SAN AGUSTÍN - Alma de Cántaro

24 Anotaciones al libro de Job 5,21
Te preservará del azote de la lengua: para que no oigas las
ofensas descaradas, pero no para que no las sufras. Te reirás
de los injustos y de los pecadores: equiparado a la sabiduría,
se reirá de la perdición de los impíos. No temerás a las
bestias feroces, es decir, no temerás a los judíos, porque te
obedecerán los gentiles. Estas palabras hay que aplicarlas al
Señor. Elifaz está en un error al querer aplicar a Job lo que se
le ha revelado personalmente a él, siendo así que todo eso se
refiere al Señor?. Porque harás alianza con laspieáras del
campo: piedras del campo porque entre los gentiles no existió
ordenación alguna legal, de modo que fuesen como piedras
de la construcción. Y las bestias salvajes te serán mansas.
Aplicable tanto a los judíos como a los gentiles. Luego
sabrás que hay paz en tu casa, es decir, en la Iglesia. Y tus
hijos serán como toda la hierba del campo: sin aridez. Y
llegarás al sepulcro como trigo maduro: hacia la pasión.
Mira, esto es lo que hemos observado. Esto es la confirmación
de la autoridad de esta profecía. Y tú sábete bien lo que
(830) abscondet te (Iob 5,21): ne sentías contumelias, non ne patiaris.
Iniustos et iniquos deridebis (Iob 5,22): ut sapientia perditioni iniquorum
superridebit (cf. Prov 1,26). Et ferocientes bestias non timebis
(Iob 5,22): id est Iudaeos non timebis, quia gentes tibi obaudient;
haec autem de Domino accipienda sunt. Eliphaz hic errat, quia putat de
Iob inteüegenda, quae ei reuelata sunt, cum totum Domino competat.
Quia cum lapidibus agri habebisfoedus (Iob 5,23): lapides agri, quia
in gentibus milla ordinatio legis ftiit, ut quasi de aedificio lapides essent.
Bestiae enim ferae pacatae erunt tibi (Iob 5,23): siue de Iudaeis
siue de gentibus. Deinde scies quod inpace erit domus tua (Iob 5,24):
id est ecclesia. [518] Etfilii tui erunt tamquam otnnis herba in campo
(Iob 5,25): sine ariditate. Et uenies in sepulcrum tamquam frumentum
maturum (Iob 5,26): passionem. Ecce haec ita exquisiuimus:
hic auctoritas huius prophetiae confirmatur. Tu uero scito temet
5 Es frecuente en Agustín presentar a Job como incomprendido y mal interpretado
por sus amigos. Sofar piensa que ajob le sobran palabras y le faltan hechos, creyendo
que Job trata de parecer justo a base de discursos (11,533)- (La primera cifra se refiere
al capítulo del libro de Job; la segunda, a la página de la edición del CSEL, señalada en
la presente edición.) Tiene a Job por un malvado y un necio al hacer un presunto
reproche a Dios (11,534) Le tiene por impío y por ello cree que ignora lo que le va a
decir (20,550). Elifaz le tiene por un soberbio, como si hubiera sido el primero en
nacer (15,540); le pregunta si sigue la vida del siglo como si Job pensase que Dios no
se preocupa de las cosas humanas (22,555); le atribuye haber dicho y reprochar a Dios
que no juzga con rectitud (22,555). Elihú le considera un soberbio (33,582); un
engañado porque había obrado partiendo del supuesto de que Dios no visita a quien
camina con él... (34,582); un falto de sabiduría al considerar que Dios le había hecho
sufrir algo injustamente (34,584).
6,3 Capítulo 6 25
vas a hacer. Porque Dios no es injusto al permitir eso que te
ha ocurrido.
CAPÍTULO 6. Palabras de Job: Pero, a lo que parece,
las palabras han sido destempladas. En efecto, las palabras
de Job no reflejan impaciencia ante los azotes, puesto que
representan un dolor que no es privativo de Job, sino el que
tuvo de todo el género humano. Se han clavado en mi
cuerpo las saetas del Señor. Trátase de las palabras de Dios
que traspasan el alma cuando intiman la confesión«. Y su
veneno bebe mi sangre: porque quitan el pecado. Cuando
comienzo a hablar, me estimulan: me obligan a decir cuanto
digo. ¿Pues qué? ¿Es que rebuzna en vano el asno salvaje,
a no ser cuando requiere el pienso? De modo que padece
hambre por querer ser libre. ¿O muge el buey cuando
tiene el pesebre lleno? El trabajo del buey depara pienso al
ipsum quidegeris (Iob 5,27); non enim iniuste haec tibi permisit Deus
accidere.
6. Verba Iob. Sed, ut uidetur, uerba mea sunt mala (Iob 6,3);
non enim uerba Iob de inpatientia sunt flagellorum, cum significent
dolorem, non peculiarem Iob, sed quem habuit de omni genere humano.
Sagittae enim Domini in corpore meo sunt: uerba Dei, quibus
anima transfigitur, cum cogitur ad confessionem. Quarum furor bibit
sanguinem meum; tollunt enim peccatum. Cum enim incipio toqui,
stimulant me (Iob 6,4): quod enim loquor, illae cogunt. Quid enim?
Numquid frustra onager clamabit, nisi escam requirens? Vt inde
famem patiatur, quia liber esse uoluit. Aut bos mugit, cum habeat in
praesepi cibos? (Iob 6,5). Ásino cibaria labore bouis praeparantur sicut
6 Afirmación a tono con el resto de la obra. Si bien en un texto habla de que Job
secundum historiam, es decir, en cuanto persona concreta, formaba parte de la Iglesia
(38,601), en la obra pierde ese rostro individual para convertirse en un personaje que
se sobrepasa a sí mismo, que personifica a otros. Aquí sus palabras lastimeras no
proceden de la incapacidad personal de soportar los azotes, sino que reflejan el dolor
de todo el género humano (6,518). Siguiendo el simple orden de aparición, he aquí a
quienes personifica: alguien que se caracteriza, entre otras cosas, por no presumir de
quienes confían en los bienes temporales (6,520); al hombre que se acusa de sus
maldades (6,521); al hombre redimido, esto es, a la Iglesia de que hablan o que
hablarían a los pueblos (17,545); a los que en momentos de persecución prefieren
sufrir a ceder a los perseguidores o a la huida (24,558); a la Iglesia confesante
(24,558); a la Iglesia unida a Cristo, su cabeza (29,569); al hombre, es decir, al pueblo
del Nuevo Testamento, que desea los días predichos por el Señor (29,570); al alma que
ha pasado del hombre viejo al hombre nuevo (29,570); a toda la Iglesia (38,601); al
único pueblo de Dios (38,607-8); al Cuerpo del Señor, que es la Iglesia con gente que
camina lentamente (39,626-627); a la Iglesia (17,545). Desde esa función de significación,
a Agustín le resulta fácil eliminar de las palabras de Job todo toque de amargura
personal por los males físicos que padece, haciéndolas expresión de su dolor por su
pecado.