUERTES, HIJAS FELICES<br />
creen que son altas. Si son bajas, querrán<br />
usar zapatos con plataforma. Las chicas, por<br />
lo general, no confían en su aspecto. Así que<br />
debe abrazarla mucho. El efecto de esos<br />
abrazos puede ser muy intenso.<br />
Pocos son los padres que se dan cuenta de lo importante que es abrazar a sus hijas. Innumerables<br />
chicas me dijeron que habían tenido relaciones sexuales con un muchacho (que ni siquiera era<br />
su novio) sencillamente por el contacto físico; porque sus padres nunca las abrazaron ní les<br />
mostraron afecto. Esa necesidad es especialmente acuciarte durante la adolescencia. A menudo<br />
los padres piensan que sus hijas adolescentes quieren que se las deje solas, y que no les gusta<br />
que las abracen. Eso no es verdad; y de hecho, podría constituir una gran equivocación. Ella<br />
necesita que usted la toque durante esos años, incluso más que cuando tenía cinco. Sé que la<br />
opinión popular es que las adolescentes «necesitan su espacio», que son muy pícaras y pueden<br />
confundirle, que es mejor dejarlas tranquilas y no hacerles caso. Pero eso no es cierto. Su hija<br />
adolescente lo necesita. Es mucho más difícil abstenerse de formar parte de la vida de su hija que<br />
integrarse directamente en ella y saber exactamente lo que hay que hacer. Sea su padre:<br />
defiéndala, sea su apoyo y no se abstenga de abrazarla.<br />
Demuéstrele que la ve, que la tiene en cuenta, que la encuentra bonita. Hágale saber que la<br />
modestia es otra forma de respeto —para ella, para usted y para lo que espera de los chicos—, y<br />
que no debe seguir las corrientes de la moda ni alardear de su sexualidad sólo porque sus<br />
amigas lo hagan.<br />
Todo esto puede constituir una dura batalla. Los anuncios de la televisión sobre un champú «muy<br />
estimulante» quizás no signifiquen nada para usted; pero debe recordar que a su hijita de siete<br />
años ya se le está diciendo que ser sexy es muy importante. La marea de los mensajes que le<br />
llegan es rápida y agresiva. A medida que se va desarrollando su atención, así va creciendo<br />
también la fuerza de los mensajes que destruyen su inocente sexualidad. Para cuando ella sea una<br />
adolescente, usted tendrá tentaciones —como tantos otros padres— de llevarse las manos a la<br />
cabeza y desentenderse del asunto.<br />
Pero no puede hacer eso. Su hija se merece algo mejor que una vida de promiscuidad, o de<br />
modelo de revistas porro, que es exac-