Problemas psicosociales de México - División de Ciencias Sociales ...
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las reVoluciones mexicanas... | 27<br />
ción, cár<strong>de</strong>nas daba un paso <strong>de</strong>cisivo para que se abandonara el or<strong>de</strong>n<br />
jerárquico institucional impuesto durante el maximato y pasar a un presi<strong>de</strong>ncialismo<br />
que dominara tanto al partido como a las cámaras legislativas<br />
y al gobierno mismo. Finalmente se reivindicaba la lucha social<br />
revolucionaria durante tantos años “olvidada”.<br />
sin embargo, esta lucha aún sigue viva y aclama –en voz <strong>de</strong> los movimientos<br />
sociales actuales, por ejemplo, el zapatista– a quienes <strong>de</strong>tentan<br />
el po<strong>de</strong>r, a los partidos, al po<strong>de</strong>r ejecutivo, a los legisladores, al estado<br />
pues, por el i<strong>de</strong>al <strong>de</strong> mandar obe<strong>de</strong>ciendo, que no es otra cosa que una<br />
<strong>de</strong>manda por el establecimiento <strong>de</strong> un estado que asegure los <strong>de</strong>rechos<br />
más elementales: justicia, igualdad, legalidad.<br />
nuestra realidad actual se nos presenta con la sombra <strong>de</strong> esta historia<br />
que aquí hemos trazado y lo que muestra son los signos <strong>de</strong> la repetición.<br />
si bien hemos tenido gran<strong>de</strong>s avances en el <strong>de</strong>sempeño público con la<br />
consolidación <strong>de</strong> instituciones que han permitido una mejor organización<br />
social y política; una figura <strong>de</strong>l caudillo o <strong>de</strong>l jefe máximo cada vez<br />
más acotada; una separación formal entre la iglesia y el estado, así como<br />
gran<strong>de</strong>s avances <strong>de</strong>mocráticos, la lucha por el po<strong>de</strong>r, la dominación, la<br />
imposición <strong>de</strong> los intereses personales, incluso el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> jefe máximo,<br />
son cuestiones que siguen apareciendo, se siguen repitiendo, y en esa repetición<br />
reconocemos el eco <strong>de</strong> algo olvidado. sus efectos siguen vivos:<br />
colocarse al filo <strong>de</strong> la ley o fuera <strong>de</strong> ella imponiendo cada quien la suya<br />
es un impedimento para la vida social, para el restablecimiento <strong>de</strong> los<br />
vínculos y los pactos sociales, pues hace <strong>de</strong> la vida social e institucional<br />
una “selva” don<strong>de</strong> no son las leyes culturales las que rigen, sino las <strong>de</strong><br />
cada quien, don<strong>de</strong> siguen presentes el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> un Jefe que domina y<br />
una sociedad sometida, pasiva, víctima <strong>de</strong> su propia historia. Posición<br />
paradójica frente a los movimientos <strong>de</strong> in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia y revolución, que<br />
más bien equivalen a la transformación, a la transgresión <strong>de</strong> lo instituido<br />
hasta entonces.<br />
“transgredir, se sabe, significa progresar atravesando. no hay revolución<br />
sin que la legalidad antigua no sea al principio suspendida. la<br />
revolución termina cuando se ha creado una nueva legislación” (anzieu,<br />
1978:334). el cambio pone en juego inevitablemente la emergencia <strong>de</strong><br />
rupturas, <strong>de</strong> crisis que favorecen el “progreso” y que atraen a organizaciones<br />
perversas que se sienten invitadas al <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n social. la interrogante<br />
que se plantea es si <strong>de</strong> movimientos como estos pue<strong>de</strong>n surgir<br />
nuevas instituciones, nuevos valores e i<strong>de</strong>ologías que hagan efectiva la