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ductores electrónicos cuando creen.<br />
Finalmente, les regalamos magníficos equipos<br />
cuando son un poco mayores.<br />
En la actualidad, la mayoría de los hogares<br />
tienen un ordenador para cada hijo, porque<br />
dependemos en gran medida de Internet y de<br />
los textos electrónicos. Muchas chicas disponen<br />
de televisores en sus dormitorios; y las<br />
mayores no solo tienen televisores sino<br />
también ordenadores portátiles, teléfonos<br />
móviles y equipos de sonido. Los dormitorios<br />
de las jóvenes se han convertido en auténticos<br />
reductos electrónicos en los que ellas juegan,<br />
se relajan o se «conectan» con sus<br />
amistades durante horas.<br />
Nuestros hijos se pasan ahora más tiempo<br />
que nunca con aparatos electrónicos. Así<br />
están las cosas. Pero todo eso conlleva serios<br />
riesgos psicológicos. Aunque las chicas se<br />
crean que están utilizando la electrónica para<br />
comunicarse, cuando usan un ordenador o<br />
un móvil, en el fondo se encuentran<br />
realmente solas. No se hallan cara a cara<br />
con nadie. Aunque las relaciones<br />
electrónicas sean reales, resultan<br />
profundamente limitadas, e incluso<br />
peligrosas.<br />
Piense por un momento en el móvil que<br />
utiliza su hija. Si es una chica normal de<br />
catorce años, en el mismo instante en que<br />
deja el cole y se sube al autobús. va está<br />
llamando a su amiga. Charlan durante horas<br />
sobre temas insignificantes. En lugar de ver<br />
a esa amiga, su mente se forja unas<br />
imágenes de ella que pueden acompañar a<br />
sus palabras. Si la amiga se ríe, ella<br />
compone la imagen de su amiga riendo; si la<br />
otra discute, se imagina el gesto de enfado<br />
de su rostro o de su mirada. Ella cree que<br />
ambas están juntas, pero no lo están.<br />
Más tarde llega a casa, se conectan al<br />
Messenger y se inician los mensajes. Hablan,<br />
pero no escuchan sus respectivas voces. No<br />
existen las inflexiones verbales y resulta casi<br />
imposible para ella visualizar a sus amigas.<br />
Se comunica con ellas, pero sólo a través de<br />
palabras deletreadas y abreviaciones<br />
sofisticadas. Por supuesto, las palabras son<br />
muy importantes. Pueden crear emociones y<br />
acompañar a esas emociones, pero sólo si<br />
están bien comunicadas; y las adolescentes<br />
no suelen comunicarse en sus mensajes con<br />
UNIDO A ELLA 231