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12 ° Centers for Disease Control, Morbidity and Mortality Weekly Report, 9 de junio, 2006, pp.<br />
1-108.<br />
ENSÉÑELA A CONOCER A DIOS 199<br />
hecho que da que pensar: por cada adolescente que llega a suicidarse, hay de cincuenta a cien<br />
que lo han intentado.'" Un estudio reveló que el 33 por ciento de los estudiantes de secundaria y<br />
bachillerato ha pensado en matarse.'" La Asociación Americana de Psicología calcula,<br />
basándose en diferentes estudios, que la incidencia de la depresión clínica entre los adolescentes<br />
oscila entre un 9 y un 30 por ciento. Todos los chicos que sufren depresión necesitan esperanza.<br />
También la necesitan los que padecen una enfermedad terminal. A menudo, nosotros los médicos<br />
conocemos el momento en que un enfermo terminal renuncia a toda esperanza. La muerte se<br />
produce muy poco después.<br />
Quisiera decir una cosa más, a propósito de la<br />
esperanza. Las chicas, como todos nosotros, cometen<br />
muchos errores. Parte de su trabajo como padre es<br />
enseñarle a aceptar sus fallos. ¿Qué va a hacer ella<br />
cuando cometa un error? ¿Se entregará a la<br />
autocompasíón, se dedicará a negar ese error o a<br />
disfrazarlo? Ninguna de esas opciones es saludable.<br />
Necesita reconocer su error en su justa dimensión. Si<br />
se trató de un pequeño error, ayúdela a reconocer que<br />
fue pequeño. Si se trató de uno grande, bien, en ese<br />
caso también deberá enfrentarse a él.<br />
A fin de que ella se haga más fuerte a partir de ese<br />
error y pueda seguir adelante de un modo<br />
emocionalmente sano, deben tenerse en cuenta tres<br />
elementos.<br />
El primero es que debe admitir el error. Algunos<br />
adolescentes lo hacen mucho mejor que otros. Para<br />
ellos no es muy fácil, porque suelen vivir sus fantasías<br />
mezcladas con la realidad. Sea paciente si su hija tiene<br />
dificultad en admitir sus fallos; pero esté muy pendiente<br />
de ella, porque eso es algo que necesita aprender.<br />
Segundo: debe decir que lo siente, ya sea a usted, a<br />
cualquiera a quien haya herido o, incluso, a sí misma.<br />
Este gesto es sumamente importante para las<br />
adolescentes que son sensibles. Una de mis pacientes<br />
padeció un episodio de depresión durante dieciocho<br />
meses porque no podía perdonarse un gran error que<br />
había cometido.<br />
121 Armand M. Nicholi, Jr., ed., The Harvard Guide to Psychiatry, The Belknap Press of<br />
Harvard University Press, Cambridge, MA, 1999, pp. 622-623.<br />
122 A. M. Culp, M. M. Clyman y R.E. Culp, «Adolescent Depressed Mood. Reports of Suicide