REVISTA EJÉRCITO Nº 848 NOVIEMBRE 2011 - Portal de Cultura ...

Rey Alfonso XII
aptos para el ascenso, serán propuestos para el
retiro o licencia absoluta. En tiempo de guerra
los generales en jefe propondrán para el ascenso
a los individuos que en el campo de batalla o
en hechos de armas hayan contraído un mérito
especial y cuando existan excedentes en alguna
de las clases que componen el Ejército, se destinará
a su amortización una tercera parte de la
totalidad de las vacantes.
Por el Reglamento de 31 de agosto de 1866,
para ser clasificado apto para el ascenso, es necesario
haber demostrado suficiencia en el empleo
inferior para ascender al superior y merecer buenas
notas de concepto y conducta. La lista de los
postergados comprenderá a los que por su mala
conducta, poca instrucción y celo en el servicio
no deban ascender y son perjudiciales en el
Ejército. Siempre que algún individuo cometiese
con frecuencia faltas en el cumplimiento de su
obligación, diese escándalo con su conducta o
se rebajara ante sus inferiores, de manera que
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pueda sufrir menoscabo el prestigio de su mando,
se le formará expediente gubernativo, para si
procede su inmediata expulsión o la corrección
que deba imponérsele.
Para la calificación de los jefes y oficiales, los
coroneles o primeros jefes de cuerpo estamparán
sus notas de concepto en las hojas de servicio.
Conceptuando a cada uno según sus condiciones,
con arreglo a lo que les dicta su conciencia y
criterio; en la inteligencia que son responsables y
severamente castigados si cometen notoria injusticia,
bien a favor o en contra de los interesados,
por el perjuicio que causan en un caso al Estado
y en otro a sus subordinados.
Los Directores de las Armas, con las hojas de
servicio y sus antecedentes, propondrán al Gobierno
la clasificación que les merezcan los jefes
y oficiales que hayan ascendido durante el último
año, la de los que deben variar la conceptuación
y la de los que deben continuar en la postergación,
acompañando los expedientes personales
de los interesados. Estas listas determinarán el
derecho para el ascenso, sin que los postergados
puedan mejorar sus notas hasta una nueva calificación.
Si después de ser declarado apto, algún
jefe u oficial diera motivo fundado para suspenderse
este derecho, el Director lo consultará al
Gobierno para que resuelva lo que en justicia
proceda. Las clasificaciones aprobadas por SM
se remitirán a los cuerpos para conocimiento de
los interesados y se estamparán en las hojas de
servicio, afín de los que tengan que hacer alguna
reclamación, la promuevan con arreglo a Ordenanza.
En todos estos trámites es preceptivo el
dictamen del Consejo de Estado.
Este reglamento prevenía que los ascensos de
la clase de tropa se determinarían por órdenes
especiales, que se publicaron poco después, el
mismo año. En ellas se consideró que, aunque
establecido el sistema de antigüedad para el
ascenso de los oficiales, era indispensable el
depurar las condiciones del personal de tropa
todo lo posible, para buscar la mayor aptitud y
que los sargentos primeros tuviesen la necesaria
para ocupar por antigüedad las vacantes de
subteniente o alférez. Para lo cual, era necesario
admitir el principio de elección de soldado a
sargento segundo.
Los ascensos tenían lugar: De soldado a cabo
segundo y de este empleo al de cabo primero,